2. Economía

2.7. El Banco Central Europeo y la política monetaria.

El Banco Central Europeo surge como parte de la segunda fase de desarrollo de la Unión Económica y Monetaria, de la mano del Instituto Monetario Europeo (IME). Tras las labores previas de este organismo para establecer las relaciones monetarias y cambiarias entre los países de la zona euro y los demás países de la UE, para diseñar los billetes de euro que entrarían en circulación el 1 de enero de 2002 y para elaborar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el 2 de mayo de 1998, el Consejo de la Unión Europea llegó a un acuerdo político para designar a los miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo. El 1 de junio de 1998 se creó definitivamente el BCE, concluyendo así las tareas del IME y el 1 de enero de 1999 el BCE pasó a ser responsable de la política monetaria única.

Las funciones del Banco Central Europeo se resumen, básicamente mantener la estabilidad de precios en la zona del euro y proporcionar seguridad y solidez al sistema bancario europeo, para contribuir al crecimiento económico y la creación de empleo. Para ello, el BCE tiene adjudicadas, entre otras, una serie de tareas básicas:

  • Establece los tipos de interés a los que presta a los bancos comerciales de la zona euro.
  • Gestiona las reservas de divisas de la eurozona.
  • Autoriza la producción de billetes en euros por parte de los países de la zona euro.
  • Vigila las tendencias de los precios y evalúa los riesgos.


Ilustración 9 :Christine Lagarde, actual presidenta del BCE. Fuente

La presidenta del BCE actualmente es Christine Lagarde, quien representa al BCE en reuniones internacionales y de alto nivel de la UE. Junto a ella, tres organismos realizan las tareas que el BCE tiene adjudicadas.


Ilustración 10: Una de las salas del Banco Central Europeo. Fuente

El BCE trabaja con los bancos centrales nacionales de todos los países de la UE. Juntos forman el Sistema Europeo de Bancos Centrales. Es el BCE el que determina la política monetaria; es decir, el conjunto de medidas que toma el BCE para controlar la cantidad de dinero en circulación (oferta monetaria) y los tipos de interés y así influir en la consecución de los diferentes objetivos macroeconómicos (crecimiento, empleo, estabilidad de precios, equilibrio presupuestario y equilibrio exterior). Para guiar sus decisiones de política monetaria, el BCE basa sus decisiones en una estrategia, que, para el presente periodo fue anunciada en julio de 2021 y que tiene en cuenta cambios económicos estructurales como la caída de los tipos de interés reales de equilibrio, la globalización, los cambios del sistema financiero, la digitalización y el cambio climático. La evaluación de la estrategia actual está prevista para 2025.

El principal objetivo de las medidas que adopta la política monetaria es mantener la estabilidad de precios y, para ello, la inflación no debe superar el 2%. Con esta finalidad, el BCE se ha servido, tradicionalmente de tres instrumentos:

  • Las operaciones de mercado abierto, las más frecuentes, préstamos del BCE a los bancos comerciales a un tipo de interés de referencia.
  •  El coeficiente legal de reservas o coeficiente de caja, que es el porcentaje de que el BCE obliga a los bancos a mantener como reserva.
  • Facilidades permanentes, que son facilidades que el BCE da a los bancos para poder cumplir las reservas, prestándoles a un tipo de interés bajo.

Desde la crisis financiera, el BCE implementó, además nuevas medidas, entre las que se encuentran:

  •  Los tipos de interés negativo (NIRP), para incentivar a familias y empresas a aumentar su gasto e invertir, con el objetivo de estimular la economía y conseguir el objetivo marcado de inflación.
  • Las operaciones de financiación a más largo plazcon objetivo específico, por las que el BCE ofrece préstamos a los bancos a plazos más largos y a coste favorable para incentivar la concesión de préstamos a la economía real.
  • Un programa amplio de compras de activos (QE). Cuando el BCE compra activos financieros, como bonos, aumenta su demanda y provoca un incremento en su precio. Como consecuencia, los tipos de interés de mercado se reducen y la bajada también termina trasladándose a los tipos de interés de los préstamos bancarios.

El índice de precios utilizado por el BCE para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA).