¿Qué sabes sobre la metacognición?
La metacognición se refiere a dos realidades importantes:
a) Conocer nuestras operaciones o procesos mentales (conocer el qué).
b) Saber utilizar estrategias para mejorar esas operaciones y procesos (conocer y practicar el cómo).
Un alumno puede aprender eficazmente sin saber qué es la metacognición, pero no puede ser eficaz su aprendizaje si no trabaja metacognitivamente: viendo la diferencia entre saber y no saber, entre memorizar mecánicamente y comprender, entre un examen que está bien hecho y otro que no lo está...
Esto nos lleva a diferenciar entre dos planos de la metacognición: el conocimiento metacognitivo, relativo al saber qué; y el control metacognitivo, referido al saber cómo.
La metacognición, por tanto, ayuda al alumno a auto-regular su propia conducta de aprendizaje al hacer conscientes todas las funciones ejecutivas y procesos cognitivos que tiene que desplegar para realizar la tarea.
Héctor Ruiz (2020) nos dice que cualquier tarea de aprendizaje puede descomponerse en varias etapas en función de los procesos metacognitivos que intervienen en ellas. Estos procesos serían los siguientes:
- Evaluación de la comprensión de los objetivos de aprendizaje.
- Estimación de las propias debilidades y fortalezas con respecto al objetivo de aprendizaje.
- Planificación de la tarea de aprendizaje.
- Selección de estrategias para alcanzar los objetivos de aprendizaje.
- Ejecución del plan y monitorización de su desarrollo y resultados.
- Reflexión sobre la idoneidad del plan elegido y realización de ajustes.
Siguiendo este modelo, vamos a abordar estas habilidades metacognitivas desde tres fases diferentes: previa a la realización de la tarea, durante la propia resolución de la tarea, y al final de la tarea.
¿Trabajamos explícitamente esta competencia?
Las estrategias metacognitivas son fundamentales para el aprendizaje del alumnado. Márquez, 2023 reflexiona en estos términos sobre ello: "Este segundo grupo de procesos metacognitivos puede ser, quizás, uno de los factores más olvidados en el sistema educativo ya que no son frecuentes los tiempos y las actividades explícitas destinadas a que el alumnado tenga la capacidad de regular su propio aprendizaje para convertirse en un aprendiz más autónomo, sin embargo, son esenciales para que los aprendizajes sean profundos y duraderos".
Es frecuente que en las aulas tengamos alumnos y alumnas que son meros ejecutores de las estrategias cognitivas que les hemos enseñado, pero no se paran a reflexionar sobre ellas y por eso no saben aplicarlas en otros contextos o situaciones problemáticas donde la solución pasaría por el uso de la misma estrategia. Es la frase típica del docente: "pero si ya te expliqué cómo se resuelve".
La gran cuestión, al igual que lo que nos planteábamos con las estrategias cognitivas, es la siguiente:
¿Enseñas estas estrategias metacognitivas de forma explícita a tu alumnado?
¿Tendemos, en ocasiones, a pensar que son estrategias que ya deberían saber hacer?
No todos tenemos las mismas experiencias previas de aprendizaje, ni a todos y todas se nos han presentado las mismas posibilidades para aplicarlas de forma reiteradas hasta asimilarlas. Pero tampoco todos y todas tenemos las mismas capacidades para el aprendizaje.
Nunca deberíamos dar por sentado que un alumno o alumna sabe reflexionar sobre las estrategias que conoce. Todos estos procesos hay que enseñarlos y readaptarlos a nuevas situaciones más complejas a medida que van pasando a ciclos o etapas superiores.