La elaboración del plan de convivencia en los centros educativos
Sitio: | Aula Virtual de Formación en línea (ISMIE) |
Curso: | Revisión y mejora del Plan de Convivencia de centro |
Libro: | La elaboración del plan de convivencia en los centros educativos |
Imprimido por: | Invitado |
Día: | sábado, 28 de diciembre de 2024, 01:35 |
Descripción
La Subdirección General de la Inspección Educativa ha creado el documento La elaboración del plan de convivencia en los centros educativos. Este documento servirá como base para la realización de este curso. Se irán recorriendo las distintas etapas del proceso, y se realizarán actividades sobre algunos de los pasos descritos en cada fase.
1. Introducción
La planificación de acciones para la promoción de la convivencia pacífica en los centros educativos debe enmarcarse en el diseño del prescriptivo plan de convivencia que han de elaborar los centros educativos en aplicación de lo establecido el Art. 12 del Decreto 32/2019, de 9 de abril, por el que se establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid.
Con carácter general, los planes de convivencia de los centros deben contribuir a:
- Concienciar y sensibilizar a la comunidad educativa sobre la importancia de una adecuada convivencia escolar e implicarla en su mejora.
- Fomentar en los centros educativos los valores, las actitudes y las experiencias que permitan mejorar el grado de conocimiento, aceptación y cumplimiento de las normas.
- Recoger y concretar los valores, objetivos y prioridades de actuación del proyecto educativo que orientan y guían la convivencia del centro, así como las actuaciones previstas para la consecución de dichos fines.
- Promover la formación en la comunidad educativa y el desarrollo de procedimientos y recursos para favorecer la convivencia pacífica, la resolución de los conflictos, el respeto a la diversidad y fomento de la igualdad entre hombres y mujeres, así como la prevención de la violencia de género y de las actitudes y comportamientos xenófobos y racistas.
- Promover la prevención, detección, intervención, resolución y seguimiento de los conflictos interpersonales que pudieran plantearse en el centro, así como de todas las manifestaciones de violencia o acoso entre iguales.
- Facilitar a los órganos de gobierno y al profesorado procedimientos claros de intervención, instrumentos y recursos en relación con la promoción de la cultura de paz, la prevención de la violencia y la mejora de la convivencia en el centro.
- Fomentar el diálogo como factor favorecedor de la prevención y resolución de conflictos en todas las actuaciones educativas.
- Potenciar la educación en valores para la paz y la educación cívica y moral en todas las actividades y su desarrollo en el centro educativo.
- Impulsar relaciones fluidas y respetuosas entre los distintos sectores de la comunidad educativa.
- Promover que los padres o tutores sean formadas en temas de convivencia, acoso, ciberacoso y uso responsable de las nuevas tecnologías.
El plan de convivencia se elaborará por la comisión de convivencia del Consejo Escolar con la participación efectiva de toda la comunidad educativa y al amparo de procesos de análisis previo, diálogo compartido, toma de decisiones conjuntas y acciones
de evaluación estables y conocidas por todos, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 12 del Decreto 32/2019.
El plan de convivencia ha de ser aprobado por el director del centro, siendo informado previamente por el Claustro de profesores y el Consejo Escolar, que realizará anualmente el seguimiento y la evaluación de dicho plan. El plan de convivencia, que forma parte del Proyecto Educativo, deberá incluir los apartados que se determinan en el artículo 12.5 del Decreto 32/2019, e incorporará en la programación general anual las actuaciones que a lo largo del curso se vayan a desarrollar para dar respuesta a las necesidades detectadas y objetivos marcados, estableciéndose un plan de actuación para cada curso escolar , incorporando, asimismo, las medidas de promoción de la convivencia al plan de acción tutorial, todo ello conforme a lo dispuesto en el artículo 12.
Anualmente se elaborará una memoria anual de la convivencia en el centro de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 13 del citado Decreto.
Con el liderazgo del equipo directivo debe cuidarse especialmente la información a todos los grupos:
- Que el centro otorga especial importancia a las relaciones entre
personas desde un marco de valores compartidos basado en el
dialogo y la participación.
- De los ejes principales del plan de convivencia relativos a la prevención e intervención en casos de acoso o conductas irrespetuosas, garantizando que, en estos casos, la intervención con sensibilidad y criterio, pero también con rapidez y rigor.
- Instrucción Primera. 2, de las Instrucciones de las Viceconsejerías de Educación no Universitaria, Juventud y Deporte y de Organización Educativa, sobre la actuación contra el acoso en los centros docentes no universitarios de la Comunidad de Madrid.
- Instrucciones de las Viceconsejerías de Educación Educativa y de política Educativa, por las que se complementan las instrucciones de 2 de noviembre sobre la actuación contra el acoso escolar en los centros docentes no universitarios de la Comunidad de Madrid.
En el contexto de una metodología de procesos, parece necesario incluir la definición y organización, de los siguientes procesos:
- Espacios y tiempos específicos, y agentes responsables, para iniciar el trabajo de revisión. Esto es, crear las condiciones para reflexionar sobre el aquí y ahora de la situación de cada centro, clarificar conceptos y habilitar un marco de interpretación compartido de los ámbitos implicados en la convivencia y relaciones interpersonales, con especial a la prevención de la violencia, y desarrollar acciones para pulsar las actitudes, valores y evidencias del sentir general de la comunidad educativa.
- Acciones para la revisión e indagación sobre el estado de la cuestión de la convivencia y sus derivadas en el centro. Valoración de recursos y formación con la que se cuenta, percepciones de los diferentes miembros de la comunidad educativa, valoración de las normas de conducta y su grado de cumplimiento, funcionamiento de las estructuras creadas a tal efecto, interpretación de las evidencias y datos con los que cuenta el centro sobre actividades desarrolladas para la promoción de la convivencia pacífica, conflictos detectados y abordados, dificultades y puntos fuertes del centro para dar adecuada respuesta a los conflictos interpersonales y situaciones de maltrato entre compañeros, protocolos de acoso escolar gestionados y principales problemas detectados en su desarrollo, número de protocolos que culminan con resolución de acoso escolar...
- Un procedimiento para la búsqueda de soluciones a los problemas evidenciados y la elaboración de un plan para la promoción de la convivencia pacífica y saludable y para la prevención, la detección y la intervención de y en los conflictos interpersonales y posibles situaciones de acoso escolar: formación del profesorado, información, formación y sensibilización del colectivo de padres y alumnado, modelo de análisis e intervención en conflictos, cauces de participación de la comunidad educativa, estructura organizativa, metodología de trabajo en aula, elaboración de protocolos...
- Procedimientos para el seguimiento y evaluación del plan o planes diseñados e institucionalizar, asentar y protocolizar las acciones en materia preventiva, de detección e intervención. Hacerlas propias, singulares y sostenibles.
Consultar también:
- Artículo 124. Normas de organización, funcionamiento y convivencia. Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
2. Apartados fundamentales
Este es un documento de recursos, una guía con ejemplificaciones para el desarrollo de procesos y procedimientos de trabajo de los centros educativos en el contexto de actuaciones para la elaboración de sus planes de convivencia.
1. El diagnóstico del estado de la convivencia en el centro teniendo en cuenta sus características y las de su contexto.
La elaboración del plan de convivencia debe contemplar una fase de análisis y valoración del estado de la cuestión (ver Fase de diagnóstico, pasos 4 y 5), las opiniones que todos los sectores de la comunidad educativa tienen sobre el clima de convivencia, siempre teniendo en consideración, por supuesto, el contexto en que nos ubicamos y sus características, e indagando sobre el estado real de opinión de los miembros de la comunidad. Es importante diseñar y planificar bien los procesos, procedimientos e instrumentos a utilizar. Resulta de especial importancia filtrar bien sobre qué vamos a preguntar, sobre las ideas y conclusiones que pretendemos extraer. Siempre con el ánimo de definir las líneas de mejora. De especial interés es, asimismo, categorizar bien las opiniones e ideas extraídas (entrevistas, encuestas de opinión, grupos de discusión...), de manera que podamos interpretar adecuadamente cuáles son los ámbitos donde parecen localizarse las necesidades más señaladas.
2. Los valores de convivencia y los objetivos y prioridades en relación con el proyecto educativo del centro.
A partir del análisis efectuado en el proceso de diagnóstico, representa un punto fundamental la concreción de valores y su correspondencia en objetivos a marcar como referencias del plan. Y relacionarlos con aquellos del proyecto educativo, lógicamente, que de una manera incuestionable se relacionan con el siempre complejo mundo de las relaciones interpersonales, los conflictos inherentes a las mismas y la gestión y tratamiento de los mismos. Se trata pues de trazar líneas de conectividad entre principios, valores y objetivos del proyecto educativo del centro y valores y objetivos prioritarios que han de guiar el desarrollo del plan de convivencia. (Ver Fase de planificación, paso 6).
3. La concreción de los derechos y deberes del alumnado y del resto de la comunidad educativa.
El Decreto 32/2019 define en su Título I los derechos y deberes del alumnado, de los padres o tutores, de los profesores y del personal de administración y servicios. En el proceso de elaboración del plan de convivencia representa un paso imprescindible la reflexión en la comunidad educativa sobre lo reflejado en este aspecto en el citado marco normativo y, por supuesto, la concreción y contextualización de los citados derechos, a los efectos de ajustarlos y adecuarlos a la realidad del centro.
4. Las normas de convivencia concretarán, entre otros aspectos, las estrategias para la prevención y resolución de conflictos, las medidas correctoras aplicables en caso de incumplimiento, que deberán ser de carácter educativo y recuperador y tener en cuenta la situación y condiciones personales del alumnado. Se incluirán las normas de convivencia del centro y las pautas para que se elaboren las normas de aula.
En consonancia con lo establecido en los artículos 14 y 15 del Decreto 32/2019, el plan de convivencia debe definir y concretar las normas de convivencia en el centro, así como los criterios comunes y los elementos básicos que deben incorporar las normas de convivencia en las aulas y los procedimientos de elaboración y los responsables de su aplicación (con la colaboración del alumnado de cada grupo y el equipo docente del mismo y la coordinación del tutor). (Ver Fase de planificación, paso 10). El plan de convivencia recogerá también en este apartado todo lo relacionado con el modelo de intervención para prevenir y dar respuesta a los conflictos, así como las medidas a adoptar en los supuestos de inclumplimiento de lo establecido (Ver Título IV del Decreto 32/2019).
5. Las actividades que se programen con el fin de fomentar un buen clima de convivencia, ya sea dentro o fuera del horario lectivo.
El plan de convivencia debe contener un apartado específico de planificación de actividades a desarrollar, de manera que pueda ajustarse cada curso escolar con un plan de acciones, en diferentes ámbitos y con participación de todos los sectores de la comunidad educativa, para que puedan satisfacerse las necesidades detectadas y los objetivos propuestos. Es importante que los objetivos hayan podido trazarse en líneas prioritarias de contenido, atendiendo al contexto, características del centro y alumnado y diagnóstico. (Ver Fase de planificación, paso 11).
6. El plan de convivencia deberá diferenciar con claridad el acoso escolar, el ciberacoso, la violencia de género y la LGTBIfobia de otras conductas esporádicas que dificulten la convivencia.
El plan de convivencia debe incorporar la planificación para desarrollar acciones de naturaleza preventiva y de respuesta rápida y eficaz en situaciones marcadas por la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones y escenarios y todas aquellas que generen obstáculos y dificultades en el mantenimiento del deseable clima de convivencia pacífica en la comunidad educativa. Contenidos como el acoso entre iguales, la violencia de género y la LGTBIfobia, entre otros importantes, como el racismo y la xenofobia, deberán ser tratados en el contexto de planes de intervención planificada y detallada.(Ver Fase de planificación, paso 12).
7. Las estrategias para realizar la difusión, seguimiento y evaluación del plan de convivencia en el marco del proyecto educativo.
Un buen plan de convivencia precisa, asimismo, de un adecuado plan de difusión del mismo. Aquello que no se conoce suficientemente difícilmente es incorporado a la cultura de relaciones interpersonales que se pretende hacer crecer en el centro educativo. Se trata de comunicar lo que se pretende llevar a efecto y se hace, sus resultados; visibilizar las acciones, anunciarlas, hacerlas ver, mostrarlas. El objetivo de la implicación y la fidelización con los proyectos pasa inexcusablemente por hacer explícitas nuestras intenciones y acciones. Palpables, claras, evidentes. (Ver Fase de planificación, paso 14).
8. Las actividades de formación dirigidas a los miembros de la comunidad educativa para el ejercicio de la resolución de conflictos.
Entre las acciones a planificar cada curso, conviene resaltar las que se concretan en actividades de formación para los diferentes sectores y miembros de la comunidad educativa. Incluyendo aquellas enmarcadas por su naturaleza de información, de sensibilización
y, por supuesto, de formación específica. Buscar la adecuada relación entre la formación diseñada y las necesidades detectadas y su concreción en objetivos propuestos representa una reflexión y toma de decisiones imprescindibles. Ver información sobre
actividades de formación en centros dependientes de la Consejería de Educación e Investigación. De especial interés el MOC mejora de la convivencia y prevención del acoso
escolar y los cursos MOOC sobre convivencia para familias.
9. Las estrategias para la promoción de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
El plan de convivencia deberá recoger, asimismo la estrategia, planificación, acciones y herramientas para fomentar y promocionar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. (Ver Fase de planificación, paso 14). Algunos materiales de referencia y orientación en este ámbito se detallan a continuación:
- Comunidad de Madrid. La Estrategia Madrileña para la Igualdad de oportunidades entre Mujeres y Hombres 2018-2021.
- Comunidad de Madrid. Igualdad y violencia de género .
- Gobierno de Canarias. Programa educar para la igualdad.
- Educaweb. Propuestas para educar en igualdad de género desde la Educación Infantil y Primaria.
- MECD. Unidad de igualdad de género.
3. El plan de convivencia en el proyecto educativo
Deberá promover procesos de participación activa que contribuyan a
prevenir y resolver pacíficamente los conflictos. En el plan de convivencia se
incluirán líneas de trabajo relacionadas con:
- La prevención como la mejor herramienta para evitar cualquier
tipo de conflicto.
- Las medidas organizativas con repercusión en la mejora de la
convivencia y en la prevención de conflictos y de situaciones
violentas y/o acoso.
- Las metodologías didácticas que contribuyan a mejorar el clima de convivencia.
4. La convivencia en la programación general anual
Se incorporarán a la programación general anual aquellas actuaciones que a lo largo del curso se vayan a desarrollar para dar respuesta a las necesidades detectadas y objetivos marcados, estableciéndose un plan de actuación para cada curso escolar.
5. Aspectos metodológicos esenciales en su elaboración
Elaborar o revisar un plan de convivencia (Art. 12 del Decreto 32/2019) debe entenderse en todo momento como un proceso en el que, paso a paso, secuencia a secuencia, podamos ir desbrozando diferentes elementos que nos permitan entender, en primer lugar, de qué estamos hablando, cómo lo entendemos todos los agentes y miembros de la comunidad educativa, y, en pasos subsiguientes, abordar las tareas de trabajo conjunto y colaborativo que contribuyan de manera eficaz a definir un marco vivo y consensuado, siempre en el contexto de un proceso de planificación ordenado y coherente, con pasos inexcusables:
- Justificar el trabajo a realizar y definir y organizar un grupo interno, un equipo dinamizador (fase de justificación y designación de responsables) que permita liderar el proceso de sensibilización de toda la comunidad educativa para desarrollar la tarea, planificar el proceso, coordinar y dinamizar acciones, facilitar la tarea a los participantes, seleccionar los materiales que pueden contribuir a la formación previa, a la reflexión sobre el proceso. Este grupo interno puede estar configurado por algunos de los miembros de la Comisión de convivencia del Consejo Escolar. Sin perjuicio de la posibilidad de contar con un grupo dinamizador en el propio Claustro.
- Diseñar un marco y un proceso para la sensibilización (fase de sensibilización) sobre la tarea a desarrollar. Favorecer la reflexión en los agentes que configuran el contexto educativo y social para que se sienta la necesidad de revisar lo realizado hasta el momento, adopten actitudes favorables al análisis, valoración y elaboración de propuestas de mejora.
- Desarrollar un proceso de análisis de la convivencia en el centro (fase de diagnóstico) hasta el momento presente. Hacer visible y explícito qué visión tienen los diferentes agentes y el alumnado, qué es lo que estamos haciendo y sus resultados, grado de satisfacción de necesidades, qué nuevas demandas han surgido y cómo poder abordarlas, qué necesitamos para mejorar, recursos con los que contamos y podemos contar, cómo podemos formarnos para el proceso posterior, etc.
- Diseñar un plan de acción (fase de planificación) que defina el modelo de convivencia que deseamos implantar, sus principios, objetivos, líneas prioritarias de actuación, contenidos y acciones específicas, siempre partiendo de las necesidades detectadas en el análisis de nuestra convivencia.
- Diseñar un proceso, seleccionando procedimientos y materiales específicos, para realizar el seguimiento del plan de convivencia, adecuadamente temporalizado y con la referencia explícita a los objetivos que se han propuesto para el curso escolar (
fase de evaluación).
El centro educativo debe definir, asimismo, una estrategia planificada para informar periódicamente, implicar y responsabilizar a toda la comunidad educativa en el desarrollo del plan de convivencia. Es necesario invertir tiempo y actividades en comunicar lo que se está realizando y despertar sensibilidad acerca de la importancia de la mejora de la convivencia en el conjunto de la comunidad educativa (fase de difusión).
Para el desarrollo de estos procesos pueden consultarse los siguientes documentos:
- Modelo de las 9 preguntas para redactar un proyecto.
- Plan de convivencia de centro Educarex: guía reducida (Junta de Extremadura).
- El Plan de convivencia escolar (José Manuel Arribas, Revista Debates, número 3.
- La autorevisión de la escuela, naturaleza, procesos y procedimientos
(Juan Manuel Escudero).
- Un estudio sobre la utilización de la metodología de procesos como
estrategia de formación del profesorado en relación con la mejora
de la convivencia (Juan Carlos Torrego, Revista de Currículum y
Formación del Profesorado, 2008).
6. Esquema del proceso
A continuación, se resume el esquema de procesos a desarrollar para la elaboración y/o revisión del Plan de Convivencia.
En los siguientes temas del curso se van desarrollando cada una de las fases.
7. Algunas ideas esenciales sobre innovación y mejora en la educación
Innovar es siempre un proceso complejo. No es un proceso lineal, sino, más bien, un itinerario donde acción, evaluación, reflexión y reformulación de lo que hacemos se convierten en pasos muchas veces superpuestos, difícilmente disociables. De hecho, cuando hacemos, sin duda investigamos. Y repensamos lo que hacemos. En muchas ocasiones, por no decir siempre, nuestra manera de hacer configura una manera de planificar; y de revisar los resultados de lo que ponemos en marcha. Y viceversa. Casi nada de lo que hacemos lo hacemos por azar. Siempre existe una justificación, un hecho, un conjunto de hechos. Siempre existen unos resultados, más o menos explícitos, que articulan el modo en que vamos trazando nuestros planes. Y llevándolos a la práctica.
Sin embargo, mejorar nuestros planes de acción en los centros educativos requiere, cada vez más, procesos estables de reflexión sobre la práctica. Y procedimientos para detectar errores y formular propuestas novedosas. Y, en este contexto, es imprescindible dedicar tiempo a pensar juntos. Y analizar lo hecho, volver a ordenar nuestras preocupaciones, formularlas en términos de necesidad. Y definir de modo organizado lo que entre todos entendemos que deben ser los ajustes que necesita nuestra institución. Y sus prácticas. En el marco en el que nos encontramos, lo normal es que tengamos que revisar lo que ya definimos y formulamos hace tiempo. Más o menos. O puede que nos enfrentemos directamente a la elaboración, por vez primera, de un Plan de Convivencia en el centro educativo. En todo caso, parece necesario considerar que, sin perjuicio de los matices diferenciales que son intrínsecos a sendas situaciones, deben tenerse en cuenta algunas ideas esenciales antes de iniciar el proceso que vamos a intentar definir e implementar:
- El objetivo de nuestra tarea no tiene por qué ser cambiarlo todo, modificarlo todo. Esta tarea puede enfocarse desde una perspectiva secuencial. Detectar, definir, formular y organizar las necesidades de nuestra organización y marcar un trayecto sabiendo priorizar. Incluso, ir poco a poco.
- Sabemos mucho de cómo se consiguen efectos colaterales en áreas que aparentemente no tocamos cuando llevamos a efecto buenos y compartidos planes que en principio parecen afectar exclusivamente a un ámbito. Las conexiones y permeabilidad de los logros son siempre una sorpresa agradable.
- Tener buenas ideas no es suficiente. Hemos de saber formularlas, organizarlas, definir su posible puesta en acción. Valorar su pertinencia, importancia, urgencia. Y compartirlas. Y, por tanto, casi, con seguridad, mejorarlas. Porque lo que pensamos nosotros no tiene por qué ser siempre la mejor opción. Aun siendo adecuada.
- Los procesos de cambio son casi siempre complejos, multifactoriales y no lineales. De hecho, la transversalidad de las ideas, si bien suponen un ingrediente de complejidad, suponen también un seguro de efectividad. La lentitud de algunos procesos puede llegar a ser entendible y justificable.
- El papel de los directivos es crucial. Sin su implicación y compromiso, suele rascarse solo la realidad.
- La innovación tiene un carácter procesual: reflexión sobre lo hecho, dinamización, planificación, diseño, implementación, evaluación y difusión. El cambio y la mejora no son posible si no se trasladan a las estructuras y a la organización.
- Cualquier innovación supone siempre incertidumbre. Y dudas. Vencer resistencias desde la argumentación y el convencimiento es imprescindible.
- Pensar que todo va a cambiar con rapidez y que todos los miembros de la comunidad educativa van a estar de acuerdo con lo pensado puede ser un error. Se necesitan planes evolutivos y flexibles.
- La toma de decisiones combina conocimiento, estrategia, decisiones a corto medio y largo plazo. Y mucha intuición (Fullan, M. 2002).
- El verdadero objetivo debe ser cambiar (a mejor) la cultura de la organización. No llevar a efecto exclusivamente innovaciones aisladas.