3. Crecer en la voz

3.2. La identificación

Permite reconocer y ampliar nuestra experiencia por la del otro. Es más, a través de nuestra respuesta afectiva reconfigura el universal literario: los temas, las estructuras, las figuras retóricas son ratificadas o no por los receptores.

La identificación queda explicada de modo muy completo por su mera definición en el diccionario: todas las acepciones se aplican con exactitud a los efectos que produce la literatura.

1. tr. Hacer que dos o más cosas en realidad distintas aparezcan y se consideren como una misma. U. m. c. prnl.

2. tr. Reconocer si una persona o cosa es la misma que se supone o se busca.

3. prnl. Llegar a tener las mismas creencias, propósitos, deseos, etc., que otra persona. Identificarse con él.


Pequeño azul y Pequeño amarillo
Leo Lionni (illustration)
Kalandraka

4. prnl. Dar los datos personales necesarios para ser reconocido.

5. prnl. Fil. Dicho de dos o más cosas que pueden parecer o considerarse diferentes: Ser una misma realidad.

La identificación se suele lograr a través del personaje, pero se basa más en sus vivencias que en su aspecto. Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, de Leo Lionni, es un buen ejemplo.

Pequeño Azul puede parecer muy abstracto para un adulto: no tiene rasgos, ni ropa, ni siquiera nombre. No es más que una mancha. Pero en su historia vive lo mismo que un niño y el lector se reconoce a sí mismo. Todo lo que le pasa a Pequeño Azul tiene que ver con su entorno cotidiano y con experiencias fundamentales acerca de su autonomía y seguridad afectiva.

Antonino, el personaje creado por Juan Arjona y Llüisot, que presentamos en nuestra estantería, es otro ejemplo que nos permite integrar además la experiencia del héroe (un personaje simbólico, como analizaremos en la clave final de “Crecer en la voz) y todos los elementos básicos de la narración.

En Antonino contra el tiempo es fácil ver la presentación del personaje, la aparición del conflicto, la peripecia encaminada a solucionarlo y el final relacionado con ambos. Pero también se hace posible manejar los conceptos de espacio y tiempo dentro de una estructura al mismo tiempo experiencial y conceptual: a través de Antonino, el lector no solo se enfrenta al conflicto y lo supera, sino que puede dominar el tiempo y el espacio.

Antonino contra el tiempo
Juan Arjona y Lluïsot
A buen paso

La identificación y la secuencia son claves para nuestra experiencia lectora durante toda la vida, no solo en la infancia. Hacemos pactos inquebrantables con ciertos personajes y autores. Buscamos la seguridad de algunos géneros cuya secuencia resulta placentera en su familiaridad. Pero también nos deslumbran las fórmulas novedosas que pueden incluso renovar la historia de la ficción, reorganizando lo que hasta entonces parecía inmutable. El ejemplo que siempre me asalta es El Quijote, con sus personajes tan dignos de telenovela como de ensayo filosófico, y su mezcla de géneros populares, cultos y aún no inventados, que dieron lugar al que aún predomina en la literatura moderna: la novela.

Ni al Quijote ni a sus lectores se los tomaron muy en serio en su momento. Lo mismo sucede con los niños y sus lecturas. Pero en mi opinión, el estudio de su recepción literaria nos enseñaría mucho si no lo contemplásemos con tanta arrogancia.