LOS PROBLEMAS PRESENTES Y FUTUROS DE LA UNIÓN EUROPEA

Sitio: Aula Virtual de Formación en línea (ISMIE)
Curso: LA ASIGNATURA "UNIÓN EUROPEA". ESTRATEGIAS, HERRAMIENTAS Y RECURSOS
Libro: LOS PROBLEMAS PRESENTES Y FUTUROS DE LA UNIÓN EUROPEA
Imprimido por: Invitado
Día: martes, 13 de mayo de 2025, 15:24

1. Vídeo presentación


2. INTRODUCCIÓN

La situación presente, así como los retos actuales y futuros de la Unión Europea (UE) son complejos y variados. Presentan una realidad multiforme que responde a las situaciones geopolíticas cambiantes, cuyo enfoque depende en muchas ocasiones de un contexto internacional en gran medida ajeno a la propia UE. Es algo palpable, simplemente, con la presencia de la guerra a las mismas puertas de su frontera oriental (Bar y Martínez, 2023), algo que se concebía como un pasado ya desterrado y relegado al olvido.

Pero no solo hablamos de política exterior y del ámbito global; internamente, los desafíos no son menores (Alonso, 2022), comenzando por la propia cohesión interna socavada por doctrinas euroescépticas nacidas al calor de un populismo de corte nacionalista (o ultranacionalista), que va ganando adeptos a medida que los electores se separan de la política tradicional por considerarla amortizada o ajena a los problemas reales.

 Desde esta perspectiva resulta muy complejo, establecer una lista exhaustiva de dichos desafíos y problemas, precisamente, como se ha advertido en las líneas anteriores, porque su  enumeración adolece de falta de actualización constante.

 Por tanto, parece más conveniente organizar la información mediante una serie de campos o de bloques de contenidos (problemáticas) en las que podemos agrupar los diferentes retos y desafíos a los que se enfrenta la UE, contrastando aquéllos que actualmente están presentes con la hipotética evolución futura de dicho problema. De este modo, combinando la situación presente con la proyección de futuro (si no cambian las realidades), podremos observar la evolución individual de cada aspecto y será más fácil acometer su análisis y su corroboración.

 Los bloques que se proponen, a partir de esta idea, afectan a aspectos como las políticas medioambientales, la problemática social, la cohesión política, las estrategias económicas, la política de defensa, la geopolítica de ampliación y aspectos similares que vamos a ir desgranando a continuación...

3. LOS PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES

  Se trata de uno de los problemas esenciales que, dada la sensibilidad actual y de los medios frente a este problema, están presentes de forma acuciante ya que sus efectos resultan cada vez más evidentes, no solo para los científicos quienes llevan tiempo avisando de la situación, sino para la población, como las tristes y recientes desgracias materiales y humanas (las DANA), son su más evidente punta de lanza. Se trata sin duda de uno de los ámbitos más trabajados en el seno de la UE[1] y que generan mayor volumen de datos estadísticos comparativos[2]

La UE afronta una serie de retos ambientales[3] similares a los de otros lugares del planeta, en función de sus circunstancias geográficas, con la ventaja de poder articular una respuesta coordinada y urgente. Es innegable hablar del deterioro climático progresivo así como la consiguiente degradación de los ecosistemas (IPCC, 2023). Un análisis de los problemas más críticos  (el cambio climático, la contaminación del aire y el agua, la pérdida de biodiversidad y la gestión de los residuos...), se encuentra recogida en los numerosos estudios y balances que desarrolla la UE desde su conformación (revisar nota p.p. 3) y que agrupan desde el ya antiguo informe Dobris[4] pasando por las actualizaciones derivadas de las sucesivas reuniones (continuada con la conferencia de Arhus, reunión de Sofía), se concretaría en la creación del el programa "Medio Ambiente para Europa" (PMAE). Del conjunto de estas reuniones surge un desafío basado, en principio, en 12 problemas medioambientales básicos que habría que atender. Con el paso del tiempo y de forma monográfica, la AEMA ha realizado estudios concretos puntuales y emitido complejos estudios bajo la forma de “señales”, es decir un análisis de perspectivas actualizadas de interés paneuropeo medioambiental, cuyas últimas publicaciones han analizado la contaminación 0 ó ambiciosos programas de compromiso de futuro, siendo uno de los más recientes precisamente el que investiga los vínculos entre salud y medio ambiente (EEA, 2023).

Los Programas de Acción en materia de Medio Ambiente llevan a cabo acciones coordinadas para definir las políticas europeas en materia de medio ambiente y clima. Se busca crear actuaciones conducentes al cumplimiento de la agenda 2030.  

Último PMAE

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), (en inglés EAA), nos ofrece información contrastada e independiente , aún siendo un organismo de la UE, sobre el medio ambiente. Sus estudios son base para el desarrollo, la aprobación, la ejecución y la evaluación de las políticas medioambientales. La AEMA tiene 32 países miembros y su reglamento organizativo fue creado en 1994. Tiene sede en Copenhague.  

Web de la AEMA

Algunos de los aspectos básicos que la UE supervisa en sus políticas medioambientales se verán a continuación.

[3] Una perspectiva actualizada puede localizarse en la AEMA ( https://www.eea.europa.eu/es/publications/92-827-5122-8/page014.html ) [Actualizado a 15 Noviembre de 2024]

3.1. Cambio climático

 

 

(Fuente: Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones Pacto Verde Europeo. (COM(2019) 640 final), versión en español)

 

 

Quizá el desafío de horizonte más incierto. El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse drásticamente para limitar el calentamiento global a 1.5 °C respecto a los niveles preindustriales, como se ha comentado anteriormente  (IPCC, 2023). La UE ha establecido objetivos ambiciosos en este sentido, buscando reducir sus emisiones en al menos un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática para 2050. Justamente la Comisión Europea, lanzó su estudio hace tres años, en el que establecía el desafío del European Green Dale (Comisión Europea, 2021), es decir el “Pacto  Verde Europeo[1] que, debería posibilitar la neutralidad climática en 2050 mediante una huella de carbono cero, que se conseguirá limitando la cantidad de dióxido de carbono que se libera, compensando con la que se retira de la atmósfera o se fija a través de las plantas (apartado siguiente).

Los estudios indican que la UE aún se enfrenta a dificultades para alcanzar estos objetivos debido a la falta de inversiones en infraestructuras sostenibles y a la dependencia de energías fósiles en algunos Estados miembros (EEA, 2023), que se convierten, asimismo, en un problema de dependencia energética y que interfiere con la política exterior ocasionalmente[2] 



[1] https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=COM:2019:640:FIN (Consulta 10 noviembre de 2024; posibilidad de acceso completo a los documentos en diversos formatos y lenguas)

[2] Para el caso reciente de la dependencia de gas ruso por parte de Alemania, como ejemplo, ver https://es.euronews.com/next/2023/01/20/ucrania-crisis-alemania-gas (16 noviembre 2024)

3.2. Contaminación del aire


La contaminación del aire sigue siendo un problema acuciante en muchos ámbitos geográficos de la UE. Los datos a este respecto siguen siendo alarmantes: más de 400,000 personas en Europa mueren prematuramente cada año debido a la exposición prolongada a la contaminación atmosférica (EEA, 2022). Las principales fuentes de contaminación del aire en la UE incluyen el tráfico rodado, la industria y la quema de biomasa. Aunque la UE ha adoptado normativas para mejorar la calidad del aire, como las directivas sobre emisiones de vehículos[7] publicadas en el DOUE[8] y la reducción de contaminantes industriales[9], las diferencias en la implementación de estas regulaciones entre los países miembros y las dificultades en el cumplimiento siguen siendo un desafío persistente (Comisión Europea, 2023). El tema es demasiado amplio y complejo, por lo que se aconseja búsquedas temáticas en la página de publicaciones de la AEMA[10]

 (Fuente del mapa: Juginović, 2021; en el artículo se establecen comparaciones entre el mapa de contaminación del aire en 43 países, tanto el de 1990, aquí recogido, como en las posteriores comparativas)


El Diario oficial de la Unión Europea es la publicación que recoge todas las novedades normativas, resoluciones y acciones de la Unión Europea publicado en todas las lenguas oficiales de la UE. A través del Buscador se puede localizar diversos aspectos de la normativa, que se reside en la página oficial EU-Lex.

Buscador del DOUE


 Gráfico analítico

 

(Fuente: Este gráfico analítico de la AEMA, muestra la paulatina reducción entre 1990 y 2021 de los seis principales contaminantes atmosféricos; Ver en AEMA https://doi.org/10.2908/ENV_AIR_EMIS )

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[7] Consulta de la publicación oficial (desde BOE) en: https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2024-80660

[8 Para una mayor profundización en el DOUE, visitar https://eur-lex.europa.eu/ES/legal-content/glossary/official-journal-of-the-european-union.html

[9] Sobre normativas y emisiones industriales:  https://www.consilium.europa.eu/es/policies/industrial-emissions/

[10] https://www.eea.europa.eu/en/analysis/publications [Consulta 10 Noviembre 2024]


3.3. Pérdida de Biodiversidad.

Aquellas zonas que sufren a lo largo de su historia un importante proceso de antropización son las que presentan mayores riesgos de pérdida de biodiversidad. Precisamente, el elevado índice de urbanización, unido a aspectos productivos (que retroalimentan el efecto anterior), las demandas de una agricultura intensiva y la propia contaminación son los vectores principales de este impacto sobre los ecosistemas. Una vez más son los informes técnicos los que nos permiten concebir la magnitud del problema. Según el informe "State of Nature in the EU" (EEA, 2020), cerca del 60% de los hábitats y el 50% de las especies de la UE se encuentran en un estado de conservación desfavorable. No son pocos los esfuerzos desarrollados por las autoridades de la UE para paliar este problema, que se acomete desde la propia legislación europea, es el caso de la Directiva de Aves y la Directiva Hábitats y actuaciones similares que  buscan proteger la biodiversidad. Sin embargo, los informes parecen alertar sobre los límites parciales de estas acciones, ya que los esfuerzos no han sido suficientes para frenar la tendencia de declive, como se desprende de este mismo informe. De hecho, el paulatino cambio climático altera los hábitats naturales y provoca una migración de especies, lo que complica aún más las estrategias de conservación (Parmesan y Yohe, 2023). Este tema es de especial sensibilidad y genera una conciencia social que debe ser aprovechada para inducir patrones de cambio[1]

(Fuente: estadísticas de Eurostat, publicadas en los temas del P.E.  a 2021)

(Fuente: “latest status and trends” en la publicación oficial de la EEA-AEMA)

 


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[1] Los temas metodológicos puede ayudar a establecer trabajos de investigación conjunta o interdisiplinar con el Departamento de Biología y Geología. Los parámetros de los estudios pueden localizarse en el archivo pdf de la publicación:https://www.ecologic.eu/sites/default/files/publication/2021/2257-EU-State-of-Nature-Methodological-paper-web.pdf


3.4. Gestión de Residuos.

 Aunque son muchos los problemas medioambientales, basta finalizar, para no hacer excesivamente extensas estas páginas, con uno de los problemas derivados de la congestión humana que caracteriza los grandes espacios urbanos de la UE a los que se ha hecho referencia anterior: La gestión de residuos.

 Aunque se han logrado avances significativos en el reciclaje y la reducción de residuos, la generación de desechos sigue siendo una de las principales fuentes de preocupación para la gestión de espacios de la UE. Una vez más según la EEA-AEMA, la UE produce alrededor de 2.5 millones de toneladas de residuos al día; de ellos la cantidad de residuos plásticos sigue siendo alarmante, lo que afecta a numerosos aspectos de la vida cotidiana que a veces afectan a los ciudadanos incluso a los de menor edad, como es el caso de los microplásticos (purpurina)[1]. Una vez más, el frente abierto genera un conjunto de documentos legales y directivas tendentes a encauzar el consumo y promover aspectos como una economía circular[2] a través de la Estrategia de Plásticos de la UE[3] y la Directiva sobre residuos. Este debate está en el centro de varias publicaciones especializadas de la UE (Comisión Europea, 2018; EEA 2021), la tasa de reciclaje varía considerablemente entre los países miembros (ver mapa). Además, la contaminación por microplásticos y el desperdicio de recursos continúan siendo un problema global que afecta no solo a la biodiversidad, sino también a la salud humana.

 Para finalizar el análisis de estos apartados y a modo de conclusión sobre el presente y futuro de la problemática medioambiental, podemos articular el siguiente resumen:

 En cuanto a los aspectos del momento presente, podríamos afirmar que los problemas ambientales que enfrenta la Unión Europea son diversos y complejos y en ocasiones ajenos a la propia UE. La conciencia por parte de las autoridades y el compromiso cada vez mayor por parte de la ciudadanía, permiten albergar esperanzas de mejora a través de la sostenibilidad y de políticas comprometidas con la preservación del medio ambiente. Sin embargo, el debate político  se traduce en medidas de escaso calado, ya que la consecución efectiva de estas políticas sigue siendo un reto difícil de alcanzar (los compromisos climáticos, la gestión de residuos...). En nuestro caso, el desarrollo del aludido Green Deal europeo, al objeto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es el camino. A su vez, se articulan políticas extracomunitarias en el Global Gateway y en los COP (ver estos temas en REPER España, 2023). Estas ideas chocan en no pocas ocasiones con el  negacionismo del cambio climático que agitan las políticas neopopulistas que acechan a Europa (ver puntos siguientes).

 En cuanto a las estrategias de futuro: el objetivo final sería el de  alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para su consecución, habría que empezar por cumplir y hacer cumplir la agenda 2030 en los apartados dedicados al medioambiente. En este sentido, el futuro pasa por un modelo de Transición Energética (REPER España, 2023) y en adaptarse a los efectos del cambio climático, cuyas huellas recientemente han quedado fijadas en la geografía y en la sociedad española tras el efecto de la DANA en Valencia (SMC, 2024), así como otros desastres naturales. Una línea de trabajo prioritaria debe ser mitigar la dependencia energética de terceros países,especialmente del Este de Europa (en nuestra situación actual de guerra en la frontera oriental de Europa), para lo que el desarrollo de las energías renovables se convierten en asunto capital. Precisamente, España parte con una ventaja esencial en esta innovación ya que puede aportar experiencia a Europa al ser uno de los países punteros en la implementación de estas energías[4]


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[1] El pasado curso académico se procedió a realizar una investigación sobre la prohibición de venta de purpurina de gran éxito entre el alumnado, ya que se indagó sobre el porqué al ser un producto tan ususal para ellos; sirva de ejemplo el eco en algunas publicaciones  https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/prohibicion-microplasticos-ue-pone-fin-uso-purpurina-otros-productos-uso-comun_20789 [Consulta 18 Noviembre 2024]

[2] Sobre la economía circular y la legislación europea: https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX:52015DC0614

[4] España es el cuarto país del mundo en renovables, solo superado en Europa por Alemania [ver: artículo web]

4. LOS PROBLEMAS DE TIPO SOCIAL

Aunque es una de las áreas del mundo más avanzada en cuanto a la consolidación de derechos humanos y un estado de bienestar, antes muy presente y cada vez más apagado como consecuencia de la fortaleza del neoliberalismo que debilita las prestaciones sociales de los Estados, la Unión Europea (UE) enfrenta una serie de desafíos sociales que pudieran parecen impropios de un área mundial tan desarrollada, pero que siguen abarcando temas socialmente presentes como son las crisis migratorias, las desigualdades económicas y, singularmente, el imparable efecto del envejecimiento poblacional, sin olvidar algunas fricciones derivadas de la desigual integración social. Obviamente, son caminos que aún deben andarse ya que sus implicaciones no solo para la propia cohesión social interna, sino por los efectos que ésta pueda tener sobre la estabilidad política y económica de la Unión.

 A continuación, se exponen algunas de los problemas más acuciantes que, en muchos casos, distan de tener una solución inmediata...


4.1. La Crisis Migratoria.

Aunque, de rabiosa actualidad, como consecuencia de los enfrentamientos entre los diferentes gobiernos por las condiciones de acogida de los emigrantes, la crisis migratoria en la Unión Europea no es un tema reciente. Tras la permeabilidad de los años 80 y 90, el nuevo siglo propició que el incremento de las migraciones haya sido puesto en el centro del debate político desde de la década de 2010, aunque la crisis de 2015, cuando más de 1 millón de personas llegaron a Europa, marcó el pico de la llegada de migrantes. Los flujos migratorios siguen siendo un desafío persistente que vino acompañado de un crecimiento de posturas xenófobas y del crecimiento de los partidos antiinmigración, de signo claramente iliberal y, por consiguiente, de corte euroescéptico. Precisamente, estas ideas están en la base de algunas tendencias centrífugas, como pudo verse de forma inquietante con el triunfo del Brexit (De Carlos, 2018).

Las rutas son complejas y multiformes y cambian con el tiempo aunque se mantienen una serie de caminos tradicionales de migración hacia Europa y la UE[1].

FRONTEX es la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, cuya misión es apoyar a los países de la UE (y los amparados bajo el acuerdo de Schengen) en la gestión de las fronteras exteriores de la UE y en la lucha contra la delincuencia transfronteriza (incluidos los países vecinos de la UE).

Tiene sede en Varsovia y es agencia europea desde 2004.

FRONTEX. Breve explicación

FRONTEX. Web

Dada la situación mundial y las nuevas condiciones climáticas analizadas en el epígrafe anterior, en los últimos años los movimientos migratorios se han mantenido, aunque con diferentes características: menos masivos, aunque más complejos debido a una mezcla de factores socioeconómicos, políticos y climáticos (Baldwin-Edwards, 2022). Destacamos:

4.1.1. La Inestabilidad política.

Según los datos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex, 2023)[1], las llegadas de migrantes a Europa aumentaron en un 13% respecto al año anterior, alcanzando más de 330,000 personas[2]. Precisamente, en el seno de las causas de este incremento de migración, está la inestabilidad política: La mayor parte de estos migrantes provienen de países de África, Oriente Medio y el sur de Asia, huyendo de conflictos bélicos, persecución, inestabilidad política (y de las consecuencias del cambio climático). Los distintos datos elaborados por los organismos de la UE y Frontex determinan, sin embargo, que el flujo migratorio irregular ha sido el que más ha caído y el que más se ha controlado en los últimos años, aunque esto depende de la ruta y los controles establecidos.

 Por tanto, la custodia de las fronteras europeas se asigna a la Guardia Fronteriza Europea (Frontex) quien ha jugado un papel clave en la gestión de las fronteras exteriores de la UE, aunque algunas de sus acciones no han estado exentas de polémica. Ante la necesidad del refugiado por razones de índole político, Frontex ha sido acusada de violaciones de derechos humanos, incluyendo pushbacks, la llamada “devolución en caliente” (Comisión Europea, 2019), particularmente en Grecia y Croacia. Estos actos son ilegales según el derecho internacional, pero algunos países argumentan que son necesarios para proteger sus fronteras.

 


(Fuente: Ambos gráficos son  Infografías del Consejo Europeo a partir de los datos de Frontex).


4.1.2. Crisis económica y falta de oportunidades.

La falta de recursos el hambre o el deseo de prosperar en mejor oportunidades económicas y sociales, son la causa de los flujos migratorios en la UE. En algunos lugares del planeta vecinos al área de la Unión, la pobreza extrema y las desigualdades económicas, como sucede en gran parte de las áreas centroafricanas y asiáticas, son factores determinantes que empujan a los migrantes a buscar una vida mejor en Europa. La percepción de la UE como un área generadora de empleos de baja cualificación, necesarios incluso desde le punto de vista de la dinámica interna, son un gran motivo impulsor, lo que plantea nuevos desafíos en cuanto a las políticas de asilo[1]

4.1.3. Migraciones y cambio climático.

 La desertificación, principalmente, y la desertización ha disparado el aumento de fenómenos climáticos extremos y la pérdida de tierras cultivables lo que afecta de forma singularmente grave a las regiones más desfavorecidas de África y Asia, lo que incrementa la migración debido a la escasez de recursos y la competencia por ellos.20

 4.1.4. - El tráfico de personas.

Estos aspectos han sido tratados colateralmente en el Apartado 2, por lo que no se va a incidir más en ellos[1].

A pesar de los mecanismos de seguridad y las posibilidades que favorece la actuación conjunta de los efectivos policiales, la Europol, los esfuerzos de la UE y sus miembros para frenar el tráfico de personas, las mafias siguen operando, explotando las vulnerabilidades de los migrantes y ofreciendo rutas peligrosas hacia Europa.

La EUROPOL es la policía de ámbito europeo encargada de atender las necesidades de los Estados miembros y analiza las tendencias delictivas en el territorio de la Unión Europea. La Agencia colabora oficialmente desde el 1 de enero de 2010, en las investigaciones iniciadas por los Estados miembros. Con sede en La Haya,  tiene más de 1600 personas asignadas  países, dentro y fuera de la UE.

Web EUROPOL


Los datos humanos y económicos son apabullantes. En ellos se mezcla la migración y el beneficio que de ella se obtiene mediante el tráfico de personas debido a contraprestaciones económicas, laborales o sexuales. Los datos recogidos por el Consejo de Europa afirman que el 90 % de los migrantes paga a traficantes para intentar llegar a Europa. Se calcula que el tráfico ilícito de migrantes genera un volumen de negocios anual de entre 4 700 y 6 000 millones de euros en todo el mundo[1].

 Sean cuales sean las causas, la migración ha sido uno de los grandes caballos de batalla político, cuya presencia en la percepción social aumenta de forma proporcional a la de los partidos ultranacionalistas de carácter xenófobo. De hecho, la llegada de los partidos de corte postfascista a algunas capitales europeas ha abierto el debate sobre las características de la migración y las condiciones de asilo, siendo utilizadas éstas como herramientas de propaganda política de primer orden (Carrera et alii, 2023).

 De hecho, una de las aristas del debate consiste en cómo clasificar y tratar a los migrantes: Algunos países insisten en que la UE debería centrarse únicamente en los refugiados que huyen de persecuciones (asilo político), mientras que otros argumentan que los migrantes económicos también deben ser tratados de forma equitativa. La distinción entre estos grupos es crucial para definir las políticas de asilo, pero la polémica, la confrontación política y el rédito de votos en clave local no solo ha dificultado la adopción de soluciones comunes, sino que ha dividido fuertemente la cohesión interna de la Unión.

 Justamente, en el seno de esta polémica están los recientes acuerdos, como el Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, propuesto en 2020[2], que establece un enfoque más equilibrado y solidario para la gestión de los flujos migratorios. Sin embargo, este pacto ha sido un tema de intensos desacuerdos entre los Estados miembros, aunque finalmente vio la luz el 14 de mayo de 2024. El pacto establece una serie de normas[3] que servirán para gestionar las llegadas de manera ordenada; crear procedimientos eficientes y normalizados y asegurar un reparto equitativo de la carga entre los Estados miembros. En este sentido, se desarrollan webs de información para ordenar de forma legal la llegada de inmigrantes a la UE[4], cuyo concurso parece cada vez más necesario para el fortalecimiento económico de la UE, algo que ya se debate en numerosos países miembros[5].

 Éste último punto vuelve a ser un problema recurrente entre los Estados  miembros, ya que el llamado Grupo de Visegrado (el “V4, integrado por Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), países que se han erigido como voces opuestas a algunos mandatos de Bruselas y a las instituciones europeas, como es el caso de la redistribución obligatoria de refugiados con  posturas más restrictivas en materia de asilo. Su actitud se basa en preocupaciones sobre la seguridad, la identidad cultural, ideas con claro componente xenófobo, opuesto a los principios de la UE.

 Al otro lado, se encuentran los países del sur de Europa y del ámbito Mediterráneo (Italia, Grecia, España), una de las grandes “grietas” (ver imagen abajo) de penetración de la migración ilegal. Estos países han expresado reiteradamente y desde hace tiempo (Chueca et alii, 2009) su frustración por la falta de apoyo en la gestión de los flujos migratorios. A pesar de los esfuerzos de la UE para aumentar la cooperación, estos países siguen enfrentando grandes desafíos debido a su proximidad geográfica a las rutas migratorias.


(Fuente: Imagen de la obra de periodismo gráfico de C. Spottorno y G. Abril, 2016, en el que se analiza, de forma humana, las “grietas” fronterizas de la UE para la inmigración ilegal)

Por su parte, esta tendencia enconada a los desacuerdos específicos entre los Miembros de la UE se ha visto recientemente tensionada por la idea de la Primera Ministra italiana Meloni, al instalar en el debate la posible deportación de emigrantes a terceros países cercanos, mediante una contraprestación económica, uniendo frentes en un encuentro al margen de las reuniones oficiales[6]. Dicho modelo basado en el principio casi olvidado desde la II GM de “deportación” ha sido tímidamente apoyado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, se ha manifestado a favor de la apertura de centros de deportación para personas extranjeras fuera de los países de la Unión Europea en línea con el actual "Modelo Meloni" para Albania, de los que se han hecho eco numerosos medios ligados a los derechos humanos[7]

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[1] Informaciones muy variadas en la página de FRONTEX  https://www.frontex.europa.eu/?etrans=es

[2] Numerosos datos actualizados pueden encontrarse en https://prd.frontex.europa.eu/


[1] Una utilísima fuente de información sobre la rutas se encuentra en el mapa interactivo de FRONTEX.  Ver: https://www.frontex.europa.eu/what-we-do/monitoring-and-risk-analysis/migratory-map/  

[1] Sobre estos aspectos, web del Consejo de Europa: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/eu-migration-policy/#figures [Consulta 25 Octubre de 2024]

[1] Una visión general sobre el problema puede encontrarse en el estudio sobre cambio climático y migración: https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2020/655591/IPOL_STU(2020)655591(SUM01)_ES.pdf


[1] Datos recogidos en: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/eu-migration-policy/migrant-smuggling-human-trafficking/ donde podemos acceder a estadísticas sobre detenciones, actuaciones policiales y similares.

[4] Sobre esta cuestión ver la página de la C.E. : https://immigration-portal.ec.europa.eu/index_es




4.2. Los “otros” grandes problemas sociales.

No cabe la menor duda que el debate sobre la política inmigratoria de la UE acapara la mayor parte del protagonismo de los desafíos sociales a los que la Unión debe hacer frente, pero existen otros frentes abiertos, desde el ámbito social, a los que debemos hacer, aunque sea de forma abreviada, tímidas referencias, ya se desde la desigualdad económica hasta el envejecimiento poblacional y la integración social. Estos problemas generan fricciones en la cohesión social, sin olvidar su efecto sobre la estabilidad política y económica de la región. A continuación, se exponen los más destacados:

4.2.1. Desafíos de cohesión interna y desigualdades Sociales

La UE sigue siendo una zona de diversas velocidades: hasta el momento se han producido numerosos logros a la hora de reducir la brecha económica entre los países del norte y del sur los últimos años se produce un efecto contrario, ya que a pesar de los esfuerzos por lograr la convergencia económica, las diferencias en el nivel de vida, el desempleo y las condiciones laborales persisten entre los países del norte y del sur de Europa[1]. Es un problema del que se habían hecho eco investigaciones anteriores (García Nicolás, 2009) y que aún resta lejos de ser solucionado.

 Por su parte, ya sea dentro de cada uno de estos o de forma global en la UE, limitar la brecha entre las  regiones urbanas y rurales es otro asunto pendiente. Sin lugar a dudas, el mayor desafío al que se enfrenta esta Europa de las regiones es la integración económica y social de las regiones periféricas y ultraperiféricas[1], lo que de forma colateral lleva a la marginación de algunas regiones y aumento de las tensiones políticas. Ni siquiera el ámbito geopolítico europeo está claramente integrado: Prueba de ello son los diferentes niveles de sueldo entre los países miembros, de los que se hacen eco publicaciones financieras[2]. A pesar de los esfuerzos sigue habiendo una y falta de estandarización en programas europeas de participación conjunta y la Europa de “ricos y pobres” (o menos ricos), sigue existiendo[3]

(Fuente: Eurostat. Ver en condiciones de vida en Europa )

Probablemente los desajustes en las políticas fiscales y laborales, la desigualdad en el acceso a recursos, a las infraestructuras y educación debido a las peculiaridades regionales y a las diferentes estructuras administrativas de la Unión, la globalización, y la digitalización de la economía, han contribuido a generar este statu quo.


(Fuente: Eurostat. Ver este gráfico de forma dinámica a través de la web de EURONEWS:  https://es.euronews.com/salud/2023/04/17/que-paises-de-la-ue-tienen-mayor-y-menor-esperanza-de-vida)







4.2.2.Envejecimiento Poblacional

Una de las líneas prioritarias de actuación de la UE es la preocupación por revertir el envejecimiento demográfico, que es uno de los problemas sociales más urgentes. Ante una natalidad en caída libre, lo que dificulta el reemplazo generacional, y con una población que envejece rápidamente, las alarmas aumentas sus decibelios respecto a lo ya establecido desde el inicio del milenio[5].

 Obviamente, la menor tasa de natalidad y las mayores expectativas de vida, con los servicios sociales y los avances médicos se traducen en una esperanza de vida mayor[6]. Los datos actuales llevan a situar la esperanza de vida a los 81,5 años en 2023, superando en 0,2 años los niveles anteriores a la pandemia[7]. Es llamativo, en este desequilibrio interior que exista una horquilla de hasta 8-10 años de media entre los países con la esperanza de vida más alta y más baja en el seno de la UE[8]


Naturalmente,  esta dinámica demográfica genera una importante sobrecarga del sistema de pensiones y atención médica, reducción de la fuerza laboral activa. Un estudio comparativo entre los diferentes países de la UE evidencia estas disimetrías (Camós et alii, 2017).

4.2.3. Discriminación y Derechos Humanos

Al igual que ocurre con otros aspectos sociales aquí tratados, la discriminación por motivos de género, etnia, orientación sexual y discapacidad, sigue siendo un desafío social importante en muchos países de la UE. En algunos de los países miembros la transición política hacia modelos iliberales ha dado paso a mayores restricciones en la asunción formal de los derechos humanos.

Detenernos en todos y cada uno de ellos excede las posibilidades de estas páginas. Baste advertir que no son pocas las publicaciones oficiales o privadas que se hacen eco de variados datos estadísticos[1] que evidencian que aún queda mucho camino por andar (Comisión Europea, 2023a).  En el seno de la mayor parte de estos problemas está la estigmatización social o la limitación de oportunidades que se presentan en algunas demarcaciones o instancias territoriales, singularmente significativas con el acceso de los extremismos políticos ultraconservadores a la esfera de las responsabilidades de gobierno, al controlar la asignación de recursos a los programas de integración social.

 Debe promoverse una mayor concienciación social aparejada al fortalecimiento de las leyes antidiscriminación y políticas públicas que promuevan la igualdad de derechos para todos los ciudadanos. Sigue pareciendo mentira que un área tan desarrollada como la UE siga habiendo problemas derivados de la exclusión social de los menos capacitados económicamente, a juzgar por los datos oficiales[2] y los estudios realizados por instituciones que reflejan el desigual acceso a las condiciones de prestaciones de salud, según el EurohealthNet[3].

 En este sentido, los datos recogidos por Eurostat confirman que en 2023, el 21,4 % de la población de la UE (unos 94,6 millones de personas) estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, existiendo importantes diferencias regionales. Las mayores proporciones regionales de personas en riesgo de pobreza o exclusión social son las que se encuentran clasificadas en el nivel 2 según la nomenclatura de unidades territoriales estadísticas (por sus siglas en inglés NUTS 2). El país con mayores desequilibrios es Rumanía; en el lado opuesto están Austria o Bélgica. Desde el punto de vista geopolítico, las regiones que arrojan peores datos se sitúan en las áreas ultraperiféricas francesas, en el sur de Italia y en las regiones rurales rumanas, según cofirman los estudios estadísticos realizados en 2023 por los organismos europeos, reflejados en los mapas y estadísticas siguientes:

 


(Fuente: Eurostat. Gráficos dinámicos y mapas interactivos en: https://ec.europa.eu/eurostat/en/web/products-eurostat-news/w/ddn-20241015-1?etrans=es )

Para finalizar el análisis de estos apartados de carácter social y como conclusión debemos advertir que los problemas que enfrenta la Unión Europea requieren una cooperación constante entre los Estados miembros y una revisión de las políticas existentes.

 Sobre la forma de abordar el presente y futuro de los problemas sociales en el seno de la UE, podemos resumir que:

 En cuanto a los aspectos del momento presente, sigue siendo prioritaria la reforma del sistema común de asilo de la UE, máxime en momentos en los que no hay un acuerdo visible entre los estados miembros, sino más  bien lo contrario. La  agilización de los procedimientos son pasos esenciales para resolver la crisis y minimizar la fricción social que causan estos problemas. Además, es importante que la UE establezca mecanismos para mejorar la integración de los migrantes en las sociedades europeas[4], ofreciendo educación, acceso al mercado laboral y vivienda. Asimismo, se debe gestionar eficazmente la afluencia de refugiados y migrantes, especialmente tras crisis como la guerra en Siria[5] y la inestabilidad en el norte de África, así como los refugiados en la guerra de Ucrania.

 Por su parte, este problema está generando desafíos de cohesión social y política. La UE debe seguir trabajando en estrategias para minimizar las desigualdades sociales y económicas, evitando perder la cobertura social que garantiza la atención generalizada y el mantenimiento de la “hucha de las pensiones”. Asimismo, la falta de oportunidades de empleo, habilidades insuficientes, precariedad laboral siguen siendo los desafíos prioritarios en este momento.

 En cuanto a las estrategias de futuro: Se debe trabajar en una cooperación más efectiva con los países de origen y tránsito, abordando las causas profundas de la migración (conflictos, pobreza, cambio climático), lo que implica un enfoque multilateral, en el que la UE debe trabajar activamente y en conjunto con actores internacionales y organizaciones de la sociedad civil. Los roces causados por las diferentes sensibilidades en las políticas de integración para gestionar la inmigración de manera equitativa, no solo conducen a disfunciones organizativas, sino a un enfrentamiento directo entre los miembros que debilita las políticas conjuntas y la cohesión de la UE, favoreciendo tendencias centrífugas, así como el crecimiento de la Extrema derecha en Europa (como se verá en los siguientes apartados). Este proceso conlleva una merma de derechos reales mediante el uso impositivo de técnicas violentas, xenófobas y clasistas, urdidas desde la desinformación.

 Respecto a la cohesión social, las estrategias de futuro pasan por la estandarización de un SMI equiparable y armonizar las cuestiones relativas al paro y jubilación. En este sentido, las iniciativas como el Fondo Social Europeo y del Pilar Europeo de Derechos Sociales deben reducir la desigualdad, buscando políticas más integradas para abordar la disparidad entre regiones y clases sociales. Deben mejorarse la inversiones en infraestructuras, educación y desarrollo regional, así como fomentar políticas de cohesión que promuevan la inclusión social.

Para lograr estos objetivos debe trabajarse en evitar los problemas de desempleo, problemas  característicos de la economía que generaran un gran impacto social, con una pérdida de capital humano y una enorme frustración y desesperación que aumenta el riesgo de radicalización política y el advenimiento de posturas ultramontanas. Para paliar las mismas debe trabajarse en una concienciación social y un acceso al trabajo más racional que permita la conciliación de la vida laboral y familiar como  método de paliar el progresivo envejecimiento de la población.

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[2] Ver, como ejemplo, el caso de https://www.bankinter.com/blog/finanzas-personales/ranking-comparativa-salarios-europa-paises [Consulta 26 Octubre de 2024]


[1] Un amplio conjunto de ellos puede verse en: https://ec.europa.eu/eurostat/cache/dashboard/social-scoreboard/

[3] Las referencias y actividades de EurohealthNet en: https://eurohealthnet.eu/es/

[5] La recientísima asonada en Siria ( https://www.bbc.com/mundo/articles/c4g225vx008o) introduce más elementos de intesabilidad y podría forzar la salida de nuevbos grupos de población.


[6] World Economic Forum (2023). Europe's Demographic Challenges and Economic Impact. [ Versión on line en: https://www.weforum.org](https://www.weforum.org ]

[8] Un ranking de estos países puede obtenerse en la ewb del Eurostat. Ver: https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/DEMO_MLEXPEC__custom_5705197/default/table?page=time:2021 donde podemos obtener diferentes tipos de gráficos automatizados a demanda del ususario [Consulta: 19-11-2024; https://doi.org/10.2908/DEMO_MLEXPEC ]


5. PROBLEMAS ECONÓMICOS Y DE LA NUEVA ERA.

Íntimamente ligado a los aspectos de tipo sociolaboral anteriormente aludidos, procedemos a realizar una rápida revisión de los desafíos de naturaleza económica que debe enfrentar la Unión. Estos desafíos pasan por aspectos estructurales internos, hasta amenazas globales con sus enormes implicaciones económicas y geopolíticas (éstas se analizarán en otro apartado). A continuación se presentan un somero análisis de algunos de los principales problemas económicos que la UE deberá abordar. Desde los desafíos de competitividad (I+D+i) y los problemas de digitalización, el colapso financiero alemán, la desglobalización o las nuevas energías...


5.1. Transformación digital y automatización.

  Es evidente la inevitabilidad de la transformación digital de la economía. Se trata de una tendencia universal en las regiones más desarrolladas del mundo, de las que la UE no puede sustraerse. Es, evidentemente, un desafío actual que preocupa a las autoridades de la Unión, quienes se hacen eco de estas situaciones en sus estudios (Comisión Europea, 2020a). La web que recoge los estudios y ofrece amplias perspectivas de datos al respecto, es un ejemplo de esta constante preocupación instalada especialmente desde el reciente 2023 con la publicación de los package[1] sobre el Estado de la década digital .

Esta Década digital pretende establecer metas y objetivos para el horizonte 2030, siendo uno de los aspectos fundamentales, por tanto, de la “agenda 2030”:  fomento de la competitividad, la resiliencia, la soberanía y la sostenibilidad  en consonancia con los valores europeos, según se desprende de los estudios actualizados que incluyen, por primera vez, una valoración de cada uno de los estados miembros[2]. España ha entregado su balance actualizado en el que constan las fortalezas y debilidades de nuestro sistema[3]

 Por tanto, cada año, la UE hace balance de los progresos realizados en la consecución de los objetivos y metas fijados por el programa político de la Década Digital. Este año, por primera vez, los Estados miembros han presentado hojas de ruta nacionales en las que se detallan las medidas que tienen previsto adoptar para alcanzar los objetivos de la Década Digital 2030 y tratar de progresar ante los nuevos cambios del modelo económico y la formación que requiere la nueva realidad[4].

Nadie duda sobre los valores que implica la digitalización: ofrece amplias y magníficas perspectivas en cuanto a oportunidades para el crecimiento, pero a tenor de lo que se ha comentado en apartados anteriores, también presenta riesgos debido a la pérdida de empleo que lleva aparejada su implementación. Ciertamente, esta tendencia a la disminución de empleo se va a presentar de forma más significativa en los sistemas de producción automatizada, en los que la digitalización y robotización va a ir  reemplazando progresivamente la mano de obra humana. Esta disyuntiva queda recogida en el trabajo de Brynjolfsoon y McAfee (2014) quienes desde una perspectiva “optimista” ponen de manifiesto la necesidad de transformar las perspectivas de trabajo, las relaciones empresariales y otros items productivos para adaptarse a las nuevas situaciones de estrategias productivas digitales en esta Segunda Edad de las máquinas.

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[1] El celo en la recogida de esta información, acompañada de importantes datos estadísticos puede localizarse en la web https://digital-strategy.ec.europa.eu/es/policies/2024-state-digital-decade-package Es una inagotable fuente de propuestas para actividades didácticas.

[2] Los informes por países, a este respecto, pueden encontrarse en  https://digital-strategy.ec.europa.eu/es/factpages/digital-decade-2024-report-country-fact-pages


5.2. Cambio climático y transición energética.

Las necesidades del crecimiento económico no dejan de implicar, hoy día, un aumento de las emisiones contaminantes, constituyendo uno de los desafíos más importantes que, sin desatender el cuidado al medio ambiente (del que se ha hablado con anterioridad en el Punto 2), permita el crecimiento económico. Por tanto la descarbonización, se convierte en un desafío de primer orden, ya que justamente se basa en el difícil arte de cumplir los compromisos adquiridos por la UE en materia de cambio climático, al mismo tiempo que se asegura el crecimiento económico, sin vulnerar la estabilidad en el empleo (o, incluso, la creación del mismo). Es el problema y desafío al que la UE denomina Green Deal (Comisión Europea, 2019), del que ya se ha hablado en anteriores apartados.

Este desafío no es sencillo y son muchos los trabajos y reflexiones que al respecto se publican ya desde el inicio del milenio (Stern, 2007). De hecho, este mismoInforme Sternanaliza con profundidad el nocivo divorcio entre la economía y los aspectos más ecolo-económicos, siempre desde una perspectiva más política que científica, de cuyo denso contenido se obtienen importantes datos. El más amenazador asegura que de no actuar rápidamente podemos llegar a perder hasta el 20% del Producto Interior Bruto mundial anual de forma indefinida. Este desafío es un horizonte mundial ya presente en las cumbres del clima por sus implicaciones futuras inmediatas: el modelo de transición energética[1].

La perspectiva de crecimiento ya descrita, debe pasar por evitar la excesiva dependencia de los recursos energéticos europeos, de países que están buscando precisamente confrontaciones con la UE, como es el caso de Rusia. Por ello la UE plantea la estrategia REPowerEU, que busca limitar o hacer desaparecer dicha dependencia. El éxito del programa queda recogido en numerosos gráficos e infografías como la que se presenta aquí, en la que se manifiesta la enorme reducción de la presencia del gas ruso.

Precisamente, algunos estudios hacen hincapié en la línea medular de este desafío que tanto preocupa en el seno de la UE: cómo frenar la dependencia y convertir la transición energética y la descarbonización en un importante generador de nuevos recursos y el fomento de la competitividad[2]

 
(Fuente del gráfico  en:  https://energy.ec.europa.eu/topics/markets-and-consumers/actions-and-measures-energy-prices/repowereu-2-years_en?prefLang=es  )

REPowerEU

Esta estrategia articulada en mayo de 2022 se presenta como respuesta al desafío energético causado por la invasión rusa de Ucrania. Ante los múltiples flecos de este problema político, la Comisión Europea aplica este plan para eliminar las importaciones rusas de combustibles fósiles.

 Algunos de sus objetivos están recogidos en la web en las que se hace balance de los dos años del programa y sus éxitos:

 Estrategia REpowerEU


5.3. Geopolítica económica y competencia global.

Íntimamente ligado con el apartado anterior, conviene reflexionar sobre las implicaciones geopolíticas de los consumo energético y la transformación económica del modelo propio de la UE. Los poderes incuestionables de increíbles potencias económicas como la China o la de Estados Unidos afectan singularmente a la UE[1], ya que ésta se posiciona en medio de los dos gigantes, no solo geopolíticamente, sino por ocupar el tercer lugar en el ranking de las áreas económicas más poderosas del mundo, justo por detrás de los dos países citados.

La nueva situación política tras el triunfo de Trump en EEUU y el reforzamiento de la hostilidad comercial entre los dos grandes, puede suponer un cierto problema para la UE dada la inestabilidad de los mercado internacionales. El problema que acecha a la UE desde su flanco atlántico no es menor: el neoproteccionismo de la administración Trump generará importantes tensiones geopolíticas[2].

 Además, el posicionamiento de numerosos países como aliados de cualquiera de estas dos grandes potencias cerca de las fronteras de la UE (Turquía, Israel, Marruecos...) puede generar importantes problemas en el posicionamiento global. La UE se ve obligada a gestionar de manera efectiva sus relaciones comerciales internacionales, especialmente en un mundo cada vez más polarizado. En este sentido, la llamada Gran convergencia analiza la nueva esfera de la globalización:  desde el punto de vista informático el movimiento de bienes es tecnológicamente posible y abarca el planeta. En este nuevo mundo donde la realidad es cada vez más “convergente” (Baldwin, 2017) es suficientemente barata la trasferencia de conocimientos e información para desequilibrar los polos económicos del mundo, entre ellos la UE.

Los estudios desarrollados al respecto en el seno de la propia Unión apuntan en la dirección de importantes cambios[3] para adaptarse a la nueva globalización que poco tiene que ver con la antiguo modelo global basado en la transferencia de bienes. La locomotora de este proyecto siempre fue Alemania (Hernández, 2022, 83 y ss.), sin embargo la dependencia energética y la desglobalización  han marcado un anquilosamiento del gigante de la vieja Exportweltmeister que también ha afectado, por extensión, a la UE. Es lo que algunos autores han llamado el “Kaput” económico, recientemente analizado de forma crítica por Wolfgang Münchau (Münchau, 2024)

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[1] A este respecto es muy interesante el estudio que realiza E. Hernández (2022), en el capítulo titulado Dos ganadores muy diferentes (págs. 31-37).

[1] Hay numerosos artículos de prensa al respecto. Sirva como ejemplo el titulado “La peor pesadilla de Europa” https://www.nytimes.com/es/2024/11/12/espanol/negocios/europa-economia-donald-trump.html

[1] El think tank del grupo Bruegel es uno de los activos más importantes para analizar los nuevos desdafíos económicos de la UE: https://www.bruegel.org/blog-post/una-agenda-estrategica-para-el-progresso-de-europa


5.4. Desempleo (y desempleo juvenil)[1]

 

 

Un problema recurrente en las economías desarrolladas es el del paro, especialmente por su temporalidad endémica en algunos países, pero también por problemas de tipo estructural, además del paro friccional. Justamente, las razones estructurales son las más aducidas a la hora de explicar las tasas de paro en la UE (Fernández y García, 2019): La velocidad del mercado laboral en función de la producción y la versatilidad de la economía, generan problemas que parecerían ajenos a una sociedad como la de la UE. En este sentido, la falta de habilidades demandadas, la propia globalización y el avance tecnológico, generan una creciente demanda de trabajadores con una formación específicas en ámbitos muy concretos, ya sean en el campo de la tecnología, computación o gestión de datos o ingeniería. Muchos países de la UE, especialmente los del Sur y algunos del Este, enfrentan un desfase entre las habilidades que poseen los trabajadores y las que requieren las empresas, lo que aumenta el desempleo estructural. 

Otro frente abierto es el de la regulación laboral, con su difícil equilibrio entre unas regulaciones laborales socialmente necesarias, pero desconectadas de un mercado cambiante (altos costes de despido, rigidez de los contratos laborales, etc...), lo que dificulta la flexibilidad que demanda el mercado que, a su vez, desprotege a los trabajadores. 

Finalmente, este difícil equilibrio, desalienta la contratación, especialmente en períodos de recesión, algo que viene siendo analizado hace tiempo (OCDE, 2017). A pesar de este importante desafío, los estudios más recientes con un sesgo optimista, confirman la resistencia del mercado laboral europeo que muestra una inusitada resiliencia a pesar de los problemas generados por los conflictos bélicos cercanos o la situación global internacional (Comisión Europea, 2023b).




Fuente del gráfico en: Statista, 2024 )








Dentro de este desempleo, las tasas del juvenil, son particularmente altas entre los  las personas con bajo nivel educativo y aquellos en situaciones de vulnerabilidad social (como los migrantes). La tasa de desempleo juvenil en la UE ha sido históricamente más alta que el desempleo general, como se ha analizado en diversos frentes (OCDE, 2024). Esto se debe a la falta de experiencia laboral, la inestabilidad de los contratos de trabajo para jóvenes y la falta de políticas efectivas de integración laboral. Por tanto, el desempleo juvenil es otro reto persistente en la UE, con tasas elevadas en países del Sur como es el caso de España, Italia y Grecia, donde es un problema estructural, a pesar de tener nichos generacionales muy formados.   

  A este respecto los países de la UE, ya preocupados por la situación del ámbito del desempleo, establecieron a finales de los 90 un conjunto de objetivos y metas comunes para la política de empleo, con la idea fundamental de combatir el desempleo y crear más y mejores puestos de trabajo en la UE, es la llamada Estrategia Europea de Empleo (EEE)[2].

 La página del portal EURES y las posibilidades de internacionalización del currículo a través del Europass, ofrecen posibilidades de internacionalizar (en Europa) los currículos personales y favorecer la empleabilidad.

                                                                         

EURES, son las siglas del EURopean Employment Services. Fue creada en 1993 por Decisión de la Comisión Europea, para hacer posible la libre circulación de trabajadores y fomento del empleo de los países del Espacio Económico Europeo (miembros de la UE, Islandia, Noruega y Liechtenstein), con Suiza y con otros organismos. Favorece ofertas y demandas de empleo, situación y evolución del mercado de trabajo y analiza las condiciones de vida y trabajo de cada país.

Web EURES

La EUROPASS es la web de la UE en la que se puede registrar el curriculum vitae de las personas (experiencias laborales, educación y formación, conocimientos lingüísticos, capacitación digitales,  experiencias de voluntariado...). Permite crear perfiles en varios idiomas, editar y cambiar referencias, titulaciones, generar cartas de presentación y otros documentos que describan la trayectoria del trabajador. Todo ello editable y albergado en la página personal dentro de Europass

 Creación perfiles EUROPASS

Web EUROPASS

Reflexionando sobre los apartados anteriores y a modo de conclusión conviene tener presente que el conjunto de los problemas económicos a los que debe hacer frente la Unión Europea son de una extensión y enjundia que va mucho más allá de estos breves apuntes de situación, algo que superaría notablemente estas páginas. Por tanto, resumiendo los problemas más acuciantes y cómo abordar el presente y futuro de cuestiones económicas en el seno de la UE, podemos concluir que:

En cuanto al momento presente, Europa debe seguir trabajando en la senda de la recuperación tras el mazazo económico que supuso la llegada de la pandemia de COVID-19 y los problemas de ella derivados, algo que se lleva a cabo a través de los Mecanismos de Recuperación y Resiliencia (MRR)[3].

 

(Fuente del gráfico:  https://www.consilium.europa.eu/es/infographics/recovery-fund-eu-delivers/ donde se puede encontrar numerosos datos a este respecto, aunque sin actualizar desde 2022 )

 

Asimismo, otra situación fuertemente desastibilizadora tiene su origen en la tendencia  inflacionista relacionada de los problemas derivados de las situaciones de guerra internacional. Los cálculos entre 2022-23, arrojaban datos aproximados a un 2,7 % de crecimiento del PIB. Mientras, se esperaba una inflación en máximos históricos (6,8 % en la UE, y en la eurozona, en torno al 6,1 %.)[4]

 La estrategia presente más evidente pasa por aumentar la presencia en los mercados y desarrollar una competitividad global en sectores en los que existe un fuerte avance en los competidores directos (EEUU y China) como son los de la tecnología y la inteligencia artificial. Singularmente importante y en conexión con ello, la UE debe paliar la dependencia en “tierras raras”, máxime cuando la presencia neocolonial en África se está disparando mediante el protagonismo de China y Rusia en África, cuna de numerosos recursos estratégicos[5].

 Por su parte, las estrategias de futuro: pasan por el frente exclusivamente económico: estabilizar la eurozona, tratando de evitar una crisis de deuda soberana y promover un crecimiento económico inclusivo y sostenible, algo ya presente en la desiderata que compone la Agenda 2030.

 Una buena parte de este futuro pasa por alcanzar la llamada soberanía digital europea, mediante la creación de infraestructuras tecnológicas propias, algo que plantea una delicada situación en la UE, tan garantista con la derechos humanos, ya que este desarrollo tecnológico generará una cierta merma con los derechos ciudadanos. A este efecto, hay que añadir la intromisión de las agencias y compañías extraeuropeas (Apple, Google, E. Musk)[6] incluidas conocidas redes sociales de uso popular que infringen las Leyes de Servicios Digitales de la propia UE[7]

 La transición energética puede generar tensiones si no se gestionan adecuadamente el equilibrios entre los reajustes, costes y beneficios. De hecho, el consumo y la producción de energía representan el 75 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, por lo que se hace imprescindible continuar en la senda de restricciones para alcanzar el objetivo de neutralidad climática, planteado para 2050[8]. Los cálculos elaborados por el Consejo evidencian que la UE debe reducir, de aquí a 2030, el consumo de energía en un 11,7 %, respecto a 2020, hasta lograr que el 42,5 % de energía proceda de fuentes renovables, bajo la fórmula del Objetivo 55 apoyándose en el plan RepowerEU.[9]

 La inversión en energías renovables es la vía lógica de futuro; no solo reduce la dependencia de las importaciones, sino que es una gran oportunidad de creación de nuevos puestos de trabajo y para el desarrollo empresarial a escala local.

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[1] Los datos sobre cualquier variable de esta naturaleza puede ser rastreado, para investigaciones escolares, en las páginas del Eurostat; existen  múltiples combinaciones gráficas y numéricas. Para el caso que nos ocupa: https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/UNE_RT_M__custom_4684895/default/table?lang=en

[2] Una visión de la EEE, la podemos obtener en https://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=es&catId=101


6. PROBLEMAS POLÍTICOS

El listado anterior de problemas quedaría a todas luces incompleto si no aludiéramos a la esfera política, ya que el análisis de los problemas medioambientales, energéticos, económicos, sociales, tiene una vertiente claramente política en cada uno de sus efectos y situaciones. Un breve análisis de algunos de ellos se resume a continuación.


6.1. Crisis política: Sobre el Populismo y el ultranacionalismo.

La desafección actual de la política tradicional y los modelos de partido clásico, ha empujado al alza a los extremismos políticos que han visto incrementar su presencia en los parlamentos democráticos de forma exponencial, incluso acariciando el poder, aunque generalmente no en forma de mayoría absoluta.

 Normalmente, este extremismo desde una óptica ultraconservadora viene de la mano de un revitalización del nacionalismo, entendido como un patriotismo excluyente y, en buena medida, aislacionista. Justamente éste el modelo esencial que está detrás de uno de los problemas más acuciantes de la UE: la desintegración desde dentro.

 El crecimiento de partidos populistas y nacionalistas que desafían la integración europea cursa con dos actuaciones nocivas para los intereses de la UE como realidad política integrada:

 Por una parte, en la primera línea de actuación, un extremismo camuflado de europeísmo díscolo pretende una reducción de poderes de las instituciones de la UE en sus Estados, ya que acusa a las políticas de la UE de inmiscuirse en las tradiciones y autogobierno propio de los Estados miembros y de lesionar sus intereses soberanos (las políticas migratorias, ya analizadas, es uno de las acusaciones recurrentes). Normalmente esta tendencia política se ha disfrazado de euroespticismo.

 La segunda línea de actuación, es una derivada de la anterior y se retroalimenta del éxito político de ésta, cuyo incremento les daría fuerza para conformar una doctrina aniteuropea y centrífuga, que busca alcanzar, si obtiene el suficiente respaldo popular, el objetivo lógico: promover la salida de la UE en aras de mahyor dosis de autogobierno “patriótico”.

 Curiosamente, no se llega a estos resultados de “éxito popular” mediante una actuación política ordinaria, sino mediante una compleja maquinaria de grupos de presión mediáticos, de think tank de ideología ultra apoyado en recursos digitales que articulan sistemas de creación de noticias falsas (fake news) y de realidades paralelas para diseñar un mensaje acorde a sus intereses mediante el bombardeo mediático. Se busca así la fijación negativa de los enemigos políticos, sembrando la discordia y el enfrentamiento (las negative campaigns tan exitosas en nuestra día a día político). Parafraseando el interesante trabajo de Giuliano da Empoli, podríamos estar hablando de los ingenieros del caos, cuyos tentáculos están detrás de fenómenos extraordinariamente populistas, como Trump o como el Brexit (Empoli, 2020) .

Los datos de Ipsos para Euronews, ponen de manifiesto el progresivo éxito de estas políticas que, desde lugares geográficamente opuestos a la UE en todas direcciones, buscan quebrar la unidad interna y favorecer una desintegración que sería ideal para sus intereses geoeconómicos. Sea como fuere, un simple análisis de datos revela que los grupos euroescépticos y de extrema derecha representaban el 8,7% de todo el hemiciclo hace 20 años, cifra que aumentó de forma progresiva en las siguientes citas electorales:  2009 (11,8%), 2014 (15,7%) y 2019 (18%), para llegar al actual 22 %, superando ligeramente las expectativas marcadas en los sondeos preelectorales de 2024[1] (es un 18 % de voto al que hay que sumar los No Inscritos, afines a esta ideología).

 

(Fuente del gráfico: elaboración de la web de Newtral a partir de otros datos https://www.newtral.es/ultraderecha-parlamento-europeo/20240610/ . En la web se puede analizar el gráfico de forma interactiva)

Actualmente 159 diputados representan posturas ultras de uno u otro tipo[2], siendo más numerosos los de origen francés, italiano y austriaco, donde los eurodiputados de esta tendencia superan el 25 % de los votos en sus repsectivos países de origen. Inmediatamente detrás se sitúan los eurodiputados de Bélgica, PP. Bajos o Alemania, que se sitúan en torno al 15 %.

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[1] Una web muy útil para estudiar la evolución política y establecer comparaciones entre las legislaturas puede encontrarse en https://results.elections.europa.eu/es/herramientas/herramienta-comparativa/

[2] Interesante el análisis electoral desarrollado durante las últimas elecciones y contenido en la web de RTVE : https://www.rtve.es/noticias/20240523/extrema-derecha-union-europea-minoritaria-irrelevante-a-omnipresente-decisiva/16112618.shtml


6.2. Erosión del Estado de Derecho

Como no puede ser de otro modo, las consecuencias del repunte del extremismo ultraconservador en la UE, lleva inmediatamente a un efecto colateral: la pérdida de libertad política y la merma de calidad democrática de aquellos países en los que el extremismo político ha alcanzado gran presencia.

 En el seno de la propia UE, la erosión del Estado de derecho ha sido evidente en países de amplio respaldo extremista, como han sido los conocidos casos de la Hungría de Viktor Orban y la Polonia de Jarosław Kaczyński (Applebaum, 2021) o vecina a las fronteras de la UE, la Turquía de Tayyip Erdoğan, sin dejar de lado el estado de Israel o Rusia. En muchos de ellos se silencia la oposición, se persigue periodistas poco afines o se manipulan los resortes constitucionales para perpetuarse en el poder y controlar la Justicia[1].

 Estamos, por tanto, ante un  viraje hacia un nuevo concepto político, consistente en vestirse externamente de democracias para, internamente, vulnerar los derechos y las libertades desde el mismo Estado “democrático”. Se trata del iliberalismo[2] que en muchos medios se considera un primer paso que inclina la balanza del ejercicio del poder hacia posiciones protofascistas[3]. Este viaje no solo lo han realizado Polonia o Hungría, como se ha mencionado antes, sino que atenaza las realidades políticas actualmente de Alemania, Austria, Italia o Francia[4].

ILIBERALISMO

 Podría definirse como un  sistema político que  utiliza los resortes de los principios democráticos (como el sufragio universal y las elecciones periódicas), manteniendo las formas (elecciones periódicas, oposición política...), pero en el que la separación de poderes no existe o está controlada y se vulnera el estado de derecho. Es una democracia controlada desde el poder al margen del constitucionalismo tradicional. La pérdida de las libertades de los ciudadanos es un hecho que tiene a incrementarse en la medida que aumenta el autoritarismo. Es un término acuñado por F. Zakaria en los años 90.

.Modelo iliberal (Zakaria)

(Fuente del gráfico: EOM, en https://elordenmundial.com/polonia-la-pesadilla-del-liberalismo/. Los principales partidos en el arranque de los años 20)



[1] Para una revisión del nuevo autoritarismo: https://elordenmundial.com/polonia-la-pesadilla-del-liberalismo/

[2] Un didáctico análisis: https://elordenmundial.com/que-es-democracia-iliberal/ [Consulta 30 Noviembre 2014]

[3] Sirva de ejemplo las declaraciones de destacados políticos de la extrema derecha alemana blanqueando el nazismo https://es.euronews.com/my-europe/2024/05/23/la-ultraderechista-id-pide-la-expulsion-de-alternativa-para-alemania-del-europarlamento


6.3. Una Unión desunida.

En el breve análisis político de las líneas precedentes vemos una cascada de consecuencias: la irrupción del iliberalismo propociada por el éxito político de la extrema derecha, conlleva un adelgazamiento del Estado de derecho y de las garantías de libertad de los ciudadanos. Estas mismas posturas, desde las atalayas más ultranacionalistas anuncian una consecuencia evidente: el principio del fin de la unidad europea.

 La llegada de una extrema derecha a las cercanías del poder, cada vez más fortalecida , supone  un peligro evidente para la UE: La ideología de exaltación nacional, que subyace en la extrema derecha europea, promueve una visión autoritaria de la sociedad, apoyada en la obediencia a las autoridades y el respeto a la ley y el orden nacional, vulnerando por tanto la necesario cesión de poder a las instituciones europeas para la correcta gobernabilidad del conjunto de la Unión (Azteni, 2022).

Por su parte, la merma de los derechos de las minorías (raciales, religiosas, políticas, sociales, identidad sexual...) que lleva aparejado el extremismo, debilita las normas y prácticas democráticas a medida que aumenta el poder corrosivo del extremismo ultranacionalista. Precisamente, esta pérdida de derechos, de libertades, de saneamiento político  institucional, está en las antípodas de los valores fundacionales de la Unión Europea.

El ejercicio de controles políticos desde el Estado, de las instancias judiciales, de los medios no afines y de los principios y garantías constitucionales, ha sido un camino que han transitado Polonia (Applebaum, 2021) o Hungría[1], países que, en numerosas actuaciones en el seno de la UE han torpedeado la línea de flotación de las actividades conjuntas de la UE y han dificultado la gobernabilidad de la  misma, efecto apenas atenuado cuando ha tocado la presidencia de turno de la UE, como ha pasado recientemente con el caso de Hungría[2].

Aún sin llegar a gobernar, las posturas extremistas y ultranacionalistas han logrado influir y desequilibrar los gobiernos democráticos, ya que han presentado fuerza suficiente para escorar decisiones políticas no solo en sus países de origen o en territorios y regiones de la UE, sino en el seno de la propia Unión, como evidencia la asimilación de parte de las políticas segregadoras con la emigración propuestas por el gobierno de G. Meloni , asumidas por Ursula Von der Leyen[3]

 Precisamente los roces, y las discrepancias entre Estados miembros de la UE, condicionados por postulados extremistas, está en el origen de la creciente animadversión de algunos estados miembros contra la política comunitaria. Países como Polonia y Hungría han estado a menudo bajo la atenta observación de las instituciones de la UE, al ejercer políticas internas que contradicen valores fundamentales de la UE, ya sea en casos de falta de transparencia democrática, coerción sobre instancias judiciales, legislación restrictiva para minorías étnicas o sociales... y similares.

 Podría parecer un exceso de alarmismo y una exageración hablar de la incertidumbre política  causada en el seno de la UE por la consolidación de políticas extremistas y populistas. Sin embargo, la existencia del proyecto POPREBEL o el estudio FATIGUE, financiados con fondos europeos, evidencian este temor, ya que tenían como objetivo investigar a través de múltiples subproyectos el fenómeno del populismo y la amenaza que suponen en el seno de la Unión[4]. Pero una cosa es identificar las causas y, algo muy distinto es frenar sus resultados.

 Asimismo, CORDIS, en el seno de la Comisión Europea y dentro del Programa Horizonte 2020, se hizo eco de la necesidad de estos estudios y la importancia de atenuar la ola de extremismo populista en un trabajo con el indisimulado título: “Populist rebellion against modernity in 21st-century Eastern Europe: neo-traditionalism and neo-feudalism[5], poniendo de relieve la preocupación subyacente en las instituciones europeas, y aportando un interesante término en la jerga política, que evidencia hacia donde puede ir Europa: Neofeudalismo.



PROPREBEL 

Se trata de un complejo estudios, ya finalizado, que se desarrolló entre 2019-2022, encabezado por la University College de Londres (Reino Unido), cuyo investigador principal fue el profesor Jan Kubik, en un consorcio de otras seis instituciones europeas. Abarcaba más de treinta subproyectos que analizan las variables políticas, económicas, sociales y culturales del extremismo populista. Tuvo una dotación de más de 3 millones de euros.

.Web del proyecto


FATIGUE 

En conexión con PROPREBEL, el proyecto recibe el nombre del concepto inglés ‘delayed transformational fatigue’. Trata de poner de manifiesto el desapego de la población con el inicial periodo de reformas en los países del Este, especial mente con el predominio de las antiguas élites del modelo prosoviético que, transmutados en otras formaciones políticas siguen detentando el poder en países del Centro y Este de Europa.

.Web del proyecto



 Llegados a este punto vamos a abordar una  conclusión que recoja los aspectos más destacados del desafío político actual de la Unión.

En cuanto a la situación del momento presente, una vez consolidado el nuevo parlamento europeo tras las elecciones de 2024 se asume un nocivo desplazamiento del centro de gravedad de la política europea hacia la derecha que, en dicha deriva, arrastra y escora al partido de derecha democrática europea (PPE) hacia posiciones cada vez más extremistas[6]. Estos principios políticos se oponen a los valores fundacionales de la Unión Europea y, si los concebimos en perspectiva histórica, muchos tics políticos recuerdan los años 20 del pasado siglo en Europa con el germen de la amenaza del fascismo. El repunte del autoritarismo no es una marea en retirada, antes al contrario, el paseo triunfal de D. Trump en los EEUU, es un ejemplo de lo alta que sigue la ola del populismo extremista en el corazón de democracias consolidadas. A pesar de este crecimiento y la incertidumbre que suscita la ola eurófoba, los partidos proeuropeos aún ostentan el 63 % de los votos, aunque el dato no disminuye la alerta sobre la pérdida de cohesión política de la Unión.

 Las perspectivas de futuro, no se presentan muy halagüeñas. Por primera vez más de una quinta parte de los diputados al Parlamento Europeo son miembros de partidos euroescépticos o, incluso eurófobos, consecuencia de su exaltación nacionalista y sus pretensiones neofeudales y antiestatalistas (antieuropeos). Estos grupos gozarán de un más acentuado protagonismo en las decisiones políticas y escorarán las decisiones políticas de la derecha liberal europea.

 Con guerras abiertas en las fronteras de la Unión, la remilitarización de la vida política de la UE, los tics autoritarios y la alusión de la defensa  nacional y la seguridad como primer orden, pueden llevar a una peligrosa senda de fragmentación política en una UE acosada, no por el enemigo exterior, sino desde dentro de sus propias fronteras.

 La UE, debe buscar consensos, cordones sanitarios políticos frente a la irrupción de la extrema derecha en los parlamentos, debe evitar a toda costa fragmentaciones territoriales (no más  Brexits). Si saltan las costuras por algún punto, el desmembramiento de la UE en cascada podría ser un hecho, algo que se observa con atención y expectativas desde ambos extremos de las fronteras europeas: Rusia y EEUU. Para frenar esta tendencia es imprescindible asegurar el apoyo ciudadano al proyecto europeo: fomentar Europa desde las aulas para lograra una ciudadanía europea comprometida con los valores que dieron lugar al nacimiento de la UE hace 70 años.

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7. PROBLEMAS GEOESTRATÉGICOS.

 Introducimos en este apartado un último grupo de problemas relacionados con la cuestión fronteriza y geoestratégica, no solo a nivel estrictamente “doméstico” (las fronteras inmediatas de Europa), sino en un contexto más general y globalizado.



7.1. Los nuevos posibles Brexits o el camino a la desintegración.

Excede estas páginas analizar las raíces profundas que llevaron al Reino Unido abandonar el seno de la UE y, esto, a pesar de que la UE fue muy paciente con las “particularidades” que constantemente se arrogaba el Reino Unido en sus numerosas excepciones respecto a las normativas de la UE (García Bonilla, 2020). La relación entre la UE y RU post Brexit queda en una especie de limbo en el que se suscriben acuerdos preferenciales que hacen que RU no sea “un país más”, sino un socio de primer orden para la UE. Muchos de estos acuerdos se firmaron durante el periodo transitorio de abandono (hasta diciembre de 2020), formando los llamados “Acuerdos de Comercio y Cooperación”.

 Algunos de estos acuerdos se sustanciaban en cuestiones del ámbito comercial (condiciones de competencia equitativas), así como la asistencia en derechos fundamentales, tratados de libre comercio, seguridad de los ciudadanos, etcétera[1]. Quizá entre ellos y proyectados a la seguridad común, se firmaron los importantes acuerdos sobre seguridad y energía nuclear.

 Es decir, el RU no está en la UE, pero no se ha marchado del todo. Las razones del Brexit las podemos encontrar en cuestiones ya analizadas en el apartado anterior: los partidos de corte soberanista vinculados al ultranacionalismo, como el Reform UK de Nigel Farage, triunfaron e instilaron un mensaje claro a los ciudadanos receptivos: la injusticia de las políticas de la UE con respecto al RU y las preocupaciones sobre la identidad nacional que, según sus ideólogos, quedaba comprometida. Frases propias del decálogo racista y pseudofascista fueron fuertemente pronunciadas por este ideólogo del Brexit[2].


(Fuente del gráfico: NatCen a partir de análisis para la BBC https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-47713080 )

Independientemente de que el nivel de descontento con el Brexit entre la población británica aumenta constantemente (alrededor del 62% de los británicos cree que el Brexit es un fracaso, según la empresa YouGov)[3] y de que estos grupos euroescépticos se nutrieron de las zonas más rurales y endogámicas del RU para conseguir sus objetivos secesionistas (el no al Brexit triunfó en Londres y las áreas urbanas), nada de lo sostenido por los temerosos defensores de las esencias británicas es cierto. Conviene recordar que  el  Tratado de la Unión Europea recoge en su articulado (en concreto el artículo 5) que “la Unión actúa dentro de los límites de las competencias que le atribuyen los Estados miembros en los Tratados para lograr los objetivos que éstos determinan. Toda competencia no atribuida a la Unión en los Tratados corresponde a los Estados miembros” evidencia la falacia de los argumentos basados en la usurpación de la Estados miembros y su identidad nacional[4].

 Sin embargo, ya sea por las nuevas situaciones críticas relativas a la guerra de Ucrania y las relaciones con Rusia, ya sea por las disensiones en las políticas de inmigración y las cuotas, se pueden abrir una brecha importante de la que se nutran otras formaciones nacionalistas para proyectar su euroescepticismo a nivel nacional.

 Países como Hungría, Italia o la mismísima socia fundadora y una de las almas de la UE, Francia, han visto crecer los grupos euroescépticos, normalmente desde su extrema derecha, basándose en cuestiones como la soberanía nacional, la inmigración o el impacto económico de las políticas europeas (Castro Ramírez, 2023), todo ello en medio de un conflicto bélico en las fronteras de la Unión. No olvidemos que, por detrás de estos países en los que crece el euroescepticismo, estarían Alemania, Austria, Suecia... como analiza un interesante trabajo que pormenoriza los futuros “exits” y las fuerzas políticas que los respaldan, siempre alineados a la extrema derecha del panorama político[5]

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7.2. Política Exterior y Defensa Común

Nada queda más claro hoy día a los ciudadanos de la UE que la importancia que tiene una política de defensa y seguridad común para articular una respuesta rápida a los desafíos que vienen de las agresiones externas. No debemos vigilar solo nuestras fronteras inmediatas sino, en un mundo cada vez más cercano y globalizado, las amenazas que pueden proceder de muchos kilómetros de distancia. La creciente internacionalización del conflicto Rusia-Ucrania, con la sombra de China o la participación directa de unidades militares norcoreanas[1], es una evidencia de esta situación. A su vez, las esquirlas de las alianzas respecto a esta guerra nos traslada a los otros conflictos del mundo (EEUU y China; Corea del N y del Sur, las posiciones frente a la guerra Israel-Países árabes...).

Ni tan siquiera la otra orilla geográfica de la UE presenta un balance tranquilo: la victoria de Trump en EEUU (ya analizada) atiza el fuego de la falta de consenso con la UE y con sus aliados militares de la OTAN. Es curioso como el ultraliberalismo en EEUU es un balón de oxígeno para Rusia, frente al bloque unitario que suponía la UE (y la OTAN).

 La cuestión no es solo geoestratégica. Como hemos visto en apartados anteriores, la disminución de la presencia internacional de la UE es un acicate para una Rusia expansiva y para el mercado chino que explora territorios de sus competidores europeos y cuya presencia se incrementa en el mundo (Fernández Quevedo, 2023), con hechuras en las que numerosos analistas ven el despegue de la nueva potencia mundial[2].

 Estas relaciones transfronterizas y los problemas de convivencia con potencias cercanas a las fronteras de la UE (Biscop, 2021), pretenden ser frenadas mediante la consolidación de la presencia de la OTAN, estructura militar aquejada de sus propios problemas[3], ya que requiere una reestructuración aún pendiente de abordar en la que los nuevos desafíos podrían reverdecer su influencia[4]. En este embrollo no son de gran ayuda las incertidumbres que rodean el futuro del compromiso de Estados Unidos con la OTAN, especialmente tras el mencionado triunfo de la administración Trump. Recordemos que la UE es un gigante económico, pero no militar, ya que el peso militar queda depositado en los aliados de la OTAN más que en un ejército propio interno, cuya formación y estructura sigue siendo un proceso sin fin (Martínez y Calatrava, 2023). En consonancia con ello la Comunidad Europea de Defensa (CED), cuya idea era integrar sus fuerzas armadas en una defensa común allá por su momento fundacional en los 50, queda lejos de consolidarse debido a sus problemas de funcionamiento ya desde su viejo origen[5].

 En cualquier caso, la política de Defensa hace que se promuevan apoyos a los países vecinos como Ucrania, cuya estabilidad permitiría relajar las tensiones fronterizas en la puerta oriental de Europa. Sin embargo, este tipo de apoyos militares, aumenta las fricciones con las potencias vecinas de la UE (caso de Rusia), incrementando los peligros y reforzando el militarismo de los contendientes.

 Por tanto, nos son pocos los desafíos que debe enfrentar la Política de Defensa y Seguridad Común (PESC)[6] cuya misión es la de asumir un papel de liderazgo en las operaciones de mantenimiento de la paz, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional[7], para lo cual parece imprescindible la creación de una estructura militar cohesionada y conjunta. Esta idea subyace en algunas reflexiones sobre prioridades de defensa que el Consejo elabora para analizar la defensa común[8], en la que se integran autoridades militares y civiles en distintas partes del mundo, incluida la puesta en marcha de EUNAVFOR[9] o la política de la Brújula estratégica que busca alcanzar una serie de objetivos geoestratégicos concretos en el intervalo de los próximos cinco a diez años,[10] un programa dejado en marcha por Josep Borrell, el saliente Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común (Mr. PESC)[11]

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[6] La página del Ministerio de Asuntos Exteriores analiza la PESC y los elementos que la rodean: https://www.exteriores.gob.es/es/PoliticaExterior/Paginas/PoliticaExteriorSeguridadComunUE.aspx

[11] La web de documentación legal de la UE presenta numerosas explicaciones sobre la estructura de defensa y sus organizaciones: https://eur-lex.europa.eu/ES/legal-content/glossary/high-representative-of-the-union-for-foreign-affairs-and-security-policy.html


7.3. Relaciones exteriores: adhesiones, vecinos y enemigos interiores

Aunque hemos analizado los problemas que los hipotéticos “exits”, encabezados por el Brexit, han generado y pueden generar en la UE, otro importante desafío proviene desde la estrategia contraria: la ampliación de la UE.

 

(Fuente: Web de EOM:  https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/mapa-ampliacion-europea-tras-guerra-ucrania/  ).

Encabezando esta lista de posibles países candidatos, que demandan una adhesión a la UE, tenemos el vidrioso asunto de los países del ámbito balcánico, particularmente en área occidental, ya que la  integración de países como Serbia, Albania o Bosnia-Herzegovina plantean una delicada política de equilibrios. Los puntos de fricción y las cuestiones relativas al anquilosamiento político, corrupción y relaciones internacionales están en la base de la aceptación de estos países. Justamente, no son pocos los miembros de la UE que plantean serias reticencias para aceptar dicha ampliación, como consecuencia de la dificultades en garantizar que los nuevos miembros cumplan con los estándares democráticos y económicos que exige la Unión.

 Un camino intermedio o colateral a estas nuevas incorporaciones de países geográficamente ubicados en Europa, pasa por el establecimiento de relaciones estratégicas de la UE con los países de su entorno geográfico[1], en la política que se ha dado en llamar Política Europea de Vecindad[2]. Ésta afecta a una áreas consideradas prioritarias desde el punto de vista geoestratégico para fomentar el equilibrio internacional y la estabilidad en las cercanías de las fronteras de la Unión. Sus vertientes geopolíticas están en la llamada Asociación Oriental (Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania) o la Unión por el Mediterráneo (Albania, Argelia, Bosnia y Herzegovina, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Mauritania, Mónaco, Montenegro, Siria , Palestina, Túnez y Turquía).

 Naturalmente, en estas relaciones de vecindad la situación de los actores ha cambiado: desde la guerra Siria, pasando por el conflicto de Ucrania, la delicada postura frente al conflicto Israel-Países árabes o la de solicitantes de adhesión “eternos” que llamaron a las puertas tiempo ha  (Turquía solicitó su ingreso en 1987 y la negociación está suspendida)[3].

 Actualmente la UE ha concedido el estatuto de “países candidatos” a 9 de los países mencionados en las listas anteriores[4], siendo el más problemático dada la situación de conflicto, el caso de Ucrania, que solicitó su adhesión formal el 28 de febrero de 2022[5]. Si analizamos un mapa de situación de estas posibles ampliaciones, una UE de 35 miembros y más de 500 millones de personas, se antoja muy difícil de gestionar (Guinea, 2023), ya que la estructura comunitaria no está capacitada para recibir a tantos nuevos miembros a la vez y porque la exigencia de los estándares de calidad política y los valores de la UE están aún alejados en muchos solicitantes.

 Si las relaciones exteriores de buena vecindad se complican, no debemos dejar de lado los problemas internos: el “enemigo interior”. El catálogo sería amplio, ya que podríamos considerar amenaza interior la ciberdelincuencia en forma de caballo de Troya, ya que las amenazas cibernéticas desde el robo de datos hasta los ataques a infraestructuras críticas, han aumentado exponencialmente en el último decenio[6]. Se trata de una nueva forma de agresión de baja intensidad combinada con ataques informáticos que se suele calificar como “guerra híbrida”, ya que la previsible hostilidad indirecta en los frentes políticos, viene acompañada de campañas de desinformación y manipulación en las redes sociales, especialmente en campañas orquestadas desde Rusia o China, países con una amplia tradición de control de ciberataques. Para frenar a este creciente mundo de ciberdelincuencia o guerra sucia, la UE debe ampliar sus mecanismos de control que le permitan abordar con eficacia el creciente problema, incluyendo simulacros de ataques en un entorno controlado[7].

 Sin lugar a dudas, la mayor preocupación, en cuanto al enemigo interior, son las acciones terroristas, bien ejecutadas mediante la acción de comandos operativos, bien mediante el conocido sistema de células durmientes[8]. A pesar de las ingentes cantidades de dinero y esfuerzo invertidas en inteligencia contraterrorista, las acciones incontroladas, las actuación de grupos (fundamentalmente yihadistas)[9], sigue siendo el principal desafío presente desde hacer tiempo (Thieux, 2004). El efecto de estas acciones es doblemente perverso: no solo producen muerte, caos y paralizan la vida de ciudades o regiones, sino que tiene un segundo efecto devastador: reforzar la ideología xenófoba y los partidos ultras en los países afectados, cuyo efecto desintegrador de la cohesión en la UE ya ha sido analizada en apartados anteriores.

Las acciones terroristas han disminuido en la UE debido no solo a una mayor acción preventiva, sino como consecuencia de la etiología de los mismos: los atentados de atribución “anarco-zquierdista” (Farinelli, 2022) han disminuido notablemente, seguidos posteriormente los atribuidos a la ideología “ultraderechista” (Pauwels, 2022) quedando, por tanto, los de inspiración yihadista como la principal fuente de alimentación de las acciones terroristas, como evidenciaron los casos de Liverpool, Barcelona, París, Bruselas... Estos atentados supusieron un incremento inmediato del potencial terrorista de actuación inmediata, según se desprende de los TE-SAT de Europol (EUROPOL, 2022), informe anual básico que contiene los datos y tendencias sobre terrorismo observado en el seno de la UE[10].   



 Origen de los atentados en territorio de la UE. Fuente: Web del Consejo:  https://www.consilium.europa.eu/es/infographics/terrorism-eu-facts-figures/#0 )

 El corazón de la lucha contra el terrorismo está coordinado desde la European Counter Terrorism Centre (ECTC)[11] cuya  creación parte de los intercambios de información e investigaciones que se desarrollaron tras los ataques terroristas de Paris, de noviembre de 2015; en este punto se activó la Europol’s Emergency Response Team (EMRT) para respaldar las investigaciones en París o en Bruselas, lo que incluye el desplazamiento de especialistas y analistas policiales a París, Lyon y Bruselas. Finalmente, el ETCT comenzó sus operaciones formales el 1 de enero de 2016, precisamente con el objetivo de potenciar la cooperación transfronteriza y el intercambio de información entre las autoridades contraterrostistas de los estados miembros.

 Son numerosas las fuentes de información que analizan los elementos presentes de luchas contraterrorista en el seno de la UE, del mismo modo que numerosas páginas oficiales se hacen eco de un sinnúmero de entradas relativas a las actuaciones antiterroristas, así como  elementos del lenguaje legal asociado a las mismas, criterios para la inclusión en listas de grupos terroristas o las acciones legales y sanciones que la UE arbitra para estos actos, siendo el Consejo el órgano prioritario para este tipo de información[12]. La elaboración de gráficos, como el que acompaña estas líneas, resulta una fuente de información esencial, ya que permite importante exploraciones dinámicas e interactivas de los seguimientos de acciones terroristas durante un prolongado periodo de tiempo, según su naturaleza ideológica[13]


            Una vez llegados a este punto y a modo de conclusión, conviene realizar una breve reflexión final sobre los aspectos de tipo geopolítico, cuyo tratamiento en sí mismo y acorde con  su importancia actual, bien merecerían un grueso volumen que aquí se ha tratado de sintetizar de la forma más didáctica posible.

 

            En cuanto al momento presente los aspectos más relevantes pasan por gestionar el único ejemplo de escisión de la UE que ha sacudido la unidad: los acuerdos y las relaciones comerciales con RU tras el Brexit. Por su parte, la cohesión territorial podría mantenerse si tenemos en cuenta que a pesar del crecimiento del euroescépticismo en algunos países, las elecciones en la UE siguen evidenciando una mayoría ciudadana que respalda la pertenencia a la Unión, aunque no se pueda soslayar una creciente tendencia a desear reformas de la misma, quizá consecuencia del hastío frente a las formas de política tradicional.

 

De cara al exterior, la UE tiene un desafío enorme: mantener la coherencia interna y el discurso único a través de la PESC, en un contexto internacional complejo y creciente: la guerra llama a la puerta de Europa después de más de medio siglo de paz general. Actualmente, se busca una posición equilibrada en el concierto internacional frente a los actores protagonistas de la lucha por la hegemonía mundial, como EEUU, Rusia y China, siendo el primer caso un factor de desequilibrio añadido tras la victoria de D. Trump, cuya política errática cuando no desairada respecto a la UE no plantea un horizonte tranquilo. Trabajar por la paz, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional pasa por la creación de una estructura militar cohesionada.

 En cuanto a las perspectivas de futuro, un primer paso ineludible es que la UE vuelva a recuperar un solo tono de voz de cara al exterior, superando boicots a la cohesión interna provenientes de tendencias  iliberales y de sesgo autoritario que socavan la acción conjunta y la toma de decisiones. En este mismo sentido, fenómenos como el Brexit llaman la atención sobre una aspecto esencial: la necesidad de aumentar la pedagogía ciudadana sobre los valores de pertenencia a la UE que faciliten desmontar los discursos populistas. Estos movimientos de masa de apariencia “patriótica” llevan a las naciones a tomar precipitadas decisiones de gran peso internacional y de difícil arreglo posterior, por mucho que haya un “arrepentimiento social” ante la dura realidad de la emancipación. No se habla ya solo del Brexit, sino de frenar otros posibles “exits” que puedan producirse en el seno de países donde el euroescepticismo gana enteros, pudiendo dar paso a un hipotético "Frexit" (para el caso francés) o "Italexit" (caso de Italia), por citar dos espinosas realidades posibles.

 En cuanto a la política externa y de seguridad, los esfuerzos deben centrarse en una mayor autonomía en materia de defensa, enfrentando los nuevos desafíos que brindan situaciones como la guerra en Ucrania, la situación de Israel y Palestina, la irrupción de terceras potencias en los conflictos europeos (caso de Corea del N. en Ucrania)  o las guerras de “baja intensidad” africanas; por no hablar de otros puntos del mundo donde los desequilibrios inesperados y sobrevenidos generan más incertidumbre mundial[14]

 En cuanto a la lacra del terrorismo, debe seguir haciéndose hincapié en la importancia de la acción conjunta de la EUROPOL, la intervención preventiva en los países vecinos y la colaboración ciudadana par guiar la mejora del futuro en la paz interna y estabilidad de la Unión. Todo ello, sin vulneran los principios de libertad y democracia que están en la esencia misma de los valores fundacionales de la UE.

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[3] Un análisis conjunto de todas las posibles situaciones geopolíticas a las que se enfrenta la UE puede encontrarse en la documentada web https://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/section/207/las-politicas-de-ampliacion-y-de-vecindad

[6] Un cumplido análisis puede localizarse en: https://www.consilium.europa.eu/es/infographics/cyber-threats-eu/

[12] A este respecto: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/sanctions-against-terrorism/  Asimismo, resulta muy relevante por contener numerosas infografías trabajos y recopilación de datos la web del Consejo : https://www.consilium.europa.eu/es/policies/fight-against-terrorism/

[14] Los vaivenes recientes (Diciembre 2024) en Corea del S.: https://www.bbc.com/mundo/articles/c1el8gj8vw7o


8. UNA REFLEXIÓN FINAL.

Como claramente refiere N. Alonso Moreda (2022), solo si analizamos en profundidad el proceso de integración y de formación de la UE, sus costos y sus pequeños pasos políticos, a veces dubitativos pero finalmente consolidados, se pueden entender los principales retos a los que se enfrenta la Unión Europea. Los enemigos de la unidad de este espacio geopolítico, económico y, lo más importante, ciudadano, pretenden erosionar los valores originarios de la UE: garantizar la prosperidad, la paz y la cooperación internacional, que están en el espíritu del nacimiento de la Unión.

 Sabiendo la imposibilidad de sintetizar todas las alternativas de análisis para el momento presente de la UE, así como los grandes retos y líneas de actuación de futuro que se han pretendido reflejar en estas páginas, se ha tratado, al menos, de conjuntar unas propuestas básicas y actualizadas sobre “el estado de la cuestión”. El objetivo principal es ofrecer al docente una panoplia de propuestas, de recursos, de bibliografías actualizadas, infografías dinámicas o similares, que permita trabajar (de forma contextualizada a cada clase, a cada Centro), el inabarcable problema de los retos de presente y futuro de la UE.

 Quizá, los mismos alumnos destinatarios de estas propuestas de trabajos, tengan en sus manos el destino de lo que deberá ser la Unión Europea. Con ellos, con los valores que seamos capaces de transmitir, con la formación de ciudadanos comprometidos, se puede atisbar un futuro más optimista, en el que  la UE se juega en buena medida el ser o no ser de su futuro: ¿La decadencia de la Unión? ¿una mayor cohesión y unidad interna? ¿el camino hacia una estructura federal y el nacimiento de los Estados Unidos de Europa?... Nuestro alumnado, como ciudadanos de la UE, tendrá la respuesta el día de mañana... ¡Y nosotros podemos aportar nuestro granito de arena formando ciudadanos constructivos conscientes de los valores de la Unión Europea!