Estrategias y herramientas de evaluación
3. Estrategias e instrumentos de evaluación. ¿Cómo vamos a evaluar?
3.1. Portafolio como medio de evaluación
Según Barberà et al. (2006) el e-portfolio se configura como “un sistema de evaluación integrado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Consiste en una selección de evidencias/muestras que tiene que recoger y aportar el estudiante a lo largo de un periodo de tiempo determinado y que responde a un objetivo concreto (…) Estas evidencias permiten al alumnado demostrar que está aprendiendo, a la vez que posibilitan al profesor un seguimiento del progreso de este aprendizaje”.
El Portafolio es tanto una estrategia de enseñanza-aprendizaje, como una estrategia de autoevaluación, hetero evaluación y evaluación entre pares. Es un recurso que se utiliza en la práctica diaria del aula.
¿Para qué emplear un portafolio? El portafolio puede emplearse para documentar un proyecto, para recoger el proceso de trabajo a lo largo de un curso, para documentar un evento, para trabajar un tema de forma transversal a lo largo de un período, para recoger un proceso de creación, para recoger la producción literaria, técnica, artística del estudiante. ¿Qué otras posibilidades se te ocurren?
Como ejemplo te dejamos el enlace a los portafolios de los estudiantes del proyecto Physics on the go de Cesar Poyatos.
Qué benéficos aporta el portafolio
- El portafolio es una estrategia que permite situar al estudiante en el centro de su aprendizaje y en el centro de su evaluación.
- Abre las posibilidades de reflexión y aprendizaje dialogado.
- Ofrece la posibilidad de compartir lo aprendido más allá del aula, dotando de niveles de realidad a las producciones escolares. Esta realidad que cobra aquello que se comparte, supone un reenfoque de la posición del estudiante frente al conocimiento.
- Por otra parte, el hecho de compartir y obtener retroalimentación, tiene un impacto directo en el autoconcepto, que nuevamente impacta en su posición como aprendiente.
- A partir de secundaria, el portafolio cobra una función especialmente interesante -además de las ya mencionadas-, cuando es digital y abierto. Con él, el estudiante tiene la oportunidad de generar una huella digital positiva, está aprendiendo a conformar una identidad digital saludable, conductas seguras y responsables en red y está contribuyendo a mejorar sus posibilidades de empleabilidad.
Antes de comenzar un portafolio deben tomarse algunas decisiones:
- ¿Para qué? Qué objetivos perseguimos con el portafolio, que tipos de materiales vamos a recoger.
- ¿Será individual o grupal?
- ¿Cómo sabremos que vamos bien? Qué estándares de aprendizaje (indicadores) vamos a observar en su realización. Cómo lo evaluaremos.
- Establecer momentos de revisión y metaaprendizaje.
- ¿Quién podrá verlo? A qué público se dirige nuestro portafolio. Si es digital, qué niveles de privacidad establecemos. Recordemos que los blogs nos permiten configurar estos parámetros, ajustándolos a las necesidades de cada situación de aprendizaje.
- ¿Cómo será la interacción entre portafolios? Establecer las dinámicas de comunicación y feedback entre los compañeros o los equipos a través del portafolio garantiza que la interacción tenga lugar y no quede diluida en la dinámica de producción.
Veamos qué contenido ha de incluir un portafolio:
- Presentación del estudiante y del propósito del portafolio.
- Materiales obligatorios: Trabajos pactados en clase.
- Reflexiones y experiencias del estudiante.
- Materiales optativos: Es muy interesante, dejar cabida en el portafolio a materiales decididos por el estudiante. Este trabajo de selección es en sí mismo de gran interés. ¿Qué decide publicar el estudiante? la selección de contenidos que realiza el estudiante implica operaciones mentales de alto nivel. Esta opción debería ir cobrando relevancia progresivamente en función de la madurez del estudiante.
- Comentarios del profesor y compañeros ofreciendo feedback para la mejora del proceso, pero también para felicitar los logros, esfuerzos, progresos y aportes.
La evaluación del portafolio es continua y está inscrita en el proceso mismo de su realización, es indisoluble. El profesor acompaña al estudiante en un proceso dialéctico, en el que además han de participar los compañeros y otros expertos o miembros de la comunidad.
La rúbrica es una herramienta adecuada para evaluar y guiar la elaboración del portafolio. Ayuda a su creación en la medida que explicita lo que intentamos conseguir y proporciona al estudiante las evidencias necesarias para valorar sus progresos y recibir la retroalimentación de compañeros y profesor.
Te dejamos como ejemplo la rúbrica realizada para la evaluación del portafolio de nuestro curso
Si el portafolio es digital (e-portafolio), se crean nuevas y relevantes oportunidades:
- La variedad de formatos de contenido que podemos incluir: imágenes, vídeos, audio, hipervínculos, animaciones…
- Recoger evidencias gráficas del proceso que seguimos.
- Las posibilidades de interactividad: Comentarios de profesores, compañeros, expertos. Abre la vía de un dialogo de aprendizaje sin barreras espacio-temporales.
- La posibilidad de compartir y dar difusión a las creaciones de los estudiantes, en una construcción social de conocimientos.
- Las posibilidades de edición, reajuste, ampliación, revisión del trabajo, a partir de la reflexión, propuestas y valoraciones de profesores, compañeros y expertos, nos sitúa en un aprendizaje centrado en el estudiante y en un proceso de construcción personal y social de conocimientos.
Hay muchas herramientas que te permiten crear un e-portafolio. Te proponemos tres: Mahara, blogger, wordpress.