Técnicas de aprendizaje cooperativo. Ubuntu, I am because we are.

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Libro: Técnicas de aprendizaje cooperativo. Ubuntu, I am because we are.
Imprimido por: Invitado
Día: viernes, 22 de noviembre de 2024, 10:27

1. Introducción

UBUNTU: “I am because we are”. (Definición realizada por Leymah Gbowee, activista pacifista de Liberia).

Ubuntu es una actitud mental prevaleciente entre los nativos del extremo sur de África, surge del dicho popular “umuntu, nigumuntu, nagamuntu”, que en zulú significa “una persona es una persona a causa de los demás”.

Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.

Tim Jackson, autor del libro Prosperidad sin crecimiento: economía para un planeta finito (2009), se refiere a Ubuntu como una filosofía que apoya los cambios que él cree que son necesarios para crear un futuro que sea económico y ambientalmente sostenible.

La filosofía UBUNTU es la que debe prevalecer en cualquier proyecto en general y en los proyectos que nos ocupan, STEAM-ABI, en particular. Este modo de pensamiento y comportamiento es el que subyace cuando hablamos del aprendizaje cooperativo introducido por los hermanos David W. Johnson y Roger T. Johnson, ya que:

La cooperación consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. En el aprendizaje cooperativo, los alumnos buscan el éxito no sólo para ellos mismos sino para todos los miembros del grupo. Este método contrasta con el aprendizaje competitivo en el que cada uno busca su éxito personal en contra de los demás y con el aprendizaje individualista en el que cada uno trabaja por su cuenta para lograr objetivos al margen del resto de compañeros.

ubuntu

2. Aprendizaje Cooperativo. ¿Qué es?

En su libro “El aprendizaje cooperativo en el aula” los hermanos Johnson definen el Aprendizaje Cooperativo como “el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás”.

En cada sesión, no importa de qué materia se trate, los docentes pueden organizar la docencia para que sus alumnos:

a) trabajen de manera cooperativa en pequeños grupos asegurando que todos los miembros dominan el contenido facilitado.

b)​ participen en una competición para ver quién es el mejor.

c) trabajen de manera individual en sus propios objetivos de aprendizaje, a su propio ritmo y en su propio espacio para conseguir un resultado preestablecido de excelencia.

Es decir, en función de cómo el docente organice su docencia da lugar a tres formas diferentes de trabajo en sus alumnos, competitivamente, individualmente o cooperativamente (Johnson y Johnson, 2017).

La cooperación es un trabajo conjunto en el logro de objetivos compartidos, trabajando de manera cooperativa, los componentes del grupo buscan resultados comunes que les beneficien a ellos y al resto del equipo. Este modo de trabajo maximiza tanto el aprendizaje individual como el del resto de compañeros pues su filosofía es que el éxito de mi compañero me beneficia y el mío a los dos, dándose una situación en la que ambos ganan.

cooperativo

Consejo: Prepara tus sesiones para que, a través de la asignación de roles, todos los estudiantes puedan comprender y hacer suyos los contenidos de aprendizaje. Que en tus sesiones, el esfuerzo individual contribuya al éxito de todos los componentes del equipo, haciendo que todos reconozcan su contribución al bien común, acercándose conjuntamente al objetivo que todos comparten. De esta manera conseguirás una satisfacción doble en tus alumnos/as: por lo conseguido individualmente y como grupo.

2.1. Historia del Aprendizaje Cooperativo

La idea del aprendizaje cooperativo surge en la historia de occidente ya que en el s. XVI algunos pedagogos y retóricos empiezan a hablar de las ventajas de enseñar a otros/as para aprender del aprendizaje entre iguales. Se puede mencionar en esta época a Saint Simon, Robert Owen, Carlos Furier o Charles Gide (fijó las bases del sistema cooperativo que permitía al hombre su superación).

A finales del s. XVIII, Joseph Lancaster y Andrew Bell, utilizaron la idea de grupos cooperativos para aprender en Inglaterra. Estas ideas fueron acogidas en EE.UU por Francis Parker y John Dewey convirtiéndose en los precursores, ya que desarrollaron y aplicaron estos planteamientos en sus proyectos pedagógicos.

En el s. XIX, Francis Parker abrió una escuela lancasteriana en Nueva York aplicando el método cooperativo y difundiendo este procedimiento de aprendizaje en la cultura escolar americana.

Los movimientos de aprendizaje cooperativo en las escuelas fueron continuados gracias al pensamiento pedagógico de J. Dewey, el cual, contribuyó a la elaboración de métodos científicos que recogieran datos sobre las funciones y los procesos de la cooperación en grupo.

A partir del s. XX es cuando realmente en EEUU se empieza a difundir el aprendizaje cooperativo. Se expande largo del siglo como un modo de luchar contra la concepción educativa predominante: el aprendizaje individualista, en el que se forma al aprendiz en destrezas individuales, en la memorización y no en la reflexión y en la competición donde los mejores reciben premios, se supera cada nivel sin haber desarrollado habilidades sociales de intercambio y sin madurar el pensamiento reflexivo.

En las escuelas de EEUU es muy habitual que en las clases haya alumnos de todas las partes del mundo, por ello, el aprendizaje cooperativo también se planteó para influir de forma positiva en el alto nivel de conflictividad que existe entre tanta variedad de etnias, lenguas, religiones y culturas dentro de las aulas, las técnicas de aprendizaje cooperativo debían de fomentar la interacción entre afroamericanos, hispanos, asiáticos, árabes, etc y favorecer la interculturalidad, integrando a todos ellos en una misma comunidad, además de incrementar y mejorar el aprendizaje.

En los años sesenta, la investigación y práctica de los métodos cooperativos experimentan gran importancia, continúa evolucionando la teoría y la aplicación de las técnicas cooperativas en el ámbito escolar sobre todo en EE.UU. y Canadá. Se inicia un desarrollo con sus características más esenciales en Israel, Holanda, Noruega e Inglaterra y se va extendiendo hacia países europeos como Italia, Suecia, España…

El trabajo cooperativo se apoya a lo largo del tiempo en estudios e investigaciones realizadas a través de los tiempos:

  • Teoría del Desarrollo Cognitivo de Piaget, manifiesta que cuando los individuos cooperan en el medio, ocurre un conflicto socio-cognitivo que crea con un desequilibrio, que a su vez estimula el desarrollo cognitivo.
  • Vigostky, el aprendizaje cooperativo requiere de grupos de estudios y trabajo, ya que es en el trabajo en grupo donde los docentes y los alumnos pueden cooperar con los menos favorecidos en su desarrollo cognitivo.
  • Teoría del Desarrollo Conductista de Skinner, manifiesta que en las contingencias grupales, las acciones seguidas de recompensas motivan a los alumnos en su trabajo cooperativo.
  • Hassard (1990), el trabajo cooperativo es un abordaje de la enseñanza en el que los grupos de estudiantes trabajan juntos para resolver problemas y para determinar tareas de aprendizaje.
  • Coll y Solé (1990), presentan la interacción educativa como situaciones donde los protagonistas actúan a la misma vez y de forma recíproca en un contexto determinado, en torno a una tarea o a un contenido de aprendizaje con el único fin de lograr objetivos claramente determinados.
  • Colomina (1990), el trabajo cooperativo tiene buenos efectos en el rendimiento académico de los participantes así como las relaciones socioafectivas que se establecen entre ellos.
  • Mario Carretero (1993), dice que el conocimiento se construye en la realidad del interactuar del ser humano.
  • Violeta Barreto (1994), el aprendizaje cooperativo es aquel en el que el alumno construye su propio conocimiento mediante un complejo proceso interactivo en el que intervienen tres elementos: los alumnos, el contenido, y el profesor.

Estos planteamientos y otros, muestran la importancia del aprendizaje cooperativo y han ayudado a su desarrollo a lo largo de la historia.


2.2. Elementos del Aprendizaje Cooperativo

AC

2.3. Grupos de aprendizaje

Según Johnson & Johnson, el aprendizaje cooperativo comprende tres tipos de grupos de aprendizaje:

  1. Grupos informales de aprendizaje: los alumnos trabajan juntos en grupos temporales que duran desde unos minutos hasta una clase para lograr objetivos de aprendizaje compartidos. “El aprendizaje cooperativo informal asegura que todos los alumnos se impliquen activamente en la comprensión de lo que están aprendiendo”.
  2. Grupos formales de aprendizaje: los alumnos trabajan juntos durante una o varias sesiones para lograr objetivos de aprendizaje compartidos y completan juntos unas tareas o actividades específicas (tales como la toma de decisiones, la solución de problemas, completar una unidad, escribir un informe, llevar a cabo un experimento, leer un capítulo de un libro, aprender vocabulario, contestar unas preguntas al final de un tema,...). “Se espera que los alumnos interactúen con sus compañeros de grupo y se exijan mutuamente responsabilidad”.
  3. Grupos base cooperativos: son grupos de aprendizaje heterogéneos, a largo plazo, con miembros estables a lo largo de un trimestre, durante todo el curso o etapa escolar. Se dan mutuamente el apoyo, ánimo y ayuda que necesitan para realizar las tareas de clase y progresar  a nivel académico.

equipos

3. ¿Qué no es Aprendizaje Cooperativo?

Es importante ser capaz de diferenciar entre los grupos de trabajo que simulan el aprendizaje cooperativo de los grupos que realmente lo llevan a cabo. No son trabajo cooperativo los pseudogrupos ni los grupos de trabajo tradicionales porque si bien los alumnos trabajan juntos su desempeño no conduce a los resultados positivos que se obtendrían al trabajar de manera cooperativa:

Pseudogrupos de aprendizaje: por desconocimiento en muchas ocasiones se organiza a los alumnos para que trabajen en equipo suponiendo que cualquier grupo de alumnos por sí mismos van a generar y promover el aprendizaje de todos los miembros. Cuando no hay certeza de que la estructura de la actividad favorece que los alumnos interactúen entre ellos y compartan información, lo que se está favoreciendo es el llamado pseudogrupo de aprendizaje.

  • En el pseudogrupo los estudiantes deben trabajar juntos, pero no tienen interés en hacerlo, no hay preocupación por el aprendizaje de los demás y aunque aparentemente están juntos continúan compitiendo entre sí. En este modo de trabajo tampoco existe compromiso alguno por el futuro del grupo (Johnson y Johnson, 1999).
  • Estos grupos se forman de manera improvisada, sin planificación previa del docente y el tipo motivación que los impulsa es extrínseca, fundamentalmente conseguir una calificación favorable. En ocasiones los grupos de trabajo se forman contra la voluntad de sus integrantes que preferentemente desearían hacer su trabajo de manera individual (Ortega y Terrazas, 2012).
En estos pseudogrupos los estudiantes no comparten la información, sino al contrario, trabajan de manera individual sin que su esfuerzo fomente el aprendizaje del conjunto porque mantienen el espíritu competitivo. Si este es el espíritu que predomina en el grupo, se alcanzarán mejores resultados trabajando de forma individual.

Grupos de enfoque tradicional: tampoco consiguen los beneficios del trabajo cooperativo los grupos de aprendizaje de enfoque tradicional. Son aquellos en los que el docente da unas instrucciones respecto qué deben lograr trabajando juntos, pero las tareas que se les asigna están estructuradas de tal modo que no requieren trabajo conjunto y los miembros sólo interactúan entre ellos para aclarar qué parcela corresponde a cada uno y cómo deben actuar individualmente. Aunque los alumnos intercambian información, no están motivados para enseñar lo que saben al resto de compañeros.

La predisposición a ayudar y compartir es mínima porque tras repartir el trabajo, cada uno realiza su parte de manera individual para, en una segunda fase, reunirse y unir cada sección en un documento o presentación conjunta que recopile los logros individuales. Lo importante es que todos realicen el mismo esfuerzo.

En los grupos tradicionales, aunque se comparte la información de manera parcial no hay ninguna motivación para aprender la parte del otro, ni por enseñar lo cada uno ha aprendido al resto de sus compañeros. La situación se agrava si, además, han de hacer el trabajo fuera del aula porque se añade la dificultad de desplazarse a un sitio común o las incompatibilidades de horario entre los miembros que les limita el tiempo en el que realizar las tareas compartidas.

Es bastante común que algunos compañeros abusen del esfuerzo de los estudiantes más aplicados, quienes acaban haciendo todo o casi todo el trabajo para evitar una mala calificación, por lo que al final del proceso se sienten “explotados” y, como consecuencia, disminuyen su esfuerzo en el trabajo.

En este caso aunque el resultado de trabajar juntos pueda ser superior que el potencial de algunos miembros, lo cierto es que los estudiantes que más se esfuerzan serán capaces de obtener mejores resultados trabajando de forma individual. Tanto en los pseudogrupos como en los grupos de enfoque tradicional, las tareas se estructuran de tal manera que los estudiantes son evaluados y recompensados como individuos y no como miembros de un grupo, incluso aunque todos reciban la misma calificación.



4. Guía básica para la creación de grupos cooperativos.

Introducción

Para la formación de equipos de alumnos los profesores podemos atender a distintos criterios:

  • Podemos dejar que sean los propios alumnos los que se agrupen cumpliendo ciertos “requisitos o condiciones” propuestas por el equipo de profesores:
    • Mismo número de chicos y chicas en el equipo, por ejemplo.
  • Realizar agrupamientos al azar:
    • Se ordenan por días/meses de nacimiento y después se van cogiendo los 4 primeros, los 4 siguientes, etc
    • Repartir las letras STEAM al azar entre los alumnos y que se junten para formar los términos STEAM/TEAMS (que casualmente tienen las mismas letras).
  • Establecer equipos de trabajo heterogéneos a través de una evaluación inicial u observación de los siguientes aspectos:
    • Atención y/o participación de los alumnos.
    • Roles que adoptan en el trabajo en equipo.
    • Fortalezas e intereses.
  • Género (incluyendo el mismo número de chicos que de chicas en cada grupo, o al menos garantizando un número mínimo de chicas en cada grupo).

4.1. Formación de equipos heterogéneos. Roles.

Cuando hablamos de equipos heterogéneos en el aula estamos haciendo referencia a las agrupaciones de alumnos que responden a criterios de diversidad. Se busca que en un equipo heterogéneo haya una suma de aspectos diferentes, por ejemplo, alumnos con distinta capacidad o alumnos con distinta motivación, alumnas y alumnos en todos los equipos.

En el desarrollo de un proyecto será esencial el uso de la diversidad existente dentro de un equipo. Esta diversidad debe considerarse un valor, ya que enriquece a los miembros del equipo y al proyecto.

Cuando se trabaja en equipo las personas desempeñamos diferentes roles o perfiles que en general deberían coincidir con nuestras mejores habilidades o destrezas, para poder aportar “nuestro mejor yo”, “nuestra mejor versión” al equipo.

Para conseguir que cada miembro del equipo desempeñe en cada momento el rol que mejor se adapte a sus características es recomendable que en la primera toma de contacto del equipo los componentes del mismo realicen un DAFO personal y lo pongan en común con los demás.

Para desarrollar nuestro DAFO personal deberíamos rellenar una plantilla parecida a la siguiente:

ALUMNO:

FORTALEZAS

  • ¿En qué pienso que soy realmente bueno?
  • ¿Qué cualidades positivas ven las otras personas en mí?
  • ¿Qué creo que sé hacer mejor que el resto de personas-compañeros de equipo?
  • ¿De qué estoy especialmente orgulloso de mí mismo?

DEBILIDADES

  • ¿Qué habilidades creo que no “son mi fuerte” y me cuesta dominar?
  • ¿Qué cosas hago únicamente porque tengo que hacerlas y porque son mi obligación?
  • ¿Hay aspectos de mi personalidad que me impiden avanzar?
  • ¿Qué aspectos suelen identificar las otras personas como una debilidad mía?
  • ¿Dónde soy débil o vulnerable?
  • ¿Dónde creo que me falta experiencia, recursos, o no me desenvuelvo con soltura?

OPORTUNIDADES

  • ¿De qué manera puedo sacar provecho de mis fortalezas?
  • ¿Qué oportunidades se les presentan a las personas que hacen estas cosas bien?
  • De las cosas en las que soy bueno, ¿qué me encantaría hacer?
  • ¿Cómo puedo minimizar o hacer “más pequeñas” mis debilidades?

AMENAZAS

  • ¿Hay alguna amenaza o algún factor externo en la que deba pensar o tener en cuenta?
  • Si no abordo mis debilidades, ¿qué problemas podrían causarme?
  • ¿Qué contratiempos podría enfrentar?
  • ¿Qué obstáculos han superado otras personas cuando intentan conseguir lo mismo que yo ahora?

Una vez que los alumnos ponen sus fortalezas y debilidades en común con sus compañeros de equipo toman conciencia de:

  • qué rol desempeñarán mejor en el cooperativo,
  • quién/quiénes puede/n “liderar” cada una de las fases del proyecto,
Los roles más destacados en un grupo cooperativo de trabajo son:

roles

Con respecto a los proyectos STEAM-ABI, a grandes rasgos, los principales roles podrían ser:
  • Investigador
  • Ideador
  • Prototipador
  • Comunicador

4.2. Tamaño de los equipos

A la hora de trabajar con distintos equipos en el aula es importante plantearse el número de miembros que compondrá cada equipo.

El número de alumnos por equipo debe ser el óptimo para que todos los miembros trabajen y participen en él de forma equitativa, pero tampoco podemos olvidar como docentes que el número total de equipos en el aula nos debe permitir poder gestionar la sesión de forma adecuada, por lo que si establecemos grupos de pocos miembros tendremos muchos más equipos que gestionar en el tiempo de la sesión. La búsqueda del equilibrio entre el número de alumnos que permita un buen trabajo y un número asequible de equipos dentro del aula es un aspecto a tener en cuenta.

Como recomendación general, y teniendo en cuenta que en un aula de Primaria o Secundaria podemos encontrar entre 28-30 alumnos, lo ideal sería formar equipos de 4-6 alumnos. Si el profesorado trabaja en Team Teaching el número de equipos a atender por cada docente decrece, pero si se trabaja de forma individual el docente atenderá como máximo a unos 5-6 equipos diferentes en el aula.

4.3. Reglas de equipos cooperativos

Un aspecto relevante a tener en cuenta cuando se trabaja en equipo es el establecimiento consensuado de unas reglas o normas que favorezcan el buen trabajo entre todos: las reglas de equipo o reglas de oro.

Estas reglas establecen un marco sobre el que actuar, de forma que se garantice un buen funcionamiento en equipo. Además, el hecho de establecerlas entre todos de forma consensuada, favorecerá la cohesión de los miembros del equipo, un aspecto fundamental para que se trabaje de forma eficaz.

Las reglas de equipo deben quedar por escrito en un documento, de tal forma que se pueda recurrir a él, y lo ideal es que estén siempre visibles. Estas reglas recogerán aspectos sobre:

  1. Respeto
  2. Implicación personal
  3. Regulación de la participación
  4. Etc.

Para favorecer y reforzar aún más la unión del equipo se pueden tomar ciertas medidas para condicionar que el comportamiento de cada miembro tenga una repercusión directa sobre el resto. Por ejemplo, para favorecer la interdependencia positiva se les puede decir que si en la primera entrega individual del proyecto (primeros apartados de su cuaderno de campo) todos obtienen una calificación igual o mayor a una nota determinada todo el equipo sumará automáticamente 0,5; 0,75; 1 puntos más.