El I.P.C. (Índice de Precios al Consumo)
9. Cambios de calidad de productos
La precisión con que el IPC mide la evolución de los precios depende, entre otros factores, de la estabilidad de las características que definen los productos seleccionados. El objetivo es realizar un seguimiento de precios de una cesta cuyos productos permanezcan inalterables a lo largo del tiempo, de forma que la medición de la variación de los precios no dependa de cambios en las características de esos productos.
Evidentemente, el ideal de la estabilidad de los productos no siempre se cumple, por lo que es preciso recurrir a ajustes que corrijan los cambios producidos en la muestra de productos y que permitan estimar la variación de precios sin que venga perturbada por ello. Estos ajustes se conocen como ajustes por cambio de calidad.
Los cambios de calidad son un problema al que se enfrentan todos los países y que en los últimos años se ha visto acentuado por el rápido progreso técnico que han experimentado algunos artículos. Por ello, es uno de los temas de los que, con mayor prioridad, se ocupa EUROSTAT, en el ámbito de la armonización de los IPC de los países de la UE.
En la elaboración del IPC español, en las distintas bases hasta la actual 2011, han sido varios los procedimientos que se han utilizado para la estimación de los cambios de calidad. La elección de estos métodos ha venido determinada por la disponibilidad de información en cada momento y por el tipo de artículo de que se trate.
Como se ha dicho, un ajuste por cambio de calidad es necesario cuando un artículo (producto, variedad o modalidad), cuyo precio forma parte del cálculo del IPC, se sustituye por otro y en ese momento es necesario determinar qué parte de la diferencia de precios entre el artículo sustituto y el sustituido se debe a una calidad diferente entre los mismos.
Las sustituciones de los artículos pueden deberse a varios motivos:
- El artículo deja de ser representativo y surge otro más representativo en el mercado;
- El artículo desaparece del mercado;
- El establecimiento donde se recoge el precio del artículo deja de ser representativo, cierra o cambia de actividad económica.
Siempre que un establecimiento de la muestra deje de ser representativo debe ser sustituido por otro. Una buena selección de establecimientos, con un volumen importante de ventas y/o de afluencia de clientes, implica que los artículos que tiene ese establecimiento son los más representativos y que al ser requeridos por la clientela, cuando desaparezcan serán sustituidos por otros de calidad similar.
Los cambios de calidad se producen cuando cambian las especificaciones de los artículos representativos y esto conlleva una diferencia en la utilidad para el consumidor.
Las especificaciones de cada uno de los artículos que componen la cesta de la compra se mantienen fijas a lo largo del tiempo ya que definen la variedad más representativa del consumo de la zona, pero se deben sustituir cuando ésta deja de comercializarse o deja de ser representativa en el establecimiento.
En términos generales, el producto sustituto debe ser de calidad similar al sustituido, pero cuando por alguna razón la calidad entre ambos artículos es diferente (distinta variedad, distinta marca, etc.), los responsables de la recogida lo comunican a los Servicios Centrales, detallando todas las características de la nueva variedad y su precio en el período actual y, si es posible, en el período anterior, así como un coeficiente de ajuste que garantice variaciones en el índice motivadas exclusivamente por variaciones de precios.
Sin embargo, no siempre existe un período de solapamiento entre los artículos, ni se da la identidad entre un modelo y el que lo sustituye. Es preciso entonces estimar qué parte de esta diferencia de precios se debe a mejoras técnicas, cambios de material, etc. y qué parte es variación pura de precios.
Para realizar estas estimaciones se estudian las especificaciones de los artículos sustituto y sustituido, analizando diferencias y analogías, y se tienen en cuenta las opiniones de los expertos sobre la evolución de precios y costes, poniendo en relación las variaciones de los precios y de las calidades.
La situación idónea para estimar los cambios de calidad es aquella en la que se tiene suficiente información sobre las características que determinan el precio de un artículo en el mercado (marca, características de índole técnica, lugar de compra, etc.).
En bastantes artículos no es posible contar con la información necesaria e incluso, aunque se disponga de dicha información, a veces su utilización es compleja.