Feedback en los aprendizajes

Hattie & Timperley identifican tres niveles sobre los que se puede aplicar el feedback formativo: el primer nivel es el básico o centrado en la tarea concreta desarrollada por el alumnado, el segundo el de instrucción o entrenamiento que es el que se centra en el proceso de aprendizaje y, el tercer nivel, es que facilita la autorregulación.

1. Básico o centrado en la tarea concreta desarrollada por el alumnado. Sería la información que se da al estudiante sobre cómo ha realizado una actividad, explicándole en qué se ha equivocado y facilitándole la respuesta correcta.
   • Indicando todo lo que ha hecho correctamente, aunque sean logros parciales, con comentarios ajustados al nivel de competencias del alumnado.
   • Señalando aquello en que ha cometido error y por qué.
   • Mostrando la respuesta correcta.
2. De instrucción o entrenamiento centrado en el proceso de aprendizaje. Va más allá del ejercicio concreto. Es la información que se da al estudiante sobre el proceso de lo que esta realizando, para afianzar lo correcto y sugerir cambios concretos en su forma de aprender. Facilitándole estrategias para detectar los errores y buscar soluciones.
   • Comentándole en qué se ha equivocado, analizando los posibles errores y a qué pueden ser debidos.
   • Proporcionando información sobre qué podría hacer para mejorar el resultado o señalando posibles vías de solución.
   • Modelando el proceso, dando ideas para buscar información más útil y estableciendo relaciones entre ideas.
3. Para la autorregulación. Es la información que se da al estudiante para mejorar sus habilidades de autoevaluación y autorregulación.
   • Facilitándole estrategias metacognitivas (pautas de corrección, rúbricas…) para que aprendan a autoevaluar su tarea.
   • Realizando preguntas relevantes para que el alumnado descubra su error.
   • Animando a que el alumno o alumna establezca comparaciones con su rendimiento previo.