2. Aprendizaje-Servicio: conceptualización y manifestación.

2.3. Fundamentación y características.

Tal y como veíamos en los orígenes del ApS, no se trata de una propuesta estrictamente novedosa, el ApS tiene sólidas raíces en corrientes pedagógicas y en autores que las y los educadores conocemos bien, centrémonos en algunas de ellas:

  • El Aprendizaje basado en la experiencia y la reflexión sobre el propio proceso de Aprendizaje (Campo, 2008; Dewey, 2004; Giles &; Eyler, 1994; Kraft, 1985). El ApS, como veremos, no sólo es una propuesta experiencial, en la que las y los estudiantes son protagonistas de su propio proceso de aprendizaje, enfrentándose a necesidades reales, teniendo que tomar decisiones, haciendo propuestas antes las mismas; sino que además, reivindica la necesidad y la pertinencia de que éste sea un proceso acompañado de una continua reflexión: ¿qué estamos haciendo?, ¿para qué sirve?, ¿qué estamos aprendiendo?, ¿estamos respetando las ideas y aportes de las y los otros?, etc.
  • El modelo constructivista de la educación (Ausubel, 2002; Piaget, 2001; Vigotsky, 1978). En este sentido, debemos destacar la importancia del aprendizaje en el contexto, en una situación en la que se da una necesidad real que se ha de afrontar. Este afrontamiento, además, se orientará apoyándonos en aprendizajes previos, lo cual ayudará a afianzar conocimientos. Destacar además la idoneidad del ApS para propiciar el trabajo y la construcción grupal, comunitaria.
  • El aprendizaje dialógico (Flecha, 1997; Giner i Gota, 2010; Habermas, 1987). Podemos decir que la dialogicidad es un elemento inherente al ApS. La comunicación horizontal es fundamental en este tipo de procesos, puesto que ésta es la que permite establecer relaciones de confianza, y la que propicia un trabajo en equipo, desde el respeto y el reconocimiento mutuo. Este diálogo además va a estar presente en todas las fases de los proyectos, como veremos más adelante.
  • Por último, haremos mención la Pedagogía crítica y al paradigma educativo socio-critico (Freire, 2005; Melero, 2012). El Aprendizaje-Servicio promueve que las y los estudiantes afronten la realidad que se les presenta de forma crítica, que piensen, indaguen y ofrezcan respuestas más allá de planteamientos reproductores, en búsqueda de nuevas formas de hacer, y de una verdadera transformación social.