6. Elisa Yuste: ¿pugna de soportes?

A menudo el dilema entre la P de papel y la P de pantalla desata una vehemente batalla entre lo impreso y lo digital, en la que los partidarios de una y otra alternativa enarbolan las ventajas de la opción preferida y proclaman a los cuatro vientos las debilidades de la denostada.

En este sobrevolar de trastos de uno a otro lado, en este cruce de puntos fuertes y débiles, en este dilema, se puede ver cómo en muchos casos la lectura en papel y la lectura en pantalla muestran un similar comportamiento en algunos aspectos y, a la postre, comparten una misma finalidad, tal y como hemos comentado al comienzo de este curso.

El lector, en uno y otro caso, busca disfrutar de una historia, deleitarse con las palabras y las imágenes; persigue cierta información que necesita para elaborar un informe académico, profesional, resolver un problema práctico, conocer, comprender, entender algo o entenderse a sí mismo.

¿Tiene sentido seguir planteando el futuro de la lectura
desde una pugna continua de soportes?

¿No es hora de mirar más allá y de analizar en mayor profundidad
los cambios que se están produciendo en los modos y maneras de leer?

La solución no está en destacar de forma reiterada los conflictos, sino que pasa por mostrar un mayor interés por conocer los cambios, por establecer relaciones entre el presente y el pasado de cara a entender y estar mejor preparados para afrontar los nuevos caminos abiertos, tal y como ya hemos comentado.

Pongamos, pues, el foco en los cambios que experimenta la lectura y los lectores, en la calidad y el valor de lo que leemos, en cómo buscar y escoger de forma eficaz, sensata y crítica en el conjunto de la oferta, impresa y digital.

El mayor dilema, más bien reto, insisto, no es otro que formar lectores competentes, que conocen y se mueven entre todo tipo de textos, acostumbrados a leer en distintos formatos, avezados en surcar diferentes vías y canales, preparados para saltar de uno a otro cuando la lectura lo precise. Lectores capaces de descifrar todo tipo de códigos, de comprender los mensajes que nos transmiten, de enjuiciarlos y ser críticos con ellos.

Deseo que este curso haya contribuido a aclarar el estéril enfrentamiento entre lo impreso y lo digital para centrar la atención sobre la lectura en todas sus manifestaciones, atendiendo a todas sus funcionalidades y contemplando todas sus formas. El propósito: conseguir vuestra complicidad y enfatizar los elementos comunes entre la lectura en papel y la lectura en pantalla, apostar por la plena complementariedad entre ambas y destacar, en uno y otro caso, la figura del lector.