Según la RAE
La RAE nos define el término barrera, en su acepción primera como valla, compuerta, madero, cadena u otro obstáculo semejante con que se cierra un paso o se cerca un lugar. En su acepción quinta, nos la define como obstáculo.
En definitiva, cuando trasladamos el término al ámbito educativo, nos estamos refiriendo a los obstáculos que hacen que se “cierre” el paso (acceso) a la realización de las actividades que proponemos en las aulas.
Según la normativa de la Comunidad de Madrid
1. Las barreras para el aprendizaje y la participación se definen como las dificultades existentes en el centro escolar que condicionan las posibilidades del alumnado para aprender, estar presente y participar en la vida escolar. Pueden estar provocadas por:
a) La cultura y tradición escolar (valores, creencias y actitudes negativas).
b) Organización del centro (planificación de tiempos y espacios, coordinación y régimen de funcionamiento).
c) Prácticas educativas que se generan en el aula (actividades del proceso de enseñanza y aprendizaje, recursos didácticos, agrupamientos de alumnos, etc.).
d) Condiciones individuales del alumno u otras circunstancias.
Según Ainscow y Echeita
"Genéricamente, debemos entender como barreras, aquellas creencias y actitudes que las personas tienen respecto a este proceso y que se concretan en las culturas, las políticas y las prácticas escolares que individual y colectivamente tienen y aplican, y que al interactuar con las condiciones personales, sociales o culturales de determinados estudiantes o grupos de estudiantes –en el marco de las políticas y los recursos educativos existentes a nivel local, regional o nacional–, generan exclusión, marginación o fracaso escolar." (Ainscow y Echeita, 2011, p. 8).
Educación 2030. Viaje hacia la inclusión
Barreras: se trata de un término central en la perspectiva inclusiva. Las barreras impiden o limitan el desarrollo del derecho a la educación inclusiva.
Las barreras no solo son físicas, sino que también pueden ser mentales (p. ej., creencias, actitudes o expectativas) e, incluso, políticas (p. ej. normativa desfasada). Todas ellas se ubican en los diferentes planos de la vida escolar y dificultan el desarrollo de la educación inclusiva. En definitiva, nos estamos refiriendo a los obstáculos que hacen que se “cierre” el paso (acceso) a la realización de las actividades que proponemos.
Un ejemplo de barrera puede ser que una información se presente solo en formato texto escrito. Esto significa que, para acceder al contenido de esa información, el alumnado debe “salvar” el obstáculo de la decodificación y comprensión lectora. Por lo tanto, los obstáculos están inmersos en el propio diseño de la actividad, y son los alumnos y las alumnas los que se los encuentran cuando tratan de acceder a ella y realizar la “acción” que se les está pidiendo.
Fuente: Plena Inclusión