Estrategias y herramientas de evaluación

2. ¿Qué vamos a evaluar?

Los criterios de evaluación atienden a los tres ámbitos de competencia. A continuación, los ilustramos con ejemplos de criterios de evaluación tomados del currículo de educación primaria, área de ciencias de la naturaleza:

1. Saber. Conocimientos teóricos (conceptos, teorías, principios, leyes…)

  • Ejemplo de criterio de evaluación teórico: conocer los principios básicos que rigen máquinas y aparatos.

2. Saber hacer. Conocimientos procedimentales, atienden tanto a habilidades intelectuales como motrices (procedimientos, destrezas, estrategias…)

  • Ejemplo de criterio de evaluación procedimental: realizar experiencias sencillas y pequeñas investigaciones sobre diferentes fenómenos físicos de la materia: planteando problemas, enunciando hipótesis, seleccionando el material necesario, montando, realizando, extrayendo conclusiones, comunicando resultados, aplicando conocimientos básicos de las leyes básicas que rigen estos fenómenos (como la reflexión de la luz, la transmisión de la corriente eléctrica...).

3. Saber ser. Desarrollo de aspectos actitudinales, valores, intereses.

  • Ejemplo de criterio de evaluación actitudinal: trabajar de forma cooperativa, apreciando el cuidado por la seguridad propia y de sus compañeros, cuidando las herramientas y haciendo uso adecuado de los materiales.

 

saberes

Evaluar competencias implica observar y valorar el progreso en los tres ámbitos vistos: saber, saber hacer y saber ser. Por este motivo, necesitamos instrumentos de evaluación que atiendan a los aspectos conceptuales, procedimentales, actitudinales y metodológicos.

Las tareas ofrecen al estudiante la oportunidad de desarrollarse competencialmente, al poner en marcha todos los ámbitos competenciales. Por este motivo, la tarea se convierte al mismo tiempo en eje del aprendizaje y eje de la evaluación.  

La tarea es eje de la evaluación porque obliga al estudiante a movilizar las competencias haciendo posible observar su manifestación a través de los procesos seguidos y los productos obtenidos, y a la luz de los criterios de evaluación y su concreción en estándares de aprendizaje.

Qué evaluamos

Las competencias se evalúan, por lo tanto, a través de las tareas y productos finales que realizan los estudiantes.

La evaluación es un proceso constante, no una actuación puntual en algunos momentos. Se trata de un proceso continuo que tiene como finalidad identificar las dificultades y errores, pero también los éxitos y -lo que es más importante- comprender sus causas. Esta comprensión es la que permite al docente ofrecer ayuda al estudiante para que supere sus dificultades y al estudiante reajustar su proceso, comprendiendo como manejar sus errores y éxitos para seguir avanzando.

Si la evaluación solo identifica éxitos y fracasos, se limita a informar acerca de si el estudiante puede o no puede aprender, dejándolo sin vías para continuar aprendiendo, situando el error como final del camino en lugar de como inicio de nuevos caminos.