Atrévete a inventarte cualquier final que te haga sonreír. Deja a un lado por un momento tus intenciones educativas, tus buenos modales y tus juicios: déjate llevar por tu imaginación y fantasea con un final de esos que despeinan, sorprenden y nos hacen sentir un poquito más vivos.
¿Te atreves?
Referencias: 2.4. Un final emocionalmente feliz