2. Expresión del conocimiento



En este apartado, vamos a centrarnos en los aspectos relacionados con las vías de expresión del conocimiento. Y lo vamos a hacer, poniéndola en relación con una de las cuestiones centrales para el aprendizaje como es la evaluación.

Antes de entrar en materia, queremos redundar en una cuestión importante. Nos referimos a la relación de la expresión del conocimiento con todo lo que ya se ha comentado sobre el acceso a la información. Destacando en concreto la presentación de la información utilizando diferentes formatos. Acceso y expresión en este sentido son espejo y reflejo. 

Dicho esto, entramos en materia.

Como marco general cabe decir, que partimos de la premisa de que toda expresión es evaluable. 

Esto nos lleva a poner el foco en dos asuntos fundamentales. 

Por un lado, en cómo vamos a trabajar para que el alumnado pueda expresar fácilmente y de múltiples maneras lo aprendido. 

Por otro, en cómo todas esas vías de expresión pueden ser evaluables y a su vez, objeto de feedback formativo. Es decir, enriquecedoras de los procesos de evaluación tanto formativa como sumativa.

Dicho esto y antes de avanzar hacia propuestas más prácticas cabe destacar algunas ideas clave:

  • En primer lugar,  el rol determinante de la expresión del conocimiento como apoyo al aprendizaje y a la propia enseñanza. 
  • En segundo, entender que el poder de las evaluaciones para guiar el aprendizaje, en múltiples ocasiones no se observa ni se aprovecha porque la función sumativa, que proporciona grados y otras medidas a lo que se aprende, es la que domina.
  • Y en tercer lugar, enfatizar en que ofrecer evaluación formativa regularmente tiene un impacto significativo en el aprendizaje. Las actividades que programemos para facilitar la expresión del conocimiento serán el puente para que podamos ofrecer esa retroalimentación frecuente.

Ideas clave

Hablamos de hacerlas servir como puente entre la enseñanza y el aprendizaje. Deben ser actividades que, como ya hemos dicho, “faciliten la salida” del conocimiento y que a su vez nos faciliten dar un feedback tanto al alumnado como a nosotras y nosotros como docentes.

Como ya hemos adelantado al principio de esta presentación, por su intrínseca relación, se volverán a poner en relevancia muchas de las cuestiones ya abordadas tanto en el acceso a la información como en todo aquello relacionado con el feedback o regulación del aprendizaje. 

Con la diferencia de que en esta ocasión, pondremos todas esas cuestiones al servicio de la parte de la programación en la que se planifica y diseña cómo el alumnado va a expresar lo que aprende. 

Esta parte del proceso, por su importancia, ha de ser necesariamente una fase planificada explícitamente desde el principio. 

Buscamos la respuesta a la pregunta: ¿Cómo voy a propiciar que mi alumnado exprese lo que ha aprendido?

Esta planificación docente, para que sea facilitadora de la evaluación del conocimiento del alumnado sea cual sea su forma de expresión, debería contemplar los siguientes aspectos:

  1. Ofrecer diversos modos de expresarse y comunicar.
  2. Valorar y reconocer como prueba de progreso tanto lo que se aprende dentro como lo que se aprende fuera de la escuela.
  3. Facilitar la aplicación de los conocimientos en la resolución de problemas reales.
  4. Promover la transformación de los conocimientos en diversas formas de representación.
  5. Impulsar la resolución de problemas de forma creativa.
  6. Ofrecer procedimientos de autorregulación, chequeo, corrección y validación.

Veamos los diferentes puntos por partes:


1. Ofrecer diversos modos de expresarse y comunicar.

Nos referimos en este punto a garantizar dos asuntos esenciales.

Por un lado, contemplar que en la expresión del conocimiento se admitan, faciliten y se anime a utilizar diferentes formatos:

escrito, gráfico, visual, oral, manipulativo, corporal...

Por el otro, tener en cuenta e introducir apoyos a la expresión. 

Nos referimos a:

    • Recursos informáticos, es decir, soportes, aplicaciones y artefactos TIC.
    • Comunicación aumentativa y alternativa, por ejemplo, pictogramas, signos, imágenes...
    • también, productos de apoyo como por ejemplo teclados y ratones adaptados, comunicadores-reproductores o conmutadores, entre otros...

2. Valorar y reconocer como prueba de progreso tanto lo que se aprende fuera como dentro de la escuela.

En este segundo punto, hacemos referencia a que no todo el aprendizaje ocurre en la escuela. Mucho ocurre en contextos no formales como son el los museos, recintos deportivos, escuelas de música,  u otros lugares donde se llevan a cabo actividades extraescolares. Además también se aprende, de forma implícita y casi sin esfuerzo en contextos informales como son el hogar o la relación con compañeras y compañeros, amigos y amigas.

Es por esta razón de vital importancia, aprovechar el potencial de esta realidad siendo capaces de reconocer y valorar la expresión del conocimiento ocurra en el contexto de aprendizaje que ocurra.  

Nos referimos en este punto a que las diferentes opciones para la expresión que ofrezcamos al alumnado partan de la base de que sean una oportunidad para conectar lo que han aprendido dentro la escuela con la resolución de problemas próximos a su experiencia. Es decir, dotar de funcionalidad, aplicabilidad y sentido real a lo que les enseñamos.

3. Facilitar la aplicación de los conocimientos en la resolución de problemas reales.

Estrechamente relacionado con los dos puntos anteriores, en este tercer punto, aludimos a que, en la expresión del conocimiento, se dé al alumnado la opción de expresar lo que sabe resolviendo situaciones reales, simulaciones, situaciones hipotéticas, realización de proyectos…Es decir, dotar a la expresión del conocimiento de funcionalidad, aplicabilidad y sentido real. Esto nos permitirá evaluar cómo el conocimiento es puesto en acción.

4. Promover la transformación de los conocimientos en diferentes formas de representación.

Indicamos aquí, la importancia de que, en la expresión del conocimiento, se promueva, facilite e invite a cambiar el formato. La idea esencial es que, aunque partamos de aquel formato que a cada alumno o alumna le resulte más cómodo puedan, a partir de ese, explorar y aprender otros. Facilitar esta práctica,  como ya se ha explicado en otros apartados, favorecerá un mejor procesamiento de la información y por tanto un aprendizaje de mayor calidad, más significativo.

5. Impulsar la resolución de problemas de forma creativa.

Nos referimos a ofrecer, en la expresión del conocimiento,  la posibilidad de hacerlo desarrollando la habilidad de encontrar soluciones variadas, alternativas y creativas a los problemas. Es decir, aprender a mejorar o incluso a crear cosas nuevas a partir de una dada. Siendo ese desempeño, evaluable.

6. Ofrecer procedimientos de autorregulación, corrección, chequeo y validación.

Nos centramos aquí en la finalidad de la expresión del conocimiento, la cual, a su vez, conecta directamente con el feedback así como con la dimensión formativa de la evaluación.

Estamos hablando de todas aquellas estrategias, procedimientos, recursos o técnicas que ayudarán a nuestro alumnado a saber qué han hecho bien y porqué, así cómo qué deben mejorar y de qué manera.

Algunos ejemplos de ello serían, Las listas de comprobación, las rúbricas, las dianas de evaluación, los diarios de aprendizaje o los porfolios.

Para finalizar este apartado y antes de entrar en la evaluación sumativa, os ofrecemos un decálogo que recoge de forma resumida algunas recomendaciones sobre qué hacer y qué no hacer respecto a la expresión del conocimiento.