CLAVES PARA TRABAJAR CON ALUMNADO ADULTO
Las enseñanzas de Bachillerato tienen un carácter academicista y propedéutico que determina una mayor profundidad y complejidad en los contenidos que la Educación Secundaria Obligatoria. Además, como se ha mencionado previamente, el alumnado adulto tiene unas circunstancias que añaden un extra de dificultad al seguimiento de estas enseñanzas. Por eso, y con el objetivo de evitar el absentismo y el abandono de aquellos que deciden embarcarse en estas enseñanzas, a continuación se proponen una serie de consejos que pueden ayudar a acompañar y animar al alumnado adulto en este nuevo reto.
- El alumnado necesita contar con información completa desde el principio en los canales de información oficiales: página web, aula virtual y correo electrónico corporativo. Estas enseñanzas se imparten en régimen semipresencial y a distancia, lo que va a hacer necesario que el alumno trabaje de manera muy autónoma y deben poder organizarse desde el inicio.
- Comunicación fluida y seguimiento cercano. Es importante que la comunicación sea constante y a través de los canales oficiales. Las respuestas deben ser lo más inmediatas posible para hacer las aclaraciones que hayan solicitado. Para ello es interesante usar la mensajería interna del aula virtual y habilitar el chat.
- Acercar la materia y su presencia y aplicación en la vida diaria para motivarlos y que no lo vean como algo lejano y sin interés.
- Aportar flexibilidad para que puedan compatibilizar los estudios con su vida personal y laboral. Para ellos es interesante tener material en el aula virtual que les permita saber qué se ha hecho en clase, actividades de repaso, vídeos...
- Fomentar las relaciones sociales y tejer redes de colaboración y participación entre el alumnado para que puedan reforzar los lazos personales y fomentar el apoyo mutuo.
- Acompañar al alumnado en su retorno al sistema educativo. Es importante facilitar pautas de hábitos de estudio para los que llevan más tiempo desenganchados y ejercer un rol de guía para asesorar y animar al alumnado en esta nueva etapa. Este aspecto se puede ver impulsado con el uso de las tutorías, los grupos de estudio...
- Potenciar su autoestima. Borrar la sensación de fracaso, trabajar su autoestima y autoconcepto con los pequeños éxitos diarios para que visualicen hasta donde pueden llegar y progresar. No solo hay que dotar de conocimientos a los alumnos, si no que hay que armarles de herramientas sociales y personales.
- Compartir las experiencias del alumnado. El alumnado adulto tiene muy claros sus objetivos y las razones que les llevan a volver a estudiar. Pueden sentirse reforzados si descubren que comparten experiencias y metas con el resto de compañeros.
- Facilitar la usabilidad de la web. El alumno adulto necesita un acceso rápido a la información. Es fundamental que el aula virtual sea cercana, limpia y sencilla. No se debe abusar de exceso de recursos y contenidos y la información básica debe quedar clara. Además, parte del alumnado puede estar lejos del lenguaje tecnológico por lo que excepcionalmente se puede combinar o apoyar con recursos más tradicionales.
- El aula virtual debe ir más allá de colgar apuntes para los estudiantes. Es interesante organizar el temario por tareas o situaciones de aprendizaje. En la página del INTEF (https://intef.es/recursos-educativos/situaciones-aprendizaje/) se pueden encontrar muchísimas propuestas que se pueden modificar y adaptar a lo que el docente busca.
- Valorar positivamente la colaboración y participación del alumnado para fidelizar al alumnado y evitar que se desenganchen. Todas las actividades y tareas deben valorarse, ya que en caso contrario el alumno deja de tener interés en su entrega cuando la nota final depende únicamente de la nota de un examen.