2.A. La voz y la palabra en la primera infancia

1. Tiempo para leer

El contenido se estructura en dos apartados, cada uno de ellos organizado en tres epígrafes.

1. Nacer en la voz
Leer en la primera infancia es aprehender el mundo a través de la Voz. El proceso es indivisible del conocimiento empírico de la realidad. Y ambos aprendizajes se inician antes de nacer y tienen su desarrollo más intenso durante los primeros años de vida.

Destacaremos tres aspectos sobre los que se construye ese proceso y que están especialmente presentes en los textos de folklore infantil (nanas, retahílas, jitanjáforas, juegos de falda y canciones que recorren el esquema corporal, etc.).

INTENCIÓN
¿Qué busca y qué percibe el ser humano en la voz? Los mensajes artísticos envuelven las acciones cotidianas de supervivencia. “Cantamos” mientras procuramos al bebé el soporte básico para la vida: alimento, calor, descanso. Con ello ambos, el recién nacido y el adulto que lo acoge, afirman su voluntad (y necesidad) de vivir más allá de lo físico, de lo presente y de lo productivo. Se suman al pacto de la especie para perdurar más allá del individuo y pertenecer a una colectividad.

TONO
Es el elemento fundamental sobre el que descansa la transmisión de la intención. El adulto adapta todo su discurso, incluido el abiertamente funcional, a ese tono que lo hace indispensable para el bebé, sea cual sea su contenido.

RITMO
Es el elemento que retoma para la comunicación la estructura creada por la experiencia prenatal, donde fundamentalmente el latido, pero también la respiración, el discurrir de los fluidos corporales, los movimientos de la marcha, etc., ordenan los datos acumulados en un hilo continuo que permite adelantarse a las nuevas experiencias: predecir mensajes y preparar respuestas, pero dentro de una interacción de juego y no de “retribución” o “entrenamiento”. 

 
2. Crecer en la voz
Sobre esta base clara de comunicación afectiva, de interacción gratuita (desinteresada, contemplativa), el niño puede asentar otro tipo de conocimiento, del mundo y de sí mismo, donde no solo tiene sentido plantearse el lugar de cada uno, sino que además tiene importancia. 

SECUENCIA
A medida que la experiencia se amplía, crea peldaños conceptuales sobre los que afianzamos nuestro avance en el conocimiento del mundo. Esos engranajes requieren métodos de organización complementarios a los del canto, que puedan integrar tanto la razón como la emoción en la historia que construimos acerca de nosotros mismos.

IDENTIFICACIÓN
Permite reconocer y ampliar nuestra experiencia por la del otro. Es más, a través de nuestra respuesta afectiva reconfigura el universal literario: los temas, las estructuras, las figuras retóricas son ratificadas o no por los receptores.

SÍMBOLO
Del mismo modo que la experiencia repetida de dejar caer un objeto construye en el bebé un concepto de cómo funciona la física del mundo, y el hito histórico de medir esas experiencias y extraer conclusiones da lugar a una ley de la gravedad que condensa ese aprendizaje, los símbolos recogen experiencias psicológicas, reconocibles a través de innumerables relatos, y las formulan en un signo colectivo.

Beatriz Sanjuán es especialista en promoción de la lectura y literatura infantil. Desde 1994 ha realizado programas de formación lectora con diversos organismos públicos y privados. Algunos proyectos destacados son Escalera de libros -talleres de lectura compartida para bebés y familias-, Mil formas de leer y de contar –proyecto de lectura y creación en centros escolares-, Todo el mundo cuenta –ciclos para diversos ayuntamientos- e Itinerarios de lectura –propuestas docentes y de selección para profesorado de todos los niveles educativos. Dirige la empresa VIA LIBRI y forma parte del equipo TresBrujas, junto con Lara Meana y Olalla H. Ranz.