Estrategias y herramientas de evaluación
Estrategias y herramientas de evaluación
Obejtivos
Incorporar en el aula recursos para la evaluación formadora
Diseñar estrategias de evaluación formadora para tu aula
Utilizar la planificación de la evaluación como base para el trabajo evaluador en el aula.
Comprender la importancia del feedback significativo e integrado para lograr que la evaluación tenga impacto positivo en el proceso de aprendizaje.
2. ¿Qué vamos a evaluar?
2.2. Diseñando actividades de evaluación ¿quién evalúa?
Cuando hacemos una evaluación, tenemos que plantearnos las siguientes preguntas: ¿quién evalúa?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿con qué?
El ¿cómo? y ¿con qué? se corresponden con las técnicas y los instrumentos, respectivamente, y lo veremos más adelante.
En el apartado anterior hemos hablado del ¿cuándo?, ya que tal y como hemos comentado, las tareas integradas se dividen en 3 fases: entrada, desarrollo y cierre
En este apartado, nos centraremos en ¿quién?
A la hora de diseñar actividades para cada una de las fases, tendremos que tener cuenta, por un lado, en qué fase nos encontramos y por tanto cuál es el objetivo, y por otro lado ¿quién evalúa?
Atendiendo a ¿quién evalúa? podemos clasificar las actividades en:
- Actividades de autoevaluación.
- Actividades de evaluación entre pares o coevaluación.
- Actividades de heteroevaluación.
A. Actividades de autoevaluación
Las actividades de autoevaluación tienen como objetivo crear oportunidades para que el estudiante analice su trabajo y tome los errores como elementos a partir de los que construir y reorientar tanto su proceso de trabajo como los significados y procesos que está realizando. Reflexionar sobre cómo está trabajando y cómo avanza su creación. Solo desde el análisis de errores y avances puede decidir cómo continuar, reforzar lo que está bien y rectificar lo que va mal.
La autoevaluación le permite autorregular su aprendizaje, adquiriendo autonomía y responsabilidad como aprendiz.
El estudiante como evaluador aprende a comprender y a dirigir su proceso de aprendizaje. Podemos hablar de responsabilidad compartida entre estudiantes y docente, en el marco de un proceso de colaboración-
Fetterman, Kafyarian y Wandersma (1996) resaltan la capacidad para el empowerment. Es decir, reconocer los beneficios de la autoevaluación para el desarrollo de habilidades que permiten a las personas mejorar por sí mismas sus actuaciones. A medida que el estudiante aprende a autoevaluarse, también aprende a autorregularse.
La autoevaluación atiende a:
- Los contenidos implicados en la competencia que estamos desarrollando y tendiendo tanto a conceptos, como a procedimientos y actitudes y valores.
- El proceso de trabajo que está siguiendo el estudiante, tanto en su trabajo individual como en su trabajo en grupo.
- Las competencias implicadas en la tarea y observables a través de los indicadores (estándares de aprendizaje).
Las actividades de autoevaluación se sitúan a lo largo del proceso, en momentos de la tarea que requieren la revisión del trabajo realizado y que pueden ofrecer al estudiante la oportunidad de revisar su trabajo y reajustarlo antes de pasar a una nueva dificultad.
Las actividades de autoevaluación fomentan la metacognición. La metacognición es la habilidad que nos permite tomar conciencia de nuestro propio proceso de pensamiento, examinarlo y contrastarlo con el de otros, realizar autoevaluaciones y autorregulaciones. Es un “diálogo interno” que nos induce a reflexionar sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.
Para que el estudiante pueda poner en marcha medidas de autorregulación, necesita conocer cómo aprende, qué le permite aprender mejor, cuáles son sus puntos fuertes y débiles.
Conocer sus fortalezas y debilidades y su particular forma de aprender le permitirá tomar decisiones sobre la mejor manera de abordar el trabajo de aprendizaje.
Para Herrera (2001) “la autoevaluación es una forma de evaluación compartida entre el profesor y el alumno, donde el esfuerzo concertado entre las partes se erige como garante de la más clara objetividad”.
B. Actividades de evaluación entre pares o coevaluación
La evaluación entre pares permite que los estudiantes analicen el trabajo de sus compañeros, ofreciéndoles indicaciones para reorientarlas. Este proceso tiene importantes aportes:
- Los estudiantes realizan operaciones de análisis y valoración que requieren la activación de conocimientos y estrategias cognitivas de alto nivel.
- Los estudiantes reciben un feedback de iguales, con alto nivel de significado para ellos.
- Al analizar el trabajo de los compañeros, se exponen a nuevas maneras de abordar el contenido, de plantear el trabajo, a nuevas soluciones e ideas que redundan en un enriquecimiento de su trabajo.
- Favorece la cooperación entre iguales.
La evaluación entre pares puede atender a tres categorías:
- La actividad intragrupo: el grupo valora la dinámica de trabajo que está siguiendo como grupo, sus logros y necesidades de mejora, valora el trabajo de todos sus componentes.
- La actividad intergrupos: cada grupo analiza el trabajo de otro grupo o grupos y se ofrecen propuestas de autorregulación. Se resaltan los aspectos positivos y los aspectos a mejorar. Cada grupo obtiene del análisis realizado ideas de mejora para reorientar y enriquecer su trabajo.
- La actividad individual: un compañero evalúa a otro compañero.
Las actividades de evaluación entre pares se sitúan a lo largo del proceso, y su finalidad es revisar el trabajo y ofrecer medidas de regulación.
La evaluación entre pares puede atender a los siguientes aspectos:
- Los contenidos.
- La dinámica de colaboración.
- Las estrategias de trabajo y el reparto de roles.
- La relación entre compañeros.
- Las competencias.
C. Actividades de heteroevaluación
Cuando hablamos de heteroevaluación, nos referimos a la evaluación realizada por personas distintas al estudiante o sus iguales. Cuando se habla de heteroevaluación, se suele hablar de la evaluación realizada por los docentes, pero también podría ser ( y es interesante contemplarlo) la evaluación realizada por otras personas que han participado en la tarea (familias, profesorado que imparte otras materias u otros agentes externos).
Se realiza a lo largo de la tarea, utilizando diferentes estrategias e instrumentos. Su finalidad es reajustar el proceso didáctico. Para hacerlo es importante la toma de decisiones dialogada con los estudiantes a partir de las conclusiones que ellos han obtenido en las actividades de autoevaluación y evaluación entre pares.
Ofrecer el feedback ajustado, puntualmente a lo largo de la tarea, ayuda al estudiante a reorientar su trabajo, reflexionar sobre errores y reforzar los aspectos positivos de su trabajo.