1. ¿Por qué STEM? Origen del término STEM.

STEM corresponde a las siglas en inglés de: Science, Technology, Engineering and Mathematics.

La primera vez que se habla de STEM pero con las siglas desordenadas (SMET) es en la National Defense Education Act, en el año 1958, para asegurar la seguridad y competitividad en EEUU. En este momento se comienza a hablar sobre la importancia de formar a la gente en disciplinas STEM y realizar una importante inversión en formar y fomentar el talento.

La National Science Foundation de EEUU comienza a utilizar el acrónimo STEM en los años 90 del siglo pasado.

Los nuevos retos globales a los que nos estamos enfrentando hoy en día, cambio climático, sobrepoblación, gestión de recursos, envejecimiento de población, la biodiversidad, la disminución de los recursos hídricos, etc. necesitan de un mayor desarrollo y formación científico-tecnológicos y un mayor impulso y presencia en foros internacionales.

La generación que ahora estamos educando se enfrenta a grandes retos globales: es la última que puede acabar con el cambio climático y la primera que podrá erradicar el hambre en el mundo.

La educación STEM va más allá de unas siglas: se trata de un nuevo modelo de aprendizaje basado en la enseñanza de las 4 disciplinas (Science, Technology, Engineering and Mathematics) de manera integrada en lugar de áreas de conocimiento separadas, con un enfoque interdisciplinar y aplicado.

Al hablar de STEM no podemos pensar en cada disciplina o materia por separado, sino que debemos enfocar el concepto como la unión de todas ellas, el trabajo y desarrollo de todas las competencias que estas 4 disciplinas aglutinan. Es una nueva forma de educar, una alfabetización científico-tecnológica que permitirá formar ciudadanos más competentes en estos ámbitos.

Es importante desde el principio destacar que la tecnología es un factor importante en los proyectos STEM pero que no puede ser el foco ni el objetivo de estos proyectos. Debemos centrarnos en qué podemos desarrollar utilizando las tecnologías disponibles, y no focalizarnos en las tecnologías que utilizamos en sí mismas.

Sin embargo, la E de Engineering nos indica que al trabajar en contexto STEM debemos pensar en formato ingenieril, esto es, buscar soluciones a problemas que pasen por el prototipado de modelos.

Otro factor importante, es que actualmente la tendencia del empleo en el sector STEM es ascendente y es algo que no se prevé que cambie.

Digna Couso, directora del Centro de Investigación CRECIM, enumera las características principales  de lo que significa “pensar y trabajar en modo STEM”:

  • Nuevos recursos: introducir nuevas tecnologías (creativas, high-tech, low cost) en la educación: impresoras 3D, placas base, robots,...
  • Cambio de consumidores a prosumidores. Nuevos objetivos: orientar la acción a la creación o diseño de objetos (con tecnología), resolución de problemas de forma integrada, …
  • Nuevos contenidos específicos: introducir el pensamiento computacional (programación y robótica),..
  • Nuevos contenidos transversales: potenciar la creatividad, resolución de problemas, design thinking,...
  • Nuevas competencias: desarrollar la práctica ingenieril además de la científica y matemática.Nuevas metodologías: tinkering (cacharreo), making (construcción), ABP, learning by design,...

Podríamos preguntarnos por qué una educación STEM y las razones son infinitas, aunque algunas de las más importantes serían las siguientes:

  • Aunque muchos de nuestros alumnos no se dedicarán en un futuro a profesiones directamente relacionadas con la ciencia, la tecnología y/o la ingeniería, su formación en estas disciplinas les permitirá forjarse una opinión fundamentada y participar de forma coherente en los procesos de participación ciudadana, cada vez más frecuentes en la actualidad.
  • En un mundo maker y con una cultura predominante del DIY (Do It Yourself), nuestros estudiantes deben estar formados y preparados para dominar las tecnologías disponibles y ponerlas a su servicio para facilitarse la vida y mejorar la de sus conciudadanos. Además, vivimos en una sociedad altamente datificada, en la que prima la personalización de productos y servicios para la mejora de la experiencia del usuario, por lo que una formación STEM les permitirá a los alumnos que la reciban diseñarse, fabricarse y personalizar sus propios productos. Pasarán de ser meros consumidores de información a ser creadores-makers de sus propios contenidos-productos. Tecnología al servicio de la sociedad. 
  • Pensamiento computacional: tareas paralelas, iteraciones, razonamiento lógico,..., para afrontar los problemas que se les presenten de una forma ordenada y parcelada (divide y vencerás), y para discernir entre lo importante y lo urgente (saber priorizar tareas).
  • Esta formación les permite ser “profesionalmente más resilientes” puesto que aunque no trabajen específicamente en aquello para lo que se han formado, sí que les permite ser más versátiles en un mercado laboral altamente cambiante.
  • En un mundo dominado por la tecnología, es importante que nuestros alumnos dominen diferentes herramientas y técnicas digitales y controlen la tecnología disponible para hacerse la vida más fácil.
En un curso reciente de la Comunidad de Madrid para profesorado de Secundaria ("Buenas prácticas STEM (en colaboración con el MIT)"), alumnos y alumnas de último curso del MIT realizaron varias sesiones para compartir el modo de trabajo de los High School americanos y del MIT. La filosofía de trabajo que allí predomina coincide con la impartida en este curso. Para ampliar la información al respecto, os dejamos unos enlaces en el apartado "Referencias" de este tema.