A nivel general, conviene seguir algunas recomendaciones, sobre todo cuando queremos registrarnos en una red que no consideremos muy segura:
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Leer las condiciones de registro y todo lo relacionado con la propiedad intelectual de los contenidos que publiquemos.
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Evitar revelar datos personales sensibles, como el domicilio, el número de teléfono...
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A veces, utilizar un seudónimo en lugar del nombre real.
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Usar un correo electrónico específico para este tipo de registros.
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Tener cuidadado con los datos que publicamos de otras personas. No deberíamos publicar información personal ni fotos de otros sin su permiso o, si son menores, de sus padres o personas que las tutelan.
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Aprovechar las opciones de privacidad en nuestro perfil para ocultar aquellos datos e informaciones que no deseemos compartir.
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Intentar realizar un uso ético y sensato de este tipo de servicios. De hecho, las redes sociales son entornos en las que los miembros dejan confiadamente opiniones sobre gran diversidad de temas. Al realizar aportaciones, conviene no dejarse llevar en exceso por el estado de ánimo del momento. Sin embargo, es aún más importante no intrepretar de forma literal y absoluta las aportaciones de otros miembros; el no conocer su situación personal ni poder apreciar sus gestos y tono de voz también podría llevarnos a conclusiones equivocadas.