3. Características de los equipos cooperativos

3.2. Formación de equipos cooperativos

Como veíamos en el Tema 1, el docente debe tomar tres decisiones previas antes de poner en práctica el trabajo cooperativo, estas son:

1. El tamaño de los grupos

2. La distribución de los alumnos a los grupos

3. La duración de los grupos

Una de las primeras decisiones a tomar es elegir el tamaño del grupo óptimo para cada unidad o sesión.

El tamaño puede variar en función de los ​ recursos que se utilicen (cuanto más recursos disponibles, más grande puede ser el grupo), en función de las ​ capacidades cooperativas de los miembros del grupo (cuanto menos inclinación a la cooperación, más pequeño debe ser este), según el ​ tiempo disponible para realizarla (cuanto menos tiempo disponible, más reducido debe ser el grupo) o según la naturaleza de la tarea y el ​ grado de dificultad (cuanto más difícil más pequeño el grupo y la cantidad de trabajo a asignar)


Para distribuir las personas en grupos se pueden utilizar varias estrategias:

1. Distribución al azar: Es el modo más sencillo y eficaz, se trata de repartir los alumnos según el número de grupos que se desee formar. Por ello, hay que dividir la clase según el número de componentes que se haya previsto que formen cada grupo y se eligen los alumnos de manera aleatoria.

2. Distribución estratificada: El procedimiento es similar al anterior, pero el docente se asegura de que en cada alumno haya uno o dos alumnos de unas determinadas características (nivel de lectura, estilo de aprendizaje, sexo, etc).

3. Grupos seleccionados por el docente: Éste es quién decide quién va a trabajar juntos, de esta forma se asegura de que no haya un grupo en el que se reúnan todos los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje y se evita que haya alumnos aislados.

4. Grupos seleccionados por los alumnos: En este caso son ellos los que deciden con quién quieren trabajar, este modo de actuar conlleva grupos homogéneos, porque los alumnos tienen a agruparse entre sí con los que comparten afinidad o amistad. Un riesgo de este tipo de agrupación es que los alumnos son más propensos a distraerse y se reduce el desarrollo de competencias sociales y de resolución de conflictos.


La pertenencia a un grupo de trabajo cooperativo puede basarse en intereses, habilidades, actitudes o un conjunto de otras características, y pueden ser heterogéneos y homogéneos.


Se ha de considerar que los ​ grupos heterogéneos suelen ser más poderosos que los homogéneos. Una ventaja que ofrece el grupo cooperativo proviene de la necesidad de discutir, argumentar, proponer diferentes alternativas, justificar y tomar decisiones compartidas respecto al material sobre el que trabajar. Los consensos rápidos sin mucha discusión no contribuyen al aprendizaje en la misma medida que las discrepancias.