1. La UE como entidad político-económica

1.2. Pilares normativos

Aunque el bloque en el que se trata la Historia de la UE proporciona documentación suficiente para entender cómo se ha evolucionado hasta el sistema actual de la Unión Europea, se compendian en este epígrafe algunos de los tratados que han resultado básicos para definir las políticas de la UE, más concretamente, se indicará qué aporta cada uno de los tratados a la hora de definir la política común. Cada uno de ellos, supone un avance hacia la unidad en políticas, no solo económicas, que estaban en la base del proyecto inicial, sino también de colaboración en materia de seguridad, política exterior o justicia. Los cimientos que han ido sentando estos tratados han permitido construir una Europa lo suficientemente sólida como para enfrentar retos históricos como la pandemia COVID o la Guerra entre Rusia y Ucrania, por hablar de los más cercanos.

Como elemento vertebrador de las principales políticas europeas, resumiremos también el contenido de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, que da forma a los valores reconocidos por los países miembros de la UE e incardina sus principios con los de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

  Tratados.


Ilustración 1: Firma del Tratado de París. Fuente

La historia de la Unión Europea ha ido redefiniendo su papel como entidad impulsora de la política y la economía de los países europeos. En esa historia, podemos definir varios hitos que han moldeado la estructura y las competencias de la actual Unión Europea. Habitualmente, los acuerdos que hicieron avanzar el proceso se establecieron en los tratados firmados a lo largo del siglo pasado y que se detallan a continuación, sobre todo en lo que se refiere a sus aportaciones para la elaboración y aprobación de las diferentes políticas de la UE.

  • En el Tratado de París o Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), datado el 18 de abril de 1951, seis países (Alemania occidental, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos), establecieron una alianza económica para proteger la producción de carbón y acero. La necesidad de esta alianza surge en un momento histórico muy concreto, en el que la industria de postguerra necesita de ambos productos para su subsistencia y la CECA es reflejo del interés primigenio de los países europeos a la hora de establecer alianzas: la protección de la economía y el carácter defensivo de su industria cuando aún están cerca los ecos de la Guerra Mundial.
  • No varía mucho la intención del siguiente paso en la construcción europea, la CEE (Comunidad Económica Europea), que surge a raíz de la celebración del Tratado de Roma o Tratado de los Estados Unidos de Roma, fechado el 25 de marzo de 1957.  Los países que firman el acuerdo siguen siendo los seis miembros originales de la CECA y lo que pretenden con este nuevo acuerdo es ampliar sus políticas económicas comunes. En concreto, en este tratado se acuerda crear un mercado común y una unión aduanera entre los países miembros. Se empieza a hablar por primera vez de la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales, además de impulsar una política agrícola común.


Ilustración 2: Foto de Grupo de los asistentes a la firma del Tratado de Lisboa. Fuente

Tienen que pasar bastantes años para que se avance hacia una unidad política a la vez que económica. Con el Tratado de Maastricht, firmado el 7 de febrero de 1992 y que entra en vigor el 1 de noviembre de 1993, se pone sobre la mesa la adopción de una moneda única, la cooperación en justicia y la colaboración en política exterior y de seguridad. Los doce países que firmaron este tratado (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) sentaron las bases de la Unión Europea tal y como la conocemos hoy. Los acuerdos de Maastricht fueron actualizados y reformados parcialmente con el Tratado de Ámsterdam, de 2 de octubre de 1997, que entró en vigor el 1 de mayo de 1999 y que introdujo las reformas necesarias para afrontar la ampliación de la UE. La mayor parte de estas reformas fueron encaminadas a reforzar la política exterior y de seguridad común y los derechos fundamentales. Un paso más en la reforma de las instituciones para acomodarlas a la nueva realidad de una Unión de 25 miembros lo constituye el Tratado de Niza, de 26 de febrero de 2001, que entró en vigor el 1 de febrero de 2003 y que reformó la distribución de votos y el sistema de votación en los principales organismos oficiales.

El 13 de diciembre de 2007 se firmó el Tratado de Lisboa, que consolidó la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, una de las bases de las políticas que se llevan a cabo en la Unión. Asimismo, puso el valor el papel del Parlamento Europeo, el órgano representativo de la voluntad popular.

A falta de una constitución que establezca el ordenamiento jurídico europeo, son cuatro los tratados actualmente en vigor que se consideran constitutivos.

a. El Tratado de la Unión Europea (TUE), que es el Tratado de Maastricht con las reformas introducidas a posteriori.

b. El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), basado en el Tratado de Roma y que establece el engranaje jurídico y político donde se enmarcan y establecen la mayor parte de las políticas concretas que lleva a cabo la Unión.

c. El Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Tratado Euratom), que ha establecido las decisiones de la Unión Europea en materia de energía atómica.

d. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (CDF).