3. Capítulo II. Construcción de la identidad y de la idea de unidad europeas durante la Edad Media

3.2. Construcción de la identidad europea durante la Baja Edad Media

La Baja Edad Media (siglos XI al XV) fue un periodo crucial en la historia de Europa que marcó la transición hacia el Renacimiento. Durante este tiempo se produjeron importantes transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que influirían en el desarrollo del concepto de identidad europea. 

A partir del siglo XI, los Papas adoptan un rol más intervencionista en el terreno político. Este rol se encontraba reforzado por la identidad de mediador y autoridad moral que el Papado venía ejerciendo. El objetivo oficial del Papado era promover la paz y la unidad espiritual, pero, junto a este, se situaba un esfuerzo por aumentar su influencia sobre los gobernantes seculares. 

En el Concilio de Clermont en 1095, el Papa Urbano II, convocó la Primera Cruzada llamando a la unidad de los reinos cristianos para liberar Tierra Santa de manos musulmanas. Se trataba de un primer intento de unificar Europa bajo una causa común. Las Cruzadas, aunque con un claro fin religioso, contribuyeron a consolidar una identidad cristiana compartida que trascendía las fronteras políticas y la fragmentación territorial. 

Durante el siglo XIII, el Papa Inocencio III pretendió crear una sociedad de naciones cristianas unida bajo el liderazgo del papado. Según su idea, Europa debía ser “un cuerpo místico unido en Cristo y gobernado por la verdad divina”. Huelga decir que, la verdad divina estaba en manos del Papa. 

El enemigo de la fe cristiana ha levantado su cabeza orgullosa…No debemos ser ociosos mientras la fe vacila y las amenazas crecen, pues somos los guardianes de la unidad de la cristiandad. Recordad que Cristo mismo no ha confiado el deber de preservar a sus fieles como una sola comunidad bajo su bandera sagrada” (Papa Inocencio III, Quia Maior, 1213)

La Baja Edad Media supone también una ruptura de las estructuras feudales. Gracias al renacimiento comercial se produce un renacimiento urbano y la aparición de burguesías urbanas que agudizarán las tensiones entre los estamentos sociales. Al tiempo que el sistema feudal se debilita se fortalece el poder de los reyes que inician la formación de los primeros estados nacionales y promueven la aparición de instituciones como Parlamentos y Cortes Generales con función de asesoramiento

Pese a que la Iglesia va a enfrentar también crisis internas como el Cisma de Occidente (1378-1417) que pone en cuestión quién debe ocupar la silla pontifical, se mantiene como garante de la  unidad europea pese a los cambios políticos que promueven la fragmentación del mapa Europeo y acrecientan las disputas territoriales entre soberanos.