3. Crecer en la voz

3.1. La secuencia

A medida que la experiencia se amplía, crea peldaños conceptuales sobre los que afianzamos nuestro avance en el conocimiento del mundo. Esos engranajes requieren métodos de organización complementarios a los del canto que ha constituido la base durante la bienvenida; métodos que puedan integrar tanto la razón como la emoción en la historia que construimos acerca de nosotros mismos.

Como vimos en la primera etapa, “Nacer en la voz”, la secuencia es una relación lógica entre las partes del discurso. A medida que diversifica sus recursos y los desarrolla de forma especializada para los diferentes modelos de comunicación, ya sea literaria o funcional, el lenguaje y el pensamiento evolucionan también. No solo se amplía el vocabulario y se adquieren las estructuras sintácticas básicas, sino también estructuras textuales, comenzando por las narrativas. En todos estos aspectos serán de gran ayuda la narración, el recitado y la lectura de textos escritos, por su carácter más pausado, ordenado y meditado que el de la comunicación oral que utilizamos cotidianamente. El álbum ilustrado, que integra tanto el código verbal como el de la imagen y, a través de ambos, otros elementos procedentes de la interacción corporal, se convierte en un laboratorio de experiencias especialmente accesible y atractivo.

En la narrativa, una vez asumido el desarrollo argumental básico (inicio – desarrollo – desenlace), este se afianza a través de multitud de historias sencillas, con conflictos leves, que pueden venir definidas por la propia ilustración.

Muchos textos informativos siguen manteniendo una estructura centrada en el personaje, aunque los temas de interés irán adquiriendo cada vez mayor protagonismo. Con ellos desarrolla la conceptualización, organiza los campos semánticos, etc.

El juego lingüístico sigue siendo para el niño una exploración de sus propias posibilidades y las de la lengua que está adquiriendo. Los cuentos de fórmula (mínimos, de nunca acabar, retahílas), a caballo entre la narración y la versificación, son la “logopedia de la tradición popular”. Ejercitan tanto sus órganos fonadores como su memoria o su sentido de la musicalidad e irán de la mano de la dramatización, centrada en la imitación y el intercambio de estímulo-respuesta, al que aportaremos todo tipo de recursos de los que puedan apropiarse: onomatopeyas, gestos, percusión corporal…

Por último, y sin entrar en precisiones de género, cualquier propuesta que atrape al lector dando respuesta a su búsqueda de la belleza estará alimentando su necesidad de arte y gratuidad, su capacidad de compartir un mundo interior que va más allá de lo material.

Todos estos aspectos pueden observarse en la obra que os recomiendo.

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