2. Capítulo I

2.1. Orígenes de la identidad europea: el Mundo Clásico

  • ¿Cuándo surge el término “Europa”?

El término Europa engloba siglos de transformaciones culturales, demográficas, sociales y políticas que trascienden la mera entidad geográfica de un continente. Europa es un concepto de identidad colectiva que ha estado y sigue estando en constante redefinición. 

Definir el término Europa es una tarea ardua pues uno tendería a pensar que, desde su creación, este termino gozaba de un concepto propio e identitario vinculado a un espacio geográfico y a las gentes y culturas que lo habitaban. Su evolución semántica, desde un concepto geográfico, que permitía identificar un espacio y a sus habitantes, hasta convertirse en un símbolo cultural y político, reflejo de las transformaciones históricas y las interacciones de las distintas culturas que han conformado el continente europeo. 

El primer uso conocido del término Europa lo encontramos en el mundo clásico, concretamente en los autores griegos y romanos. Desde su origen es un concepto que hace referencia a un espacio geográfico pero también a un concepto cultural mucho más amplio que supera la mera geografía para añadir aspectos cualitativos sobre las culturas que lo habitan. 

En los autores clásicos, el término Europa surge por oposición. Oposición a Oriente, oposición a Asia. Así, la referencia más antigua conocida de este término la encontramos en Homero. Homero fue un poeta de la Antigua Grecia que vivió alrededor del siglo VIII a.C. Existen dudas sobre si fue una persona real o si sus obras son un compendio de historias orales anotadas por escrito. Sus obras más emblemáticas son La Ilíada, que narra el conflicto entre el héroe Aquiles y el rey Agamenón dentro de un episodio de la guerra de Troya, y La Odisea que relata las aventuras y desventuras de Odiseo en su regreso a Ítaca tras dicha guerra.

La referencia más antigua al término Europa aparece en la obra La Ilíada, del siglo VIII a.C. en el Canto XIV, línea 211:

Y allí, en la isla de Europa, las olas del mar batían las costas de los pueblos de Asia” (Homero, La Ilíada, Canto XIV, línea 211)

Homero utiliza este término no para referirse a un continente sino para describir una región geográfica poco definida situada en las tierras situadas al norte de Grecia y Asia Menor. El término aparece así para definir un espacio determinado y poco conocido en oposición a lo territorios de Asia, mucho más conocidos y con una identidad cultural clara para los griegos del siglo VIII a.C. 

Rubens, el rapto de Europa

Ilustración 1. Rubens, El rapto de Europa. Museo del Prado


La siguiente referencia al término la encontramos en Hesíodo, poeta griego que vivió aproximadamente entre los siglos VIII y VII a.C. Hesíodo utiliza el término “Europa” en su obra Teogonía. Esta obra que narra la genealogía de los dioses y héroes griegos relata la historia de Europa, una princesa fenicia de gran belleza, hija de Agenor, rey de Tiro. La belleza de esta princesa llamó la atención de Zeus, el dios griego, que, transformado en un toro se acercó a ella. Europa, fascinada por la belleza del toro y su mansedumbre, se acercó a él y se subió a su lomo, momento que Zeus aprovecho para raptarla y llevarla a la isla de Creta.

Zeus, el que lleva el rayo, se unió con Europa, la hija de Agenor, y la raptó cuando ella recogía flores en un prado” (Hesíodo, Teogonía, Línea 970)

 En Creta, Europa tendría 3 hijos de Zeus, siendo Minos el más conocido. Esta descendencia jugaría un papel fundamental en la mitología griega y, particularmente, en la de Creta. 

De la unión de Zeus con Europa nacieron Minos, Radamantis y Sarpedón. (Hesíodo, Teogonía, Línea 1010) 


Hesíodo presenta a Europa como una figura clave dentro de la genealogía de los héroes del mundo helénico. Toda la historia de Europa y Zeus implica una contraposición y combinación de los conceptos de Oriente y Occidente. La princesa Europa, como origen de nuestra civilización, supone la vinculación y mezcla de diferentes culturas. Sus raíces se hunden en el mundo oriental pero su evolución y descendencia van a dar lugar a un mundo nuevo, una civilización basad en la razón que es, a su vez, origen del mundo griego. 

Europa sobre vaso cerámico griego

Ilustración 2. Europa sobre toro blanco en vaso cerámico griego. Museo de Atenas

Hesíodo escribe su obra en un contexto histórico en el que los primeros griegos están abandonando ya el mar Egeo y los territorios bañados por él para adentrarse en la exploración y fundación de colonias en el Mediterráneo oriental. Es por tanto, una metáfora de cómo los griegos están dando origen a una nueva civilización, con vinculaciones orientales, pero que es diferente en su modo de entender y situarse en el mundo. 

El mito de Europa aparece nuevamente en la obra de Ovidio :Las Metamorfosis. Esta obra también recoge la historia de Europa siendo raptada por Zeus. El mito sigue haciendo referencia a la expansión de la cultura griega hacia el occidente. 

Ella, sorprendida por su belleza, se acercó al toro y, confiando en su aspecto tranquilo, se sentó sobre su lomo. En cuanto lo hizo, el toro la llevó al mar y nadó hasta las costas de Creta” (Ovidio, las Metamorfosis, Libro II, líneas 835-837)

Las primeras referencias al término Europa no se vinculan a un espacio geográfico concreto ni definido e indudablemente no a un continente que se encontraba aún inexplorado. En realidad, hacen alusión a un espacio geográfico que los griegos necesitan definir y distinguir por oposición a Asia y que definen como un espacio marcado por un vínculo entre el mundo Mediterráneo oriental y el mundo griego y por una mezcla de aspectos culturales de los dos mundos. 

Con el paso del tiempo y, a medida que el continente europeo, el norte de África y el Mediterráneo occidental iban siendo explorados, el término Europa comenzó a adquirir connotaciones más específicas, aunque aún seguiría siendo un término ambiguo y flexible. 

Este cambio puede detectarse ya en Heródoto. Este autor griego que vivió entre el 484 y el 425 a.C., es considerado el padre de la historiografía gracias a su obra Historias en la que realiza un serio esfuerzo por sistematizar los eventos históricos y organizarlos para su mejor comprensión. Esta obra que recoge fuentes orales y un enfoque empírico en el que el autor se esfuerza por contrastar y verificar la información obtenida de fuentes orales y testimonios, recoge, a su vez, reflexiones personales sobre las culturas y tradiciones que describe y establece las bases para separar los hechos y la información de las leyendas. 

En Historias, Heródoto describe tres grandes regiones del mundo conocido: Asia, Libia (nombre que utiliza para referirse a África), y Europa. Heródoto describía Europa, según testimonios recogidos, como el territorio que se encontraba al oeste de Asia a partir del río Fasis, actual río Rioni en Georgia.

El territorio de los trácios, que se extiende por Europa y Asia, se divide en varias regiones” (Herodoto, Historias, Libro IV, capítulo 45)

Mapa de Herodoto

Ilustración 3.Mapa de Herodoto modificado por The Challenger Reports. 1895

  http://www.meer.org/ebook/herodotus-world-map-1a.jpg


 Sin embargo, el propio autor, en la misma obra, hace una reflexión crítica sobre que las fronteras entre esos tres espacios no eran claras y estaban basadas más en convenciones culturales que en evidencias naturales. 

No tengo claro por qué, con respecto a un nombre único, se usen tres (Asia, Europa y Libia), ni por qué se debería poner un límite fijo para ellas.” (Herodoti, Historias, Libro IV, capítulo 42) 

La consolidación del término Europa como una entidad cultural y geográfica se va a ir desarrollando a medida que las civilizaciones clásicas van explorando y conquistando el mundo. Durante el periodo helenístico, los geógrafos Eratóstenes de Cirene (276-194 a.C.) y Estrabón (63 a.C- 24 d.C.), realizaron un tenaz esfuerzo por describir y clasificar las tierras entonces conocidas de una manera más sistemática y clara. Así, en su obra Geografía, Eratóstenes utiliza el término Europa para definir los territorios situados al oeste de Asia, desde el estrecho del Bósforo y el río Tanais (actualmente río Don, en Rusia) hasta el estrecho de Gibraltar. Eratóstenes utiliza el término Europa para explicitar una división clara entre el mundo griego y los territorios “bárbaros” que rodeaban el mundo helénico. Además, realiza un esfuerzo por cartografiar y representar geográficamente este espacio al tiempo que consolida el término Europa como un espacio con identidad propia marcado por la racionalidad y el orden que los griegos se atribuían a sí mismos en contraposición con las regiones bárbaras y Asia marcadas por el exotismo y el caos. 

Por su parte Estrabón, en su obra Geografía, intenta realizar una descripción exhaustiva del mundo conocido basándose en observaciones propias, relatos orales y en las obras de autores anteriores como Heródoto o Eratóstenes. Estrabón dota al término Europa de un significado que supera lo meramente geográfico al describirla como la cuna de la civilización griega y, por tanto, imbuida de superioridad cultural para diferenciarla del exotismo que se asignaba a Asia y Libia. Estrabón utiliza el término para referirse a una serie de territorios y pueblos diversos, desde el espacio griego hasta las Islas Británicas haciendo una descripción geográfica pero también observando a sus habitantes a los que describe como culturalmente distintos de los pueblos asiáticos y libios (africanos) y marcados especialmente por la impronta griega y romana.  Para Estrabón, Europa, se extiende desde el río Tanis (actual Don) al Estrecho de Gibraltar y las Islas Británicas y se caracteriza por una identidad cultural y política propias como cuna de las civilizaciones griega y romanas que él considera superiores por su desarrollo en la filosofía, la política y las artes. Estrabón dota al término y al espacio que este delimita de una identidad específica, germen de la identidad europea marcada por la razón y el orden frente al despotismo y la opulencia de las civilizaciones orientales. Se trata de una construcción proto-identitaria de este continente que supone una primera reflexión sobre una identidad europea que hunde sus raíces en la antigüedad clásica. 

Mapa según Estrabón

Ilustración 4. Mapa del mundo según Estrabón. Reconstrucción de Edward Bunbury (S.XIX). https://archive.org/download/historyofancient02bunb/historyofancient02bunb_orig_jp2.tar/historyofancient02bunb_orig_jp2%2Fhistoryofancient02bunb_orig_0271.jp2


La expansión del Imperio Romano y su mayor conocimiento del continente europeo facilitaría la consolidación y profundización del término. A medida que Roma conquistaba territorios el término Europa adquiría un significado más específico relacionado con el territorio y con la organización del espacio político. La frontera entre Europa y Asia se convirtió en un tema relevante, especialmente, en los momentos en los que el Imperio debió enfrentarse a los pueblos de Asia Menor y los territorios del este, aunque la aplicación del término siguió siendo ambigua.  

Plinio el viejo y Tácito mencionan Europa de forma ocasional asignándole más un significado geográfico. Así Plinio el viejo en su Historia natural, utiliza el término Europa para describir las provincias occidentales del Imperio Romano y Tácito en su obra Germania, incluye a varios pueblos dentro de este espacio geográfico. 

Los germanos, por el contrario, se apartan mucho de todas las costumbres y modos de vida de los pueblos que consideramos como civilizados en Europa… En resumen, los germanos son más distintos de los pueblos de Europa civilizada que cualquier otra nación.” (Táctico, Germania, Libro II)

Ambos utilizan el término más con un significado geográfico que como una entidad cultural o política. De hecho, los romanos concebían su propia civilización como un espacio mediterráneo, ya que, para ellos, el “Mare Nostrum” (Mar Mediterráneo) constituía el centro del mundo civilizado y su Imperio estaba constituido por las regiones bajo su control en torno a él. Así, los romanos utilizaban el término Europa para referirse a las regiones externas que se encontraban al norte de sus fronteras. No percibían estas regiones de modo unificado sino como territorios diversos habitados por pueblos, culturas, lenguas y costumbres diferentes. 

En conclusión, el término Europa hunde sus raíces en las civilizaciones clásicas y aparece citado en fuentes históricas de manera muy temprana. Estas fuentes utilizan el termino de modo flexible y sin que esté sujeto a un espacio claramente delimitado, pero, en su mayoría, lo emplean para destacar que este territorio y sus gentes son diferentes a las de Asia y Libia (África), y para describir las regiones que no pertenecen a esos espacios. 

Esta oposición no se limita a describir únicamente aspectos geográficos, sino que incluye cuestiones culturales, lingüísticas y sociales fundamentalmente vinculadas a características identitarias del mundo griego y romano. Desde su origen mitológico hasta su definición en textos históricos y geográficos, Europa fue entendida como una región variada, sin una identidad unificada, definida principalmente por sus fronteras y sus diferencias con Asia y Libia (África). No sería hasta la expansión del cristianismo como elemento unificador y, especialmente, en la Edad Media, que la proto-concepción del término Europa evolucionaría hacia el desarrollo de un sentido de identidad compartida.