4. ¿En qué piensan los niños cuando leen?

4.5. Diversidad de focos de atención y comprensión

Me parece interesante destacar la diversidad de los puntos de atención de distintos lectores.

En el caso de libros como Al otro lado, no es casual que haya esta diversidad. El autor, al ofrecer un mundo complejo, abraza la incertidumbre sobre la reacción de los lectores, lo que permite a los lectores atender a aspectos distintos dependiendo de su perspectiva, de su lugar de lectura, de su momento de lectura, y también de su nivel lector. No es la intención del autor “transmitir un mensaje”, sino abrir un mundo de posibilidades y de caminos literarios y de ofrecer una riqueza donde se incluye algo para todo tipo de lector.

El lector al que le interese la acción (ese que se salta las descripciones largas), tiene mucho a lo que agarrarse. El lector que se pregunte más por la psicología interna de los personajes, las motivaciones y las razones, también tiene mucho que morder. Al otro lado conecta, por ejemplo con la terrible sensación de tener una responsabilidad y el miedo a fallar o cometer un error, el posible rencor por tener la carga de esa responsabilidad y una sensación de que te queda grande. Toda una explosión de sentimientos, difíciles de conciliar. No es fácil la infancia. El lector que se está adaptando a la llegada de un nuevo bebé a casa sin duda lo leerá con otro punto de atención. Incluso la lectora que busca la indignación, y solo ve bebés desnudos y muchos más detalles con los que escandalizarse. Hay algo para todos.

Sendak confía en sus lectores. Al construir la historia, diseña un rico tejido de ambigüedad para que sus lectores, niños o adultos, puedan relacionarse con el libro con complejidad.

Es interesante también pensar en estas capas de complejidad con las que teje Sendak su historia. Hay diferentes capas de apreciación consciente según la edad. El libro es como una cebolla. Las capas cuentan historias diferentes, pero ninguna capa es superior o más importante que las otras; todas pican igual. Así, los distintos niveles lectores son flexibles, están presentes en un mismo libro y se van desvelando con cada lectura, a medida que los niños crecen en edad y sofisticación de comprensión. Sendak permite que se acerque a sus libros todo tipo de lector, con todo tipo de puntos de atención, de interés y de comprensión, con todo tipo de “experiencias” y toda acumulación de “experiencia”.

En este sentido, es interesante también pararse a pensar en el concepto de comprensión lectora que a veces aplicamos en términos absolutos. Pensamos que este libro es apto para una determinada edad porque lo comprenden y no apto para esta otra edad porque no lo comprenden.

Pero -y esto es algo aplicable generalmente a la lectura con niños- esta idea que se tiene de la capacidad de comprensión de los niños es extremadamente rígida. En general, el mercado es muy rígido con las edades recomendadas, y los lectores y los adultos prescriptores y mediadores suelen “obedecer” un poco demasiado a estas recomendaciones por edad. Que un niño no comprenda absolutamente todos los niveles de lectura posibles de un determinado libro no quiere decir que no pueda disfrutar –y mucho- de un nivel de lectura determinado y, además, estas primeras lecturas le sirven para comprender más profundamente las futuras lecturas del mismo libro en edades posteriores. Y es un proceso muy disfrutable para los niños, ir descubriendo profundidades en libros que conoce “desde siempre”. La obra de Sendak es perfecta para ver esto y disfrutar de este proceso de descubrimiento de significado con los niños.

Una vez oí decir al experto en literatura infantil y escritor mexicano Adolfo Córdova que hay veces que hay que relajarse y “dejar que caiga el peso de la literatura”. Comparto esa animación a dejar de querer controlarlo todo y dejarse sorprender como adultos por las reacciones de niños frente a distintos libros.