LIBRO: RECURSOS Y MUSICOGRAMAS

1. INTRODUCCIÓN



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Comenzamos el curso proponiendo una reflexión acerca las razones que nos pueden llevar a crear nuestro propio repertorio para clase.

  • Adaptación e inclusión: al crear repertorio para un alumnado y un centro específicos tendremos en cuenta las diversas circunstancias, recursos, capacidades y habilidades con las que contamos.
  • Motivación: el alumnado puede sugerir piezas al docente, que elegirá las que considere más apropiadas y asequibles. De este modo lograremos el plus de motivación al ofrecerles trabajar en música que conocen bien y les encanta.
  • Enriquecimiento: el docente al seleccionar las piezas puede proporcionar acceso una gran variedad de géneros musicales menos frecuentes en los hábitos de escucha de nuestros estudiantes como música clásica, jazz, folclore, pop y rock de décadas pasadas, etc.

Antes de emprender la labor de adaptar una partitura es aconsejable tener en cuenta algunas consideraciones generales que nos van a ser de ayuda en el proceso de crear nuestro propio repertorio.

  • Elegir estratégicamente las piezas con las que mejor podamos abordar los contenidos teóricos establecidos para cada curso. En especial nos puede servir para trabajar los conceptos que les resulten más áridos o aburridos. Por ejemplo, "Stand By Me" para ilustrar acordes y línea de bajo.
  • Buscar un nivel de dificultad razonable en la pieza que vamos a adaptar en función del nivel de nuestro alumnado. A este respecto, hay que buscar el término medio entre lo demasiado fácil que provocaría aburrimiento en los estudiantes y lo demasiado difícil para su nivel lo cual podría hacer que se frustrasen y abandonasen casi antes de empezar. El objetivo es que implique un reto asequible y que al conseguir tocar la pieza correctamente experimenten la sensación de satisfacción y logro.
  • Escuchar la pieza original unas cuantas veces hasta familiarizarnos con ella. Del mismo modo es aconsejable escuchar diferentes arreglos de esa misma pieza, versiones a cappella, en otro registro, etc. Esto nos va a servir de inspiración para hacer nuestra propia versión.
  • Analizar la pieza, asignando a los instrumentos de los que disponemos las diferentes partes: melodía principal, armonía, línea de bajo, acompañamiento de percusión, etc.
  • Mantener el parecido con el original tanto como sea posible, sobre todo en partes esenciales como melodía, armonía, etc. Aunque también podemos plantear cambios de estilo como por ejemplo convertir una canción animada en una balada íntima, darle un toque swing a una pieza de otro estilo, etc. Pero en general los alumnos disfrutan más y asimilan mejor la canción, cuando es más parecida a la original.
  • Cambiar ciertos elementos para simplificar y facilitar la práctica musical. En ocasiones habrá que modificar la tonalidad para hacer la pieza más asequible al nivel que presente nuestro alumnado. También puede que sea necesario alterar la forma omitiendo algunas partes o repeticiones para reducir la duración de la pieza.
  • Dejar un breve periodo de prueba antes de imprimir o distribuir la partitura al alumnado. Nuestra pieza recién adaptada puede necesitar retoques que no somos capaces de notar hasta que no la pongamos en práctica. Esto no significa que dichos retoques sean necesariamente para simplificar la pieza. En muchas ocasiones es de gran utilidad escuchar los comentarios de los propios estudiantes sobre dificultades que encuentran, partes que no les suenan bien, etc.